“No devolver el mal por el mal…”
Jorge Salazar García. 9/02/2025
Tomando en cuenta que su prioridad es aumentar ganancias sin escatimar medios para conseguirlas, muy pocos dudan que los intereses de los oligopolios primen sobre los del gobernado. Su riqueza, morbosamente concentrada no es casualidad, es el resultado de planes diseñados exprofeso desde el origen del capitalismo. Con esas fortunas, aliados al poder político los neoliberales impusieron su modelo de mercado al Estado aumentando exponencialmente el saqueo de la riqueza social. Tal robo, parecido a un agujero negro cuya voracidad aumenta conforme más engulle, en algún momento implotará. Para postergar ese destino, Estados Unidos cambió los fines políticos del bien común por objetivos materialistas y de superioridad posicionando a los codiciosos magnates en el gobierno. Ellos se han posesionado de los ingresos públicos, tienen bajo control las fuerzas armadas, disponen de los medios de comunicación y pueden hacer lo que les beneficie personalmente. Dicho llanamente: el fascismo se ha instalado en la Casa Blanca. Con Trump, ya no necesitan máscaras: sus rostros de buitres, antes enmascarados de falso humanismo con su Agenda 2030, han quedado al descubierto.
México amenazado
Esa Agenda la firmó Peña Nieto en 2015; AMLO, para sucederlo debió acordar con él cuáles objetivos de desarrollo sostenible (17 ODS) debía perseguirse y cuáles no. Por ejemplo, los relativos a gravar la riqueza y aumentar impuestos a los ricos, no se implementaron. Solo así los programas sociales, incrementos salariales fueron aceptados por el poder económico. Ambos ganaron: las corporaciones, como nunca antes se enriquecieron y los políticos se mantuvieron en el gobierno. Lamentablemente, gastando más de lo que ingresa (déficit), Morena tendrá que aumentar el saqueo desde las oficinas públicas, Hacienda, y endeudándose más; consecuentemente, la criminalización de la protesta crecerá y podría propiciar que los magnates expulsen y sustituyan a los políticos.
Ese pudiera ser el propósito de fondo del magnate Trump al salirse de la Agenda, expulsar migrantes, imponer aranceles y declarar a la 4T, narcogobierno. La estabilidad de México (económica y social) depende de EEUU quien, a pesar del creciente déficit gubernamental y deuda pública, otorga buenas calificaciones crediticias y no bloquea las remesas (50 mil millones de dólares anuales), que junto con el petróleo mantienen a flote las variables macroeconómicas. Claudia finalmente cederá a las exigencias de Trump a cambio de que no bloquee las remesas ni imponga aranceles. Como sea, aún siendo la retórica nacionalista mañanera una caja china (espectáculo distractor), lo correcto es luchar por conservar lo que nos queda de territorio.
El boicot
Una manera de contener el mal de los avariciosos yanquis es elegir a tiempo caminos honorables de resistencia: “No devolver el mal por el mal, sino actuar para eliminar el mal” (Gandhi). Si los políticos sólo sirven a sus propios intereses, entonces corresponde a los trabajadores organizarse para resistir con formas de lucha que respeten la vida de las personas como la huelga, el paro, ayuno, marchas, plantones, y los boicots. Este último, que combina las anteriores, consiste en dejar de hacer algo u “obstaculizar el desarrollo o funcionamiento de una determinada entidad”. El término se derivó del nombre de Charle C. Boycott, despiadado capataz británico de un terrateniente irlandés que se negó a rebajar el alquiler de la tierra en 1880. La participación conjunta y solidaria de campesinos y trabajadores derrotaron al terrateniente. Los primeros se negaron a cosechar, los comerciantes dejaron de vender, los trabajadores suspendieron sus servicios y el cartero no entregaba el correo.
Actualmente los boicots podrían ser mucho más efectivos debido al internet y la redes sociales; no obstante, el consumismo y el egoísmo generalizados han adormecido el sentido de solidaridad y la conciencia social indispensables en su organización. Sin ellos es imposible sentar al poderoso a dialogar con respeto y seriedad como en su tiempo lo hicieran Mahatma Gandhi, Nelson Mandela, Martín Luther King y César Chávez, por mencionar algunos que utilizaron el boicot con éxito.
