Por: Educación Futura. 22/05/2018
Miguel Andrés Brenner
Facultad de Filosofía y Letras, UBA
Argentina
Marzo de 2018
SUMARIO
Introducción
Un sujeto ficticio
La pos verdad o de la muerte de la intención de verdad
El pos maestro
A modo de conclusión
INTRODUCCIÓN
Aires de fuerte exclusión social dominan la región bajo el modo de explotación capitalista, que signamos de la siguiente manera:
- de base financiero-especulativa-parasitaria,
- neoliberal y globalizada,
- colonizadora y depredadora.
Dentro del marco presentado, a fin de comprender la pedagogía política neoliberal, proponemos la figura del pos maestro.
Su intelección no es ajena a la subjetividad prime dentro del bloque hegemónico. El pos maestro implica un tipo de subjetividad, que se referencia a la subjetividad del alumno. A tal efecto, no podemos caracterizar dicho concepto si no lo contextualizamos dentro de la subjetividad prime, a la que hemos denominado sujeto ficticio.
El pos maestro se sitúa en el ámbito de los aprendizajes, “todavía” llamado escuela. ¿Por qué “todavía”? Es que la información y/o el conocimiento exceden a la pretensión de verdad y, entonces, aparece la pos verdad, mientras que la escuela, en su praxis cotidiana, tiende a ser “lugar de la verdad”.
La pos verdad es una cualidad del sujeto ficticio y, en tanto ello, recién a partir de ahí podemos inteligir el significado del pos maestro.
Consideraciones a tener en cuenta:
- Lo que se expone en adelante es un modelo teórico, con algunas aserciones como hito de una problemática mucho más amplia, que no se agota en los conceptos aquí trabajados.
- La problemática presentada tiene múltiples aristas, por lo que en el cuerpo del texto se acota la cuestión. Debido a ello, se sugiere al lector acudir también a las citas a pie de página, pues aparecen comentarios muy importantes.
- No debemos olvidar, como antecedente, el posicionamiento de los denominados “maestros de la sospecha” (Nietzsche, Freud y Marx). Solamente los mencionamos, en razón que exceden el encuadre desde el que trabajamos en este texto.
UN SUJETO FICTICIO
Si hablamos de “nuevos sujetos de la educación”, no debemos obviar el marco político y económico-político en el que se encuentran. En tal sentido, en el presente histórico aparecen determinadas condiciones de posibilidad en la que aquellos surgen.
Valga aclarar que la explotación capitalista, hoy, es de base financiero-especulativa- parasitaria, neoliberal y globalizada, colonizadora y depredadora. ¿Y cómo se explicita esa base financiera?
Recientemente se inventó globalmente que podía emitirse dinero sin respaldo actual en activos económicos existentes en el mercado, siendo suficiente que el respaldo lo otorgara el conjunto de los compromisos de pago futuro asumidos por los sujetos económicos, individualmente considerados. El respaldo consiste, actualmente, solo en “creer” que los deudores pagarán el dinero que ha sido emitido expresamente como crédito. Es así que el dinero se emite como deuda, el dinero “es deuda”. Se impele al consumo más allá de la capacidad de compra real mediante deuda a futuro o dinero a futuro, dinero virtual, sin sostén, creando así los “consumidores insolventes”.
Consideremos que solamente la economía especulativa en el mundo supera en más de 125 veces al dinero efectivo/físico, o sea, corresponde a una masa de dinero ficticia. O bien, según otra fuente, en la actualidad el 75% de los valores financieros no tienen relación con proceso productivo alguno, son pura especulación. Otras elevan muchísimo más el porcentaje a favor de la especulación, en un 82%. Según Juan Antonio Zúñiga del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México, la economía especulativa resulta 10 veces mayor al PIB mundial. Y conste que aún se mencionan cifras superiores.
En cuanto nos referimos a la etapa neoliberal la comprendemos como una forma de capitalismo, en particular, el referido al “capital ficticio”, al que Carlos Marx dedicó un capítulo en el tercer tomo de su obra “Das Kapital”. Y, particularmente, nada más que uno, en tanto la tasa de ganancia (con mayor precisión, “plusvalía”) provenía ante todo de la producción (capitalismo industrial), que percibía e interpretaba fuertemente estudiando la economía política en la Inglaterra del siglo XIX. Actualmente, al término “ficticio” se lo denomina “especulativo”, pues se crean medios de circulación imaginarios”. ¿Y cuál es la consistencia de lo imaginario? Si en su sentido etimológico tiene que ver con el “mirar”, considerando que no es lo mismo “lo que se mira” que “lo mirado”, alude a la “percepción”, a un “fantasma” o “fantasía”. Y aquí entrevemos la punta de un ovillo interesante: la subjetividad en tanto subjetivismo, al modo de una muy peculiar psicologización.
