Por: Grupo de Trabajo de la Maestría en Métodos y Técnicas de Investigación Social*. 03/09/2022
1. Introducción
A mediados de marzo de 2020 se inició, en distintas naciones, una coyuntura sanitaria de emergencia, suscitada por contagios imparables por coronavirus, que en los meses siguientes cobraría el carácter de una pandemia de alcance mundial. El Salvador entró en una situación de emergencia nacional justamente en marzo de 2020, cuando, a raíz del primer contagio detectado, las autoridades decretaron medidas que, entre otras cosas, dieron lugar a una cuarentena domiciliar, al distanciamiento social y a la suspensión de actividades presenciales en los ámbitos educativo, laboral (parcialmente), recreativo y religioso.
La situación de emergencia se extendió a lo largo de ese año y continuó, con algún tipo de relajamiento en el año 2021 –especialmente en la segunda mitad de ese año—, con una prolongación, ya más relajada (lo cual no quiere decir que no se tuvieran más contagios o más fallecidos debido a la incidencia del coronavirus) en el primer semestre de 2022. En efecto, en este último año, salvo por la persistencia en el uso de las mascarillas y por la no reactivación, en forma plena, de las actividades educativas presenciales, no podría decirse que hay alguna situación de alerta sanitaria asociada con la crisis de 2020. La sociedad salvadoreña ha retomado sus hábitos de movilidad e interacción social en el consumo, esparcimiento y espiritualidad (visitas a centros comerciales, centros turísticos, estadios e iglesias, entre otras actividades).
De este modo, es razonable asumir que, en nuestro país, la situación de emergencia por coronavirus ya ha pasado; y, a partir de ello, tiene sentido preguntarse por el saldo dejado, en los rubros de contagios y fallecimientos, por la incidencia del coronavirus (Covid-19 y la variante Ómicron) desde marzo de 2020 hasta lo que va del año 2022. Por supuesto que las implicaciones del coronavirus en la vida nacional van más allá de haber provocado contagios y muertes, es decir, trascienden hacia lo económico, lo institucional-político, lo educativo y la convivencia social.
Sin embargo, la verdadera tragedia de lo sucedido reside en la pérdida de vidas humanas y en el dolor de sus familias, así como en el sufrimiento, no exento de impotencia, por parte de quienes padecieron la enfermedad y de quienes no podían hacer nada, o si acaso muy poco, por aliviar su angustia. Lo más importante son los costos humanos del coronavirus. Y esos costos son los que se reflejan en las cifras de personas fallecidas y contagiadas; son esas cifras las que se recogen en este texto en el cual, además del propósito de ofrecer una visión global, a partir de datos firmes[1], del impacto humano del coronavirus en El Salvador, busca también llamar la atención precisamente sobre los seres humanos (su dolor, sufrimiento, angustia) que están detrás de los números. Cada persona que falleció tenía una historia a sus espaldas, sueños, proyectos y responsabilidades. Cada persona que padeció la enfermedad, especialmente si su condición de salud o su edad la hacía más vulnerable, vivió días dramáticos y al borde del abismo de la muerte. Pasar la página sobre este sufrimiento no contribuye a la necesaria humanización de la sociedad, sino todo lo contrario: afianza la propensión, tan generalizada en estos tiempos, a ser indiferentes a lo que les sucede a los demás.
Por último, es útil tener a disposición una mirada global, con los datos consolidados, del impacto humano del coronavirus. Otros investigadores podrán usar esos datos, por ejemplo, para cruzarlos con los gastos en salud o con el impacto en la economía. O para examinar las condiciones del sistema de salud y su capacidad para lidiar con situaciones semejantes a la suscitada por la emergencia por coronavirus. No contar con datos suficientes en los momentos más duros de la pandemia –a lo largo de 2020 y en un buen tramo de 2021— contribuyó que los rumores y temores de todo tipo proliferan en la sociedad salvadoreña.