Mahatma Gandhi
Educado en el hinduismo, jainismo y el islamismo, cuya práctica común es la no violencia (Ahimsa) y la renuncia, Gandhi ayunaba y además era vegetariano para respetar la vida de los animales. Admirador de Tolstoi fundó una comuna en Johannesburgo donde puso en práctica la no violencia con el objetivo de echar abajo la ley que obligaba a los indios inscribirse en un registro especial en 1904. Sus acciones concretas recomendadas fueron: no inscribirse, comerciar en las calles sin licencia y quemar las tarjetas de registro frente a la mezquita de Johannesburgo. Otro boicot lo realizó en 1915 convocando a los hindúes a no comprar productos británicos y sustituirlos por productos nacionales. Él mismo, dando el ejemplo, tejió sus ropas en la rueca de hilar y telar doméstico que lo hicieron famoso. El boicot más difundido ocurrió en 1930 cuando convocó a marchar hacia el mar para recuperar “el derecho de los hindúes a producir sal” arrebatado por los británicos que multaban a quienes lo hicieran. En esta ocasión centenas de hindúes fueron apaleados, dos masacrados y 60 mil encarcelados, incluido Gandhi. 9 meses después todos fueron liberados y el derecho a recolectar sal, reconocido.
Debe resaltarse que Gandhi recomendaba la desobediencia civil siempre y cuando fuera sincera, respetuosa, moderada y nunca desafiante. Debía basarse en principios, no ser caprichosa ni respaldarse en la mala voluntad o el odio. Con esa ola nacionalista de acciones no violentas se obtuvo la independencia de la India en 1947.
Nelson Mandela
En Sudáfrica, los blancos (15% de la población) habían creado el régimen racista del apartheid, en el cual las personas negras, el 80 % de la población, vivían extremas condiciones de pobreza y discriminación. En 1940 el abogado Nelson Mandela se sumó a la lucha de resistencia vs el régimen demandando igualdad y libertad. El gobierno respondió reprimiendo, criminalizando y matando, por lo que Mandela pasó a la clandestinidad armada. En 1963 fue arrestado con 7 de sus compañeros y condenados a cadena perpetua. Gracias a la presión internacional, en 1985 el gobierno ofreció liberarlo con la condición de que renunciara a la violencia. No aceptó argumentando: ¿Qué libertad se me ofrece cuando no se respeta mi ciudadanía sudafricana?: Quería la libertad para todos. Fue liberado en 1990, teniendo 71 años de edad. 4 años mas tarde fue electo presidente. Algunos boicots en solidaridad con la lucha contra el apartheid fueron no consumir productos de la Coca Cola, Shell, Kellogg, Barclays Bank, etcétera.
Martin Luther King
En 1955 Rosa Parks, costurera afroamericana, viajando en autobús se negó a entregar su asiento requerido por un blanco. La policía fue llamada y ella arrestada. Las organizaciones de los derechos civiles, encabezados por el pastor Luther King organizaron un boicot contra la compañía de autobuses. Las pérdidas de los comerciantes de la ciudad y los dueños de autobuses fueron inmediatas y enormes, tanto que el 30 de enero de 1956 reaccionaron atacando con bombas las casas de los dirigentes, incluida la de Luther King. Estos que al principio sólo pedían flexibilizar la segregación racial, demandaron ante los tribunales su abolición total consiguiéndolo el 13 de noviembre declarándose inconstitucional la segregación en los ómnibus.

César Chávez
Trabajadores mexicoamericanos, principalmente, decidieron irse a paro y organizar un boicot contra los productores de uva demandando un salario justo y mejores condiciones de vida. Cesar Chávez, líder de la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo fue invitado y decidió aceptar pidiendo se adoptara el principio de la no violencia. Lo anunció en 1965, el día de la independencia de México (16 septiembre). Después de hacer una marcha de Delano a Sacramento, (496 km) acompañado por 10 000 personas sus demandas comenzaron a ser atendidas. Del 68 al 88, César, quien también era vegetariano, hizo ayunos. En 1993 tras ayunar 36 días en protesta contra el uso de pesticidas muere a los 66 años.
Por supuesto ningún boicot puede tener éxito si no se superan el egoísmo y el individualismo. Pues la lucha no-violenta demanda una sólida organización e interacción; además de ser acompañada de amor por la justicia debe incluir el respeto hacia todas las cosas evitando obtener ventajas a costa del prójimo. Sin rebeldía ni pensamiento crítico el mal triunfa.