Ahora bien. El problema se suscita cuando predicamos ese “mirar” de la economía en el presente capitalismo, donde el dinero físico es sumamente inferior al dinero virtual (el mundo está empapelado de dólares billetes, pero el dólar virtual es excesivamente superior en cantidad), gracias a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Ese dinero ya no es “el equivalente general de toda mercancía”, pues una mercancía es ubicua. El dinero, si bien parte de la mercancía, se dispara de la misma quasi infinitamente, en tanto es dinero que produce más dinero, dinero como deuda, dinero a futuro, dinero que no existe, que se sostiene en la “creencia” del respeto a los “compromisos asumidos”, aunque “se sabe” que solamente, si es que se respetan, en general, únicamente es posible para el pago de los intereses. Hay otros mecanismos especulativos, como los “derivados financieros”, cuya explicación excede al presente texto.
En tanto ello, o sea en dicho contexto, aparecen los denominados “nuevos sujetos”. Y el principal es ficcional, propio de la especulación como sujeto.
A fin de comprender lo explicitado, apelaremos a lo que Ludwig Wittgenstein (1998: 7, 30-32, 38, 79, 90-96, 345-355), en su magna obra “Investigaciones Filosóficas”, entiende como significado de un término: significa según se lo usa, dentro de un determinado juego de lenguaje.
¿Y de qué manera aparece el citado “sujeto ficcional” en el juego de lenguaje de la economía del capitalismo neoliberal? Tengamos en cuenta los discursos en los medios gráficos.
Veamos ejemplos, todos consultados en la web el 11 de febrero de 2018, presentados de manera inorgánica:
“Los mercados no son tontos: España ya se financia frente al resto del mundo.”
“Las malas noticias alegran el día a los mercados, ¿por qué? “ La economía de la eurozona muestra un frenazo que no se esperaba, mientras el ‘Brexit’ gana una fuerza con el apoyo de Johnson.”
“Los mercados huyen de los candidatos extremistas de Francia: Las bolsas tiemblan ante Le Pen y Melénchon.”
“La fiebre por el bitcoin enloquece a los mercados.”
“Los mercados esperan con angustia la reapertura hoy de la Bolsa de Wall Street.”
“ZONA EURO”: Los mercados, menos estresados.”
“El mercado digiere la caída del cupón PBI y apunta a los bonos en dólares.”
“¿Por qué el mercado considera exitosas a empresas como Tesla y Snapchat, que pierden millones cada año?”
“Los mercados pierden la paciencia.”
“Los mercados reaccionaron con euforia al ‘efecto Lula’. La bolsa de San Pablo se disparó un 4,12% y el real se apreció 1,09% frente al dólar.”
“Los mercados votaron: no creen que sediciosos puedan desestabilizar al Gobierno.”
“Tiemblan los mercados. La devaluación rusa y la situación venezolana llevaron los mercados mundiales a su peor crisis desde 1995.”
“Los mercados están nerviosos.”
“La economía no se encuentra tan mal como piensan los mercados.”
“Los bonos argentinos son los que más sufren en la región por el crash global.”
“La divisa estadounidense subió ayer otros 16 centavos y cerró a 20, 36 pesos. En el mercado sigue la fiebre por el dólar.”
“El gobierno miente con los números fiscales, pero el mercado no es tonto” (José Luis Espert)
“Por las turbulencias de los mercados, Molino Cañuelas demoró su salida a la Bolsa.”
“Días de vértigo en los mercados financieros, que obligan a extremar la cautela del inversor.”
“Los mercados de deuda padecen las consecuencias del éxito de las Bolsas.”
“Los mercados, optimistas de que haya un no al “Brexit.”
“El mercado necesitaría una guerra o una recesión para despertar, según Goldman.”
“Sevilla dice que el mercado tiene apetito para comprar paquetes de Bankia.”
“Los mercados deben tener cuidado con lo que desean.”
“Los mercados están de fiesta: el Merval saltó 2,8 %.”
Valgan algunos ejemplos más, sin demasiados detalles de sus páginas webs, ni de
las fechas de consulta:
- El mercado cree que Brasil puede contener el daño del affaire Temer. El Cronista Comercial
- El mercado elevó la expectativa de inflación al 21,6% para 2017. Ámbito Financiero
- En la semana que comienza los mercados en México estarán atentos a las informaciones políticas y económicas. La Jornada México
- Los mercados están nerviosos. El Tiempo, Colombia
- Los mercados atacan, pero sobre todo huyen. Poli-tik, web
- El mercado comenzó a digerir el triunfo de Scioli. Ámbito Financiero
- Los mercados están a la espera de los US$ 7.000 millones del blanqueo que se liberan este lunes. Telam
- Por qué los mercados sufren otra tormenta. El País, España
- Los flujos monetarios siguen siendo favorables y el mercado goza de salud. Madrid: Los mercados financieros.
