Por: Mariana Cortés Guzmán. Educadora veracruzana. 24/08/2020
Para un Magisterio todo terreno como el de México, no hay imposibles. Acostumbrados a los cambios sexenales en la políticas educativas y a hacer realidad todas las propuestas pensadas desde un escritorio, se podría afirmar que esta pandemia si bien ha tomado por sorpresa al magisterio como a todos los sectores de la sociedad es uno de los que ha podido salir avante y la muestra es la culminación del cierre de ciclo anterior.
Indiscutiblemente esta emergencia sanitaria se ha prolongado más de lo esperado, los factores son numerosos, sin embargo hay que reconocer que los estudiantes han sido los más protegidos todo este tiempo al igual que los Docentes, hemos dado cuenta que las medidas que se adoptaron en nuestro País son las mismas en todo el mundo y las experiencias de aquellos que han levantado el confinamiento antes de tiempo dan la razón pues muchos que se apresuraron han tenido que echar marcha atrás debido al incremento en el número de casos.
La decisión de las autoridades mexicanas ha sido cuestionada a lo largo de este tiempo y esto también ha sido motivo para generar la desconfianza al respecto de la enfermedad, si bien las medidas adoptadas son preventivas y tiene que ver con la falta de una vacuna y un tratamiento en específico, se pueden cuestionar muchas decisiones. En este contexto la única certeza que tenemos en estos momentos en medio de un mar de incertidumbres es que las decisiones que tomemos en todos los ámbitos de nuestra vida a nivel mundial tienen que ver con la prevención de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) enfermedad ocasionada por el virus SARS Cov2.
En ese sentido, la escuela como organización ha podido cumplir con un tema primordial, salvaguardar la integridad de la comunidad escolar y en este sentido hay notables coincidencias. Pero la realidad dista mucho del romanticismo, no todos coexisten dentro del ideal de familia al que todos aspiramos, no todos disfrutan de estabilidad económica que les permita sobrevivir no pervivir durante este aislamiento voluntario, no todos cuentan con una vivienda con todos los servicios, no todos disponen de los medios tecnológicos para continuar con el home office o la educación a distancia , no todos cuentan al menos con servicios tan básicos como luz y agua potable, no todos pueden disponer de una alimentación balanceada, no todos cuentan con un espacio para el juego, en fin, no todos cuentan con todo lo necesario para permanecer desde el hogar realizando las actividades cotidianas y que debido a la pandemia se han visto paralizadas y por qué no decirlo, frustradas.
Como dijo Arnoldo Krauss durante una conferencia en el festival el Aleph, que por vez primera y dada la contingencia sanitaria la UNAM tuvo que llevarlo a cabo de manera virtual “…la pandemia del virus vino acompañada de otras pandemias, la pandemia del miedo, la pandemia de la desinformación, la pandemia de los políticos, la pandemia de la pobreza…” y a la fecha seguramente habremos agregado más pandemias, como la pandemia de la discriminación. La desigualdad social que existe quedó al desnudo y esto ha sido motivo de muchísimas charlas y debates, si bien fue muy marcada desde un inicio hoy con la apertura del ciclo escolar se puso una vez más de manifiesto y esto como docentes duele y duele mucho.
En tanto alumnos de escuelas privadas tomaron clases con cada uno de sus profesores a través de sesiones de zoom desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde, otros desesperadamente buscaban el canal de televisión para seguir sus clases, los grupos de whats app a todo lo que daban, quienes pudieron utilizaron plataformas que han aprendido a lo largo de este tiempo para conectarse con su comunidad escolar, de admirarse los sets de grabación que los maestros ubicaron en algún espacio de sus viviendas, hubo de todo, incluso aquellos que por carecer de internet, celular, computadora e incluso luz eléctrica pudieron contar con cuadernillos impresos como es el caso de las Escuelas de CONAFE, sé que me quedo corta en mi descripción, tanto como describir de una manera tan simple un mural de Orozco o Siqueiros sabiendo toda la historia que hay detrás de ellos.
Y ante este escenario viene a mi mente la frase tan trillada “origen no es destino” y me cuestiono: ¿Cómo cerrar esa brecha de desigualdad tan grande en nuestro país? Y estoy segura no soy la única que se lo cuestiona. Iniciamos un nuevo ciclo respondiendo al derecho a la Educación de niñas, niños y adolescentes y lo hacemos en igualdad de tiempo pero no de circunstancias pero algo me queda muy claro: el corazón del sistema educativo es el MAESTRO. Lo que hoy vimos nos da la muestra una vez más, el trabajo que es capaz de realizar un buen Maestro.
Dicen que de buenas intenciones está lleno el camino al infierno y en efecto hace falta más que voluntad para cambiar y mover conciencias y quitar si es preciso con machete y con espada esa mentalidad “poquita” que por siglos ha estado incrustada en el mexicano común, el del pueblo, el ciudadano que vive de un miserable salario mínimo, el mexicano que se levanta a las cuatro de la madrugada y tiene que estar listo con su lunch para subir al camión que lo llevará junto con otros hombres, mujeres y niños a cortar el limón, a cortar la caña, a cortar el café soportando la inclemencia del sol, del mal tiempo, de los malos tratos de la explotación casi, casi esclavizante en pleno siglo XXI, pero no se les culpa, por los siglos de los siglos la política se ha encargado de grabarla en su ADN y parece imposible desnaturalizar.
Todos tenemos derecho a un trato digno y decoroso y esta premisa es la que nos debe regir en nuestro actuar, el mismo derecho tiene el niño de la ciudad y el del campo, el mismo derecho tiene el niño del jornalero que el del empresario, el mismo derecho tenemos todos. Y empoderar a la gente no se logra con migajas, requiere de mucho, mucho más. Un caudal de conocimiento que les permita abrirse paso en la vida y eso, eso lo pueden lograr los Maestros. El éxito del aprendizaje está en las actividades, podrán utilizar muchos recursos, herramientas, dispositivos pero si no cuentan con el contenido adecuado serán un fierro hueco, vacío. Estamos ante una gran oportunidad de nosotros depende.