Visiones apocalípticas —que anunciaban que “lo peor estaba por llegar”— se combinaron, contradictoriamente, con visiones optimistas –que afirmaban que “todo estaba bajo control”—. Y lo peor: esas visiones no podían ser evaluadas a partir de una información realista, pues esa información (sobre fallecidos y sobre contagios, sobre su edad, su sexo y su zona geográfica de vivienda, por no hablar de otra información esencial como la condición de salud o la profesiones u ocupación de las personas contagiadas y/o fallecidas), en caso de existir, era inaccesible o sólo lo era de manera extremadamente limitada[2]. A propósito de esto, en julio de 2020, Luis Armando González escribió lo siguiente:
“La situación actual del país impone tareas urgentes a los distintos actores que toman decisiones en El Salvador. Una de ellas, impostergable, es hacerse de (identificar, recabar, sistematizar y manejar) los mejores datos acerca, por un lado, de la dinámica e impacto de la epidemia de coronavirus, y, por otro, de la dinámica económica y social suscitada a partir de las medidas tomadas para hacer frente a la epidemia…
En el rubro de la salud pública, y en lo que concierne al impacto del coronavirus, es urgente que la sociedad cuente con cifras, lo más apegadas a la realidad, acerca del total de personas fallecidas a causa del virus. También es preciso contar públicamente con información sobre la edad, sexo, lugar de infección, condición de salud, el tipo de tratamiento recibido y tiempo de resistencia –desde la infección e inicio del tratamiento médico (si lo hubo) hasta la muerte— de las personas con ese trágico fin. Es preciso poner alto al fatalismo (por ejemplo, que todas las personas fallecidas perdieron la vida inmediatamente después del contagio o que era irremediable que murieran), al optimismo ingenuo (por ejemplo, decir que aquí y en el mundo no pasa nada) y al simplismo (por ejemplo, que todas las personas fallecidas murieron por negligencia médica); y la información veraz es un buen antídoto para ello.
En cuanto a las dinámicas de contagio, es urgente que los ciudadanos conozcan la mejor cifra sobre el total de personas infectadas, pero eso debe completarse con información sobre el lugar y tiempo en el que se infectaron, su edad, sexo y condición de salud, y situación actual de quienes, de ese número total, se contagiaron primero; relacionado con ello, está el número de quienes ya salieron o van saliendo de ese total; también, es importante saber cuántos del total de infectados están, por un lado, recibiendo tratamiento médico; por otro, cuál es su condición de salud; y, por último, cuántos están en estado crítico. Esto último da cabida a la posibilidad –dolorosa, por cierto, y no deseable— de la muerte de esas personas”[3].
Ahora que ha pasado la emergencia, y que se puede acceder a información (datos) bastante completa, es fácil olvidar el vacío de información que se dio en momentos críticos, en los cuales la información era necesaria para la toma de las decisiones más razonables tanto en la esfera pública como en el ámbito de las decisiones personales y familiares. Una sociedad desinformada es presa fácil del pánico, la incertidumbre y la manipulación. Nada de esto fue extraño a la sociedad salvadoreña en la coyuntura de emergencia sanitaria suscitada por el coronavirus.
Dicho lo anterior ¿cuántas personas fallecieron en el país, en el periodo 2020-2022, por coronavirus? ¿Cuántas resultaron contagiadas? ¿Cuál es su sexo, su edad y su ubicación geográfica? ¿Qué interpretación se puede hacer de esos datos? Sobre esto trata la sección siguiente.
2. Datos globales sobre COVID-19 en El Salvador
En las siguientes tablas se podrá observar los contagios en la pandemia, por departamento y por grupos etarios, se podrá apreciar los contagios desde marzo 2020 hasta mayo 2022. A continuación de las tablas se realiza un breve análisis de ellas y un gráfico para mayor visualización. De la misma manera se presentan las tablas de fallecidos, departamento y por grupos etarios desde marzo 2020 a mayo 2022.
2.1. Contagios
Tabla 1 CASOS DE CONTAGIOS EN TODA LA PANDEMIA POR COVID-19 | ||
CASOS | % | |
CONTAGIOS | 169,646 | 100 |
Fuente: Elaboración Propia. Con datos tomados del Ministerio de Salud de ES |
Tabla 2 CONTAGIOS POR DEPARTAMENTO | ||
DEPARTAMENTO | CONTAGIOS | % |
SAN SALVADOR | 56,826 | 35 |
LA LIBERTAD | 21,282 | 13.46 |
SANTA ANA | 18,407 | 11.36 |
SAN MIGUEL | 16,864 | 10.4 |
CHALATENANGO | 6, 980 | 4.31 |
SONSONATE | 6, 667 | 4.11 |
USULUTAN | 6, 486 | 4 |
LA PAZ | 5, 396 | 3.33 |
AHUACHAPAN | 5, 356 | 3.30 |
LA UNION | 4,340 | 2.68 |
CUSCATLAN | 4, 231 | 2.61 |
MORAZAN | 3,595 | 2.22 |
SAN VICENTE | 2, 953 | 1.82 |
CABAÑAS | 2, 589 | 1.60 |
TOTAL | 161,972 | 100% |
Fuente: Elaboración Propia. Con datos tomados del Ministerio de Salud de ES. |
Se puede observar que el total de contagios ocurridos en el periodo de 18 de marzo de 2020 a mayo de 2022 fue 162, 089 casos (Tabla 1). Asimismo, el departamento con más casos confirmados fue San Salvador con 56, 826, con un porcentaje de 35%; en segundo lugar, se encuentra el departamento de La Libertad con 21, 822 casos confirmados, equivalente a un 13.46 %. Cabe asumir que ello obedece la densidad poblacional y la concentración de las fuentes de trabajo en esos departamentos; contrario a los casos de Cabañas y San Vicente que presentan el menor porcentaje de contagios de COVID 19. Por lo demás, la variación en los totales que se percibe en las tablas 1 y 2 estriba en que el registro de contagios por departamento se hizo de forma manual, a partir de datos dispersos, que probablemente son incompletos en algunas zonas del país.