- Fiebre en el mercado de los pases. La Nación (se refiere a los jugadores del básquet)
- Los mercados sí aman a Trump. El Diario Crítico, Madrid
- ¿Cuáles son las dos cosas que más odian los mercados? gestión.pe web
- El dólar cae por impaciencia de los mercados con Trump. Eldinero.com Colombia
- Los mercados se esfuerzan por ganar a nuevas generaciones. La Voz de Galicia
- La esquizofrenia de los mercados. Diario La Prensa, Panamá
- Seguirá la fiesta en los mercados emergentes en 2018. Advierten debilidad del caso argentino. Ámbito Financiero.
El “sujeto ficcional”, al que aludimos, es el mercado o los mercados, al que también podemos denominar “sujeto virtual”:
- Piensan, no son tontos.
- Creen, consideran, deben tener cuidado.
- Esperan, huyen, se alegran, se esfuerzan, son impacientes, aman, están nerviosos, atacan, tienen expectativas, huyen, necesitan, se despiertan, están estresados, apuntan (tienen finalidades), padecen, tienen angustia, reaccionan con euforia, desean, son optimistas.
- Están de fiesta.
- Gozan de salud, digieren, tienen fiebre, enloquecen, padecen de esquizofrenia, tienen vértigo.
- Tienen apetito, se despiertan (por ende, también duermen).
- Votan, o sea, son democráticos.
- Se encuentran en zonas de turbulencia.
O sea, el Mercado (o los Mercados) es un sujeto ficcional, aunque paradójicamente con las mismas cualidades de un hombre carnal, es de carne y hueso a la vez, que piensa, no es tonto, por ende es crítico-prudente-sagaz, tiene creencias, afectos (es optimista, padece y se angustia, es impaciente y nervioso, etc.), con rasgos biológicos (digiere, tiene apetito, duerme y se despierta), amén de condiciones de salud y enfermedad (síntomas de fiebre, locura, esquizofrenia), participa política (vota, es democrático) y ambientalmente (sufre turbulencias), tiene vida comunitaria (está de fiesta), plantea acciones en vista a fines (apuntan, con expectativas, huyen, atacan, etc.). Es un sujeto individual-ficcional a quien no le interesa otros sujetos: implica la exacerbación de la audacia, la sagacidad, la meritocracia, el individualismo emprendedor, el consumo.
Y… no podemos pensar que los “nuevos sujetos” mencionados se hallen más allá de este mundo terrenal, que se pretende fundar en la denominada “sociedad del conocimiento” (tiene como soporte/medio a las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información), obviando las condiciones materiales de existencia, de reproducción y producción de la vida.
Ese sujeto no es amante de la verdad, subsume toda realidad en sus intereses de lucro. Por ello ya no le interesa la verdad. Así aparece la pos verdad.
LA POS VERDAD O LA MUERTE DE LA INTENCIÓN DE VERDAD
Los orígenes de la palabra “pos verdad” tienen varias fuentes. En abril de 2010 una revista humorística especializada en política medioambiental publica un artículo que por primera vez utiliza la palabra “pos verdad”. El creador del término fue David Roberts y se refería a las políticas que negaban el cambio climático pese a la evidencia científica al respecto. El triunfo en Gran Bretaña del Brexit (Britain Exit) y en EE.UU. de Donald Trump, puso más en el tapete a dicho término. En ambas situaciones se mentía desde el poder, había indiferencia hacia la verdad. Se convence a los votantes a partir de sus pasiones y creencias individuales. Desde la manipulación de afectos y creencias se instituyen significados que tocan más las emociones que a la inteligencia humana. Todo ello de modo muy distinto a las argumentaciones de los sofistas que en la antigua Grecia trataban de “vender gato por libre” con razonamientos en apariencia verdaderos pero que, en realidad, eran falsos. O sea, la imposición de ideas se sustentaba en la razón misma, mientras que en el mundo de la pos verdad, la imposición de ideas no se sustenta en la razón, sino que en las emociones.
Valga dicha consideración al momento de referirnos a los “nuevos sujetos de la educación”.
En múltiples oportunidades, cuando se habla de “nuevos sujetos”, se los considera desde las “plataformas virtuales”, que serían la condición de posibilidad de los mismos. Aquí ya nos planteamos un sujeto no-concreto, de carne y hueso, que sufre y ama, que padece y goza, que se relaciona con otros cara-a-cara, cuya sensibilidad brote por doquier, sensibilidad piel al piel.
Es un sujeto a quien no le interesa la verdad (independientemente de las consideraciones acerca de qué significa la verdad). Le interesa “coincidir consigo mismo”, pensando lo que le gusta, deseando lo que le gusta, consumiendo lo que le gusta, aceptando que ese gusto responda a determinados algoritmos formulados desde centros de poder que lo digitan. Le agrada ser así, sostiene que ésa es su verdad, aunque la verdad sostenida no sea más que consecuencia de una especie “gran hermano” que piensa por él, desea por él, quiere por él. Veamos, al respecto, el caso del diario Folha de São Paulo y sus críticas a las noticias falsas, al sexismo, a la discriminación, a mensajes de odio, etc. que son asumidos acríticamente por el usuario, en el caso de la red Facebook, básicamente con un “me gusta” o “no me gusta”, más otras breves opciones (me encanta, me divierte, me asombra, me entristece, me enfada), todas ellas que tienen que ver con la “afección”, con la cualidad de la “reacción” o “pasividad” o “mera receptividad”, y no con la crítica, con la creación, con una acción comunitaria.
