Por: Tortilla con sal. 07/11/2021
El viernes a las 7 de la tarde fui detenido sin previo aviso en el aeropuerto de la Ciudad de México, y fui interrogado por unas 4 personas diferentes.
Me retuvieron en condiciones miserables, sin comida ni agua, en una habitación sin ventilación. También me confiscaron el teléfono.
No se me ha informado en ningún momento de por qué estoy retenido, ni cuándo ni siquiera si voy a ser liberado.
No es una coincidencia que se haya producido apenas unas semanas después de mi expulsión de Estados Unidos.
Creo plenamente que mi detención es política y un ataque a la libertad de prensa.
Soy el único periodista de un periódico británico que cubre las elecciones nicaragüenses desde el terreno.
Impedirme hacerlo dejaría a la prensa británica en libertad de regurgitar su habitual discurso anti-nicaragüense sin ser cuestionada.
Estados Unidos está apretando el tornillo. La Ley Renacer aprobada esta semana impone duras sanciones y un posible embargo comercial diseñado para aplastar al pueblo nicaragüense.
Los temores de un golpe de Estado al estilo de Bolivia no son infundados y Estados Unidos ya ha dicho que no reconocerá el resultado.
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