Tabla 3 CONTAGIOS CONFIRMADOS POR GRUPOS ETARIOS | ||
EDAD | CASOS | % |
0 A 9 AÑOS | 3070 | 1.89 |
10 A 19 AÑOS | 8026 | 4.95 |
20 A 39 AÑOS | 64294 | 39.67 |
40 A 59 AÑOS | 60277 | 37.19 |
60 A 79 AÑOS | 22404 | 13.82 |
MAYOR DE 80 AÑOS | 4018 | 2.48 |
TOTAL DE CASOS | 162,089 | 100 |
Fuente: Datos obtenidos de página oficial, Ministerio de Salud Gobierno de El Salvador. |
Aquí es notable que la mayoría de los contagios de Covid-19 ocurrió en los grupos de edad de entre 20 a 39 años, con un total de 64, 294, correspondiente a un 39,67% del total. En el grupo de edad de 40 a 59 años se tienen 60,277 casos, con un porcentaje de 37.19% del total. Esta población, con una porción de la anterior, es la económicamente activa y tuvo que movilizarse para solventar las necesidades de su correspondiente familia. Además, se puede conjeturar sobre la percepción de riesgo ante la enfermedad por parte de la población joven, en el sentido de no prever consecuencias graves en la salud.
Contrario a ello, los adultos mayores de 60 a 79 y más de 80 presentan una reducción de casos porque es probable que se cuidaron más y se quedaron en casa, y que, además de las medidas de protección, gozaron de un decreto presidencial que ordenaba trabajar desde el hogar. Igual se puede afirmar sobre la población infantil, que estuvo sujeta de cuidados de sus padres u otro adulto.
2.2. Fallecidos
Tabla 4 NUMERO DE FALLECIDOS EN TODA LA PANDEMIA POR COVID 19 | ||
N° | % | |
FALLECIDOS | 4,141 | 100 |
FALLECIDOS | 4,326* | 100 |
Fuente: Datos obtenidos de página oficial, Ministerio de Salud Gobierno de El Salvador.*Fallecidos calculados según tasa de letalidad publicada de 2.55 %. |
El total de fallecidos reportados por el MINSAL es de 4,141 personas, hasta la fecha de 27/06/2022, sin embargo, comparado con el número de contagios reportados en la misma fecha y aplicando la tasa de letalidad de 2.55 % publicada por medios oficiales, obtendríamos 4,326 personas fallecidas. Estos totales incluyen a hombres y mujeres que han fallecido en El Salvador en toda la pandemia debido al COVID-19.
Tabla 5 FALLECIDOS POR DEPARTAMENTO | ||
DEPARTAMENTO | FALLECIDOS | % |
SAN SALVADOR | 1,449 | 35 |
LA LIBERTAD | 543 | 13.1 |
SANTA ANA | 469 | 1.3 |
SAN MIGUEL | 430 | 10.4 |
CHALATENANGO | 178 | 4.3 |
SONSONATE | 170 | 4.1 |
USULUTAN | 165 | 4.0 |
LA PAZ | 138 | 3.3 |
AHUACHAPAN | 136 | 3.3 |
LA UNION | 111 | 2.7 |
CUSCATLAN | 108 | 2.6 |
MORAZAN | 92 | 2.2 |
SAN VICENTE | 75 | 1.8 |
CABAÑAS | 66 | 1.6 |
TOTAL | 4,130 | 100% |
Fuente: Datos obtenidos de página oficial, Ministerio de Salud Gobierno de El Salvador |
En el desglose de fallecidos durante la pandemia por COVID-19 podemos destacar que el departamento que más fallecidos presenta es San Salvador con 1,449 personas, en este dato se encuentran tanto hombres como mujeres, representando el 35 % del total de fallecidos. En segundo lugar, encontramos a La Libertad con 543 fallecidos, representando el 13.15%; en tercer lugar, se encuentra el departamento de Santa Ana con 469 fallecidos, o sea, un 11.36 %; le sigue San Miguel, con un 10.41 % y, por último, Chalatenango con 178 personas fallecidas, es decir, un 4.31 % de todas las muertes en toda la pandemia por COVID 19. Se trata de los departamentos con mayor masa poblacional y mas actividad comercial en el país, lo cual quizás explique por qué son los que cuentan con más fallecidos en toda la pandemia por COVID 19. Los demás departamentos encuentran porcentajes que van desde 4% al 1%, siendo el departamento de Cabañas el que tuvo menos fallecidos (apenas el 1.6 % del total de los fallecidos).
.
Tabla 6 FALLECIDOS CONFIRMADOS POR GRUPOS ETARIOS | ||
EDAD | CASOS | % |
0 A 9 AÑOS | 78 | 1.9 |
10 A 19 AÑOS | 205 | 4.9 |
20 A 39 AÑOS | 1640 | 40 |
40 A 59 AÑOS | 1537 | 37 |
60 A 79 AÑOS | 571 | 13.8 |
MAYOR DE 80 AÑOS | 102 | 2.5 |
TOTAL DE CASOS | 4,133 | 100 |
Fuente: Datos obtenidos de página oficial, Ministerio de Salud Gobierno de El Salvador |
En la revisión de fallecidos por grupos etarios en toda la pandemia encontramos que el rango de edad de 20 a 39 años fue el más afectado, con un un 39.67 % de personas fallecidas; luego le sigue el grupo de edad de 40 a 59 años (37.19 % de fallecidos); y, en tercer lugar, el rango de edad de 60 a 79 años, con un porcentaje de 13.82% de fallecidos en toda la pandemia. Bajo estos datos, los grupos de edades más afectados fueron los grupos productivos, que se mantuvieron desempeñando algún tipo de actividad laboral en los meses que, en nuestro país, se mantuvo una cuarentena estricta para la mayor parte de la población. El grupo menos afectado fue el de los niños y las niñas, con menos del 2% de fallecidos.
3. Conclusiones
A partir de lo anterior se puede concluir que, en atención a los contagios padecidos por una parte considerable de la población salvadoreña, desde su inicio en el primer trimestre de 2020 hasta el primer trimestre de 2022, que el mayor embate de la pandemia estuvo acrecentado durante el año 2020; afectando a la población etaria comprendida entre los márgenes de los 20 hasta los 39 años. Según los datos expuestos, podemos contrastar que, a pesar de haber sido una pandemia mundial, en El Salvador el COVID-19 pudo haberse controlado y reducido en su impacto si se hubiese contado con una población informada acerca de la enfermedad. La menor exposición a riesgos de contagios se hubiese podido manejar sin necesidad de generar incertidumbre y temores desbordados.
Referente a fallecidos, se puede inferir que los departamentos con mayor índice de letalidad son los que tienen mayor demografía. Y los grupos etarios mas afectados fueron los que oscilan entre 20 y 59 años. Esto, además de relevante, es intrigante, puesto que la información que se impartía era que los grupos mas afectados eran los adultos de 60 años en adelante. Como se anotó arriba, es posible que, en el caso de los adultos mayores, la protección fue más intensa, por lo cual la información que circulaba no ha sido corroborada por los datos que se recogen en este informe. Como quiera que sea, aquí se abre un terreno interesante para investigaciones más profundas.
Ahuachapán, 1 de julio de 2022
*El trabajo fue realizado en la asignatura “Metodología deductiva y análisis cuantitativo I”, a cargo del profesor Luis Armando González. Los estudiantes que participaron en la elaboración de este documento son: Miguel Alexander Arévalo Colorado, Noe Ovidio Arévalo Rivera, Katy Cristina Cines Gómez, Farid Humberto Diaz Navarrete, Delmy Ruth Parras de Galán, María Aurora Mederos Niz, Lilian América Méndez Ruiz, Sonia María Rodríguez Martínez, Marlon Louis Magaña Alarcón, Jorge Aguilar, José Miguel Mendoza y José Rolando Hernández
REFERENCIAS DE ENLACES SOBRE LAS FUENTES UTILIZADAS
[1] Datos firmes desde las fuentes oficiales, que son las que manejaron todo el proceso de recolección y procesamiento de los datos relativos a fallecimientos y contagios por coronavirus.
[2] González, Luis Armando “Algunos números”. CoLatino, 8 de mayo de 2020. https://www.diariocolatino.com/algunos-numeros/
[3] González, Luis Armando, “Tareas urgentes en El Salvador”. CoLatino, 17 de julio de 2020. https://www.diariocolatino.com/tareas-urgentes-en-el-salvador/
Fotografía: https://healthmatters.nyp.org/como-protegerse-del-nuevo-coronavirus/