El nuevo sujeto de la educación (aunque no únicamente él) también es un sujeto ficcional, que hace de las noticias falsas su verdad. Conste que en tanto cada uno tenga “su” verdad, no hay verdad plausible, pues resulta imposible el diálogo, y el diálogo parte de acuerdos consensuados. Ése es el nuevo sujeto/alumno.
Transcribimos una noticia del periódico Perfil del 8 de febrero de 2018:
El diario Folha de São Paulo ya no publicará sus noticias en Facebook. Dada la decisión de la red social de quitarle visibilidad a las páginas periodísticas, el medio brasilero dejará de publicar su contenido. El cambio en el algoritmo de la red social de Mark Zuckerberg, según el diario brasilero, ‘refuerza la tendencia del usuario a consumir cada vez más contenido con el que tiene afinidad, favoreciendo la creación de burbujas de opiniones y convicciones, y la propagación de las fake news’. Según la postura del medio, este cambio ya no garantiza que el lector reciba posiciones contrapuestas sobre un mismo tema.
Y si ése es el nuevo sujeto/alumno, ¿no quiere decir, acaso, centrar la educación en la tecnología, más precisamente en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación? No es cuestión de negar dichas herramienta, sería pernicioso, pero tampoco centrar al ser humano en la misma, obviando que la herramienta es un medio, que ese medio es construido desde el ámbito del poder, del capitalismo, de la guerra . Consideremos que y el “medio es el mensaje”, en la expresión de Marshall MacLuhan, es decir, el medio también es “contenido” de alguna manera, aunque en el curricular no se lo especifique como tal. Valga al respecto, además, la excelente crítica realizada por investigadores profesionales de la educación que cuestionan el actual proyecto a nivel nacional “escuelas del futuro”.
Los “nuevos sujetos” son vividos por las “fake news” o “noticias falsas”. La pregunta que nos toca formular es la siguiente: ¿no será que subsumir a dichos sujetos en las señaladas tecnologías tiene como finalidad subsumirlos en las noticias falsas, sin crítica y creatividad alguna, a efectos de ser variables de cálculo del mercado globalizado y especulativo? La multinacional Unilever lo reconoce, y amenaza con retirar sus anuncios de las plataformas digitales como Facebook y Google si aquellas no se comprometen a combatir las noticias falsas, específicamente por el contenido “tóxico” dirigido a niños., o sea, que envenena a niños. Empero, sería ingenuo que una importante multinacional, que conoce del capital ficticio porque le rinde ganancias, “crea” que dichas tecnológicas realmente las combatan en tanto no afecten a sus intereses. El periódico Cronista Comercial del 12 de febrero de 2018 publica lo siguiente:
La multinacional anglo-holandesa Unilever amenazó hoy con retirar sus anuncios de plataformas digitales como Facebook y Google si estas tecnológicas no se comprometen a combatir las noticias falsas, así como a luchar contra los contenidos nocivos y los que crean división. ‘No podemos tener un entorno en el que nuestros consumidores no confían en lo que ven online’, aseveró Keith Weed, jefe de publicidad de la empresa, considerada una de las mayores anunciantes del mundo. Weed se refirió concretamente a ‘las noticias falsas, el racismo, el sexismo, los terroristas que difunden sus mensajes de odio y el contenido tóxico dirigido a niños’, que aparecen en Internet y que se han convertido en un problema para Facebook y Google, los dos gigantes de la publicidad en la red. ‘No podemos continuar apuntalando una cadena de suministro digital -que entrega más de una cuarta parte de nuestra publicidad a nuestros consumidores- que a veces es poco mejor que un pantano en términos de transparencia’, añadió el vocero empresarial.
Ahora bien, en honor a la verdad (¿verdad?) habría que precisar que la mayor parte de la humanidad carece de internet, por lo que ese supuesto alumno universal no sería tan universal. El Banco Mundial sostiene que el 60% de la población mundial carece de acceso a la internet, consecuencia de la exclusión social. Pero valga considerar que hay quienes se encuentran dentro del 40% restante y que también son excluidos. A grosso modo, digamos, solamente la tercera parte de la humanidad se encontraría dentro del rango de lo que se denomina “incluida”, aunque importa señalar que la inclusión puede ser parcial (así., hay quienes poseen celulares con acceso a internet y son estructuralmente pobres). Desde aquí, los llamados “nuevos sujetos sociales” son muy acotados dentro de la población mundial, mientras que muchos de ellos viven en zonas de nuevas esclavitudes sociales en razón de la pobreza a la que son sometidos.
Por otro lado, es factible hallar usuarios de las redes que, como sujetos (y en tanto alumnos a la vez), sin pretenderlo son bobos, pues se intenta así constituirlos, aún bajo la apariencia de incansables y entrenados navegadores de la web cuyas creencias son la de ser “alguien pensante”, sin darse cuenta que “son pensados”. Valga constar la valía de la persona humana y social, a la vez, que es maltratada así en la praxis económico política con una ausencia flagrante de ética.
Y la cosa se hace más dramática aún. El común de los usuarios de las redes, en especial del Facebook, en mayor o en menor medida publicitan la propia intimidad. Ya no habría una diferencia tajante entre lo público y la intimidad con los riesgos de la exposición pública que esto implica y la manipulación de la propia imagen (manipulación grave desde el punto de vista de los servicios de información estatales como desde los negocios). Entretanto, se tienen amigos elegidos para una situación virtual, con lo que la relación cara-a-cara se debilita, se consiguen afectos y amigos donde el contacto piel a piel desaparece. Además, desde el Facebook, desde las redes sociales, se obtendría información, que se considera fidedigna.
Mediante las redes, no solo se difunden noticias falsas, también se vende información a sectores políticos para que sus trolls puedan entrar en funcionamiento adiestrando la inteligencia para determinadas opciones, y se vende información a empresas privadas a fin de que hagan de las redes, gratuitas para el consumidor de las mismas, un medio de propaganda en base a los “gustos” del usuario. Obviamente que los Servicios de Inteligencia Estatales (y no son los mismos que antes), aprovechas para sus finalidades de control y/o represión la información que las redes les venden acerca de posicionamientos políticos, ideología, valoraciones, etc., mientras que la información ofrecida a empresas provee a Facebook y Google, en particular, enormes ganancias.
Desde el punto de vista político, las “fake news” brindan la posibilidad hasta de incidir en elecciones “llamadas” democráticas. Valga el ejemplo que más abajo se cita, con su papel en las últimas elecciones en los EE.UU. donde triunfó Donald Trump, pero que no se acota a la vida política del Norte, puede suceder en cualquier lugar del mundo. Así, el periódico Perfil publica lo siguiente en su edición del 15 de febrero de 2018:
La revista estadounidense Wired llevó adelante una investigación de cinco meses en la que dos de sus editores mantuvieron entrevistas con 51 ex y actuales empleados de la red social. Muchos de ellos pidieron reservar sus identidades e incluso pidieron reunirse bajo estrictas normas de confidencialidad. El artículo pone de manifiesto los antecedentes y conflictos en los que se vio envuelto tanto su creador como la red social en sí, puntualmente durante los últimos dos años, señalando como factor fundamental las noticias falsas y el uso por parte de la política para llegar a los usuarios. Para el fin de la campaña presidencial /Donald Trump/, se supo que las noticias falsas que circulaban en la plataforma se difundieron mucho más que las historias reales.’ Aferrado a la idea de ‘neutralidad en red’ Facebook evadió los debates y para su interior afirmaba que ‘tenía inmunidad para hacerlo, porque era simplemente una compañía de tecnología y una plataforma para todas las ideas por igual’ expresa el artículo… ‘la desinformación se había vuelto una enfermedad, que estaba imponiéndose en toda la plataforma’.
Conste, en el decir de Brandon Smith…
Trolls en Internet, conocidos también como “afiches pagados” o “blogueros pagados” son creciente y abiertamente utilizados tanto por corporaciones privadas como por gobiernos, a menudo con propósitos de mercadeo o de “relaciones públicas”. En tal sentido, se considera un trabajo, por lo que es remunerado. La desinformación no solo amenaza nuestra visión del funcionamiento de nuestro mundo, nos hace vulnerables al miedo, al malentendido y la duda, cosas todas ellas que llevan a su destrucción.
Pero, ¿solamente los “trolls” distorsionan lo que en otra época se denominaba “realidad”, más allá de lo que quisiera interpretarse como tal? Por supuesto que no. Los utilizamos como signo de una época. También los grandes medios de información o comunicación trabajan muy fuertemente al respecto de la pos verdad y la constitución del sujeto pertinente a la misma, con toda las nuevas tecnologías a su servicio.
Veamos, en tal sentido, algunas afirmaciones de Ogle, David y Durán Barba, Jaime (2002):
…las malas noticias se venden mucho mejor que las buenas noticias. La gran mayoría del público siente más atracción por una crónica policial sangrienta que por una buena noticia.
De J. Durán Barba y Nieto Santiago (2017):
Las demandas de los nuevos electores se confunden con viejas consignas de revoluciones fracasadas bajo el mismo sonido que no significa nada: ‘queremos el cambio’.
Y de los mismos autores:
No hay que olvidar que en muchas ocasiones el ataque desmesurado, el insulto, la calumnia, son parte de un espectáculo del que disfrutan los electores, crean o no en sus contenidos. Seguimos siendo primates a los que nos gusta el espectáculo del enfrentamiento. Miramos las disputas entre los líderes con la misma atención que nuestros antepasados de las cavernas, que se rompían la cabeza a mazazos por el liderazgo de la horda, aunque las armas y los medios de los actuales líderes hacen que sus peleas sean peligrosas para todos y nos lleven a una tragedia más que a una comedia. (Durán Barba y Nieto, 2011: 223)
No por nada, pareciera que las imágenes que nos muestra la televisión en sus noticieros, como lo expresa una leyenda en la pantalla de los mismos, “no son aptas para niños y adolescentes”. Es que en una época en la que cada uno se encuentra abandonado a su suerte en el mercado, nos invade un individualismo feroz, donde cada uno tendría que cuidarse a sí mismo (como reza el saludo propio de nuestro presente: “cuidate”, be careful), o bien bajo el lema ferozmente meritocrático del “hacelo” (just do it). Será al decir de la banda de música Divididos, en su tema “La era de la boludez”:
¿Qué ves? ¿Qué ves cuando me ves?
Cuando la mentira es la verdad
“¿Cómo te enteraste?
Lo leí en el face”
Todo ello tiene que ver con el pos maestro, ya no interesa la verdad, y no es solamente que no interese, hay una voluntad mercantilista para falsearla.
Veamos.
EL POS MAESTRO
Actualmente aparece una especie de latiguillo en los discursos del neoliberalismo educativo: la escuela es del siglo XIX, los maestros son del siglo XX, mientras que los alumnos pertenecen al siglo XXI. Se patentiza que hay un desfasaje tecnológico entre la escuela en sus inicios, los docentes con los tradicionales medios de transmisión y los alumnos en calidad de usuarios de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs). Lo que entra en juego es un modelo tecnológico con sus variantes en función de interpretar críticamente el rol de la escuela, habría un problema de desfasaje tecnológico (predomina una perspectiva tecnocrática) y no un problema político. Desde esa perspectiva no se percibe a la escuela como respondiendo a proyectos políticos epocales, tiempos diferentes en los que, por cierto, los medios técnicos son diferentes. Las TICs serían, por ende, la panacea para la ineficiencia e ineficacia de la labor educativa. Y, si es así, el maestro debiera traspasarse, aparece el pos maestro. Si el sujeto neoliberal es un sujeto ficticio a quien no le importa la verdad, la figura del maestro carece de sentido.
Desde aquí, para seguir con nuestra argumentación, hagamos un contrapunto entre Bentham y Han.
Nos dice Jeremy Bentham (1979: 34):
Si se hallara un medio de hacerse dueño de todo lo que puede suceder a un cierto número de hombres, de disponer todo lo que les rodea, de modo que hiciese en ellos la impresión que se quiere producir, de asegurarse de sus acciones, de sus conexiones, y de todas las circunstancias de su vida, de manera que nada pudiera ignorarse, ni contrariar el efecto deseado, no se puede dudar que un instrumento de esta especie, sería un instrumento muy enérgico y muy sutil que los gobiernos podrían aplicar a diferentes objetos de la mayor importancia.
Podemos afirmar la importancia de controlar a los sujetos, sea en lo que piensan, en lo que desean, en lo que les interesa, en lo que hacen, en sus emociones, en general, en sus acciones, sin que tengan conciencia de la vigilancia. Es lo que nos explica Jeremy Bentham, filósofo utilitarista inglés (+ 1832), cuyo concepto de “panóptico” es retomado por Michel Foucault en su obra “Vigilar y castigar”.
Byung Chul Han construyó el significado panóptico digital, ampliando así el término panóptico de Bentham. Ya no existe un ojo vigilante con la capacidad de mirar sin ser visto. Sostiene Han, Byung Chul (2013: 42) Mientras que los moradores del panóptico de Bentham son conscientes de la presencia constante del vigilante, los que habitan en el panóptico digital se creen que están en libertad. La paradoja es que este tipo de coacción, va acompañada de un sentimiento de libertad y de elección voluntaria.
Lo que señalan Han, a partir de las consideraciones de Bentham, puede comprenderse en el contexto de la denominada pos verdad, trabajada en el parágrafo anterior. Y desde ahí apuntaremos al pos maestro.
¿Por qué pos maestro?
De manera brevísima, valga la siguiente confrontación: educación tradicional vs. educación nueva. La educación tradicional refería al maestro como centro del proceso educativo, el maestro como modelo, en tanto la educación nueva (ya no tan nueva) ubicaba desde su origen, con Juan Jacobo Rousseau, al alumno como centro del proceso educativo. En cuanto a esta última posición, el rechazo al maestro como modelo obvia, no considera, que constantemente existen modelos en función de su internalización por parte de las nuevas generaciones, sean sociales, culturales, políticos o económicos, con mayor o menor fuerza, con mayor o menor consenso. El mismo Rousseau no percibe que el modelo que el niño internaliza y le transmite, por ende, información interpretada desde determinada perspectiva, le enseña que solamente la nobleza vale política, económica y culturalmente, con una negación rotunda de los niños pobres.
Veamos lo que dice Rousseau en “El Emilio”:
El pobre no tiene necesidad de educación; la de su estado es forzada y él no sabría alcanzar otra… Escojamos, pues, a un rico; estaremos seguros al menos de haber hecho un hombre más, en lugar de que un pobre pueda llegar a ser hombre. …no me pesa que Emilio tenga linaje.
El modelo educativo, en todo sentido, es el de la nobleza para “definir” qué significa ser humano (hombre). En la actualidad el modelo puede tener que ver con alguna figura deportiva, con el meritocrático emprendedor, con alguna banda de música, con una tribu urbana, con un modelo mediático, aún religioso o político, aún con algún modo de vida económica que se asume no críticamente, etc. Siempre existen modelos sociales. Por ende, cuando se afirma que hay que tener en cuenta los intereses de los alumnos, no se considera que los mismos son atravesados fuertemente por las redes de poder desde las que aquellos se imponen, o bien por estilos económicos de vida cotidiana cuyo “sentido común” aún no ha sido criticado.
Un modelo que pesa en nuestro presente es el tecnológico, el de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Y, como dijimos más arriba, en la aseveración de Mac Luhan, el medio es contenido. Entonces, cuando se sostiene que las competencias educativas implican un saber integrado (saber hacer, saber conocer, saber funcionar, etc.) no se considera que la tecnología es ante todo contenido, ciertamente, de modo diferente a lo que usualmente se llama como tal en un diseño curricular.
Recordemos el caso de ARPANET y el origen de la internet, que surge en Norteamérica desde intereses bélicos, en el contexto de la confrontación de los bloques hegemónicos en la década del 60, el de los EE.UU. y el de la URSS. A posteriori se traslada su funcionalidad a las necesidades de la economía capitalista. Por ende, la tecnología no es algo “aséptico” en su constitución, no es libre de valores ni libre de intereses. De alguna manera aparenta independizarse de su origen. Aparenta por cuanto se desarrolla según los intereses del bloque hegemónico vigente, del capitalismo neoliberal.
¿Quiere decir ello la necesidad de su rechazo? Categóricamente, no. La cuestión, entonces, es utilizar dicho “insumo” a modo del jiu jitsu (judo), o sea, utilizar la fuerza del oponente para intereses liberadores. Es que la tecnología educativa se construye en el marco de las empresas capitalistas, transmitiendo sus valoraciones e intereses. Importa, pues, que desde los educadores los alumnos puedan trascender lo que creen (según el panóptico vigente) que son sus intereses personales hacia intereses liberadores: he aquí un rol diferente y dignamente humano del maestro.
El signado “mundo empresario”, al que le corresponde el “mundo del trabajo”, afirma lo siguiente:
A partir de una tecnología que se constituye la fuente principal del aprendizaje y, por ende, de la enseñanza. Las instituciones educativas deberán enseñar cómo aprender en lugar de impartir conocimientos, a fin de preparar a los estudiantes para los puestos de trabajo que aún no existen.
Lo que se oculta es que la “fuente principal del aprendizaje”, la tecnología, ante todo es contenido que se debe conocer como no respondiendo a las necesidades de la reproducción y producción material de la vida en comunidad y, en tanto ello, sí debe conocerse en su potencial liberador, crítico y creativo.
Reiteremos, a través de la tecnología se lograrían las competencias requeridas por las empresas, por ejemplo: orientación al cliente, escucha efectiva, capacidad de relación, anticipación, toma de decisiones, orientación al logro, empatía, resolución de problemas, flexibilidad, proactividad, compromiso, autocontrol. Obviamente, se hace referencia a las competencias laborales. La competencia laboral es la capacidad para responder exitosamente una demanda compleja o llevar a cabo una actividad o tarea, según criterios de desempeño definidos por la empresa o sector productivo.Esos criterios no son definidos en función de la satisfacción de las necesidades reales que hacen a la dignidad de las comunidades, sino en función del constante incremento de tasas de ganancias. Apreciamos, entonces, como es el empresario quien define el perfil de sus empleados con la finalidad del mero lucro. Y, en tal sentido, también pretende definir el perfil del egresado de la escuela pública.
Así, teniendo en cuenta las TICs, éstas se constituyen en una especie de panóptico digital afín a los intereses de la presente burguesía en pro del único motivo que la moviliza, sus ganancias. Recordemos, al respecto, al viejo Adam Smith (siglo XVIII):
…como cualquier individuo pone todo su empeño en emplear su capital en sostener la industria doméstica, y dirigida a la consecución del producto que rinde más valor, resulta que cada uno de ellos colabora de una manera necesaria en la obtención del ingreso anual máximo para la sociedad. Ninguno se propone, por lo general, promover el interés público, ni sabe hasta qué punto lo promueve…sólo piensa en su ganancia propia.
Continuando con la disputa entre el iniciador del modelo de la educación nueva en contra de la educación tradicional, es a partir de Paulo Freire que puede situarse una educación liberadora en la relación educador-educando, desde la que mediando un mundo en común, surja el diálogo educativo que se materialice en una praxis transformadora de las relaciones de opresión. Considerando tal criterio, no es el centro del proceso educativo ni el maestro ni el alumno, mas bien, la relación educativa. Es la relación educativa la que hay que considerar a fin del aprendizaje de los alumnos, donde todos enseñan a todos, donde todos aprenden de todos. Y las políticas educativas, por lo tanto, deben establecer las condiciones a fin de que la relación educativa pueda darse en todo su potencial crítico y creativo. Si las políticas educativas maltratan al docente, si los medios de comunicación los desconsideran, si las condiciones laborales materiales y pedagógicas son denigrantes, difícilmente pueda educarse en serio, independientemente de las tantas buenas voluntades personales de docentes y pequeñas comunidades. Entre tanto, solamente un sector poblacional sería capaz de adecuarse al mundo laboral que “exigen” los empresarios del poder establecido.
Ahora bien. Un aspecto central que el enfoque tecnocrático olvida es el de la alfabetización, que se inicia en el primer nivel del sistema educativo, y no en el nivel secundario. Si la base no es firme, todo lo demás carece de sostén. Pérsico y Contín (2004) explican varios modos de entender alfabetización en la actualidad. Tomamos uno solo de los señalados, reconociendo que es incompleto. Al definir alfabetización, las autoras citan a Wells G. (1987), quien señala cuatro niveles:
- Primer nivel ejecutivo: la actividad de leer como una transcripción de lo escrito al código fonológico.
- Segundo nivel funcional: ser capaz de enfrentarse a usos distintos del lenguaje escrito como consecuencia de los diferentes contextos sociales.
- Tercer nivel instrumental: el lenguaje escrito como transmisor de conocimientos.
- Cuarto nivel epistémico: supone los anteriores, pero los trasciende, porque implica una forma de pensar según normas establecidas por la comunidad de científicos en cada área del saber.
- Podemos agregar, más allá de Wells, un quinto nivel, el hermenéutico: la actividad crítico-interpretativa de los lenguajes crípticos que no aparecen en una primer lectura, tanto en textos orales como escritos o bien en las imágenes mediáticas.
Tengamos en cuenta que los maestros, en general, nunca fueron alfabetizados en su formación para la lectura y producción de textos e imágenes según el quinto nivel explicitado. Pero, se los pretende desde los modelos tecnocrático neoliberales como meros facilitadores y/o tutores en el manejo de las TICs. Conste, además, que se requiere de una formación docente que tome en serio la crítica a la pos verdad, la crítica a las fake news, la crítica a las redes sociales donde los trolls dominan con la difusión de noticias falsas, discriminación racial, de género, social, etc., sin olvidarnos, además, de la formación en la significancia crítica de los “maestros de la sospecha”.
Si los alumnos, según la pedagogía neoliberal presentada, debieran en clase buscar información mediante las TICs, debilitando o silenciando la transmisión del docente, ello quiere decir que no se consideraron los siguientes interrogantes: ¿saben los alumnos leer y escribir?, ¿pueden comprender un texto comparándolo con otros de diferentes criterios?, ¿aprendieron los procesos de análisis y síntesis de un texto?, ¿pueden diferenciar en la práctica entre resumen y síntesis?, ¿pueden recrear el texto de otra manera?, ¿saben los alumnos leer imágenes mediáticas, posicionándose crítica y creativamente frente a las mismas?, ¿aprendieron a argumentar confrontando posiciones, sea de modo escrito o de modo oral?, ¿saben hacer a partir de una primera lectura de un texto una segunda, tratando de descifrar contenidos, valoraciones, intereses que no aparecen a primera vista?, ¿pueden hablar y escribir para diferentes públicos según diferentes contextos e intereses? Y no entendamos lo recién explicado como reafirmando un rol docente que centra la enseñanza en la mera transmisión, pues dijimos antes que el centro del proceso educativo es la relación educativa, específicamente en el significado mencionado más arriba, y en ese marco dicha transmisión es válida en cuanto promueve un diálogo crítico y creativo. La escuela pública debe asumir las TICs, pero según otra manera. Y si tenemos en cuenta a la Argentina, la cosa se hace complicada, al respecto, por cuanto las escuelas públicas, como tendencia, carecen de acceso a la internet porque el Estado no invierte a tal efecto. Sería como si los médicos conocieran de cirugía, pