Jorge Salazar García. 17/06/2019.
Seguramente, además de Santana y los últimos seis presidentes neoliberales hubo otros con posturas abyectas en nuestra relación con el país del Norte. Esos traidores, de poco a poco, pulverizaron la soberanía nacional construida por Morelos, Juárez, Madero, Cárdenas, etc. Por esa razón, AMLO recibió un país despedazado, sumamente débil, sin autosuficiencia alimentaria, tecnológica ni energética. Incluirnos básicamente como país consumidor en tratados comerciales canceló la posibilidad de tener una economía propia, dejando a la Nación atada a los intereses y necesidades de los Estados Unidos, principalmente. Como vecinos, seguimos vanamente esperando un trato amistoso del coloso norteño. No hemos entendido que el Imperio “No tiene amigos sino INTERESES”[1]. Sus acciones de política internacional han estado enfocadas, desde su fundación, a imponer sus condiciones y saquear países. No obstante habernos despojado de más de la mitad del territorio, mediante las armas, continúa dando a México un trato canallesco.
Actualmente México no puede evitar ese trato por carecer de independencia económica. Sin embargo a mediano plazo, recuperando la autosuficiencia en alimentos y energía, renegociando la enorme deuda pública y reconstruyendo la unidad nacional, es posible. El gobierno, consciente de estas urgencias, estableció como prioridad en el PND[2] lograr la autonomía en los rubros estratégicos arriba señalados. Y sobre la deuda externa, el presidente prometió no endeudar más al país. El 4º requisito indispensable para superar nuestra debilidad como Nación, sería convocar a los mexicanos a organizarse con el propósito de reconstruir la Unidad del país, real y desde abajo, no demagógica como la presumida en radio y televisión por Carlos Salinas de Gortari (23/12/89) cuando anunció un México libre del excesivo peso de la deuda, o como aquella farsa festejada por Peña Nieto en el Castillo de Chapultepec al firmarse el Pacto por México. Debe ser un Pacto Político Nacional que incluya a los mexicanos radicados en el extranjero.
Hoy AMLO, ante la amenaza de Trump sobre imponer aranceles (5%), cedió a la extorsión (obtener una cosa mediante el uso de la violencia, las amenazas o la intimidación) porque conoce nuestra vulnerabilidad; todas la variables económicas nacionales se hubieran alterado peligrosamente y la economía caído en recesión. Visto así el panorama, cualquiera creería imposible vencer al país más poderoso y agresivo del planeta. Sin embargo no es así y México podría ser la pieza clave en el concierto mundial para detener a esa cúpula militarista que desgobierna al trabajador pueblo estadunidense. Piense usted por ejemplo en el efecto generado por 38.5[3] millones de migrantes mexicanos votando por Sanders o cualquier otro candidato no títere de Wall Street o la industria militar. ¿Se imagina a 120 millones de mexicanos dejando de consumir los productos de aquellas compañías que apoyan las agresiones a México?
Por lo pronto, la última agresión no termina aún, la espada pende sobre nuestras cabezas, en 45 días el truhan de la casa blanca decidirá si la deja caer o no. De que la quite por la buena, ni pensarlo. Esta última agresión del títere de la oligarquía yanqui, en el fondo, no tiene nada diferente a las del pasado, es motivada por la codicia para acumular o ahorrar dólares, a costa de lo que sea. Si hay que pisotear derechos, asesinar, invadir, amenazar o insultar, E.E.U.U. no tienen el menor reparo ético en hacerlo. Este país simplemente aplica una política de garrote aderezada con una “diplomacia” de EXTORSIÓN impuestas al mundo mientras le amenaza por la espalda con sus 800 bases militares distribuidas por todos los mares y continentes.
[1] Foster Dulles, John; secretario de estado del presidente Dwight Eisenhower (1953-1959).
[2] Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.
[3] En 2018, de acuerdo con la Current Population Survey (CPS) había 12.3 millones nacidos en México y 26.2 nacidos en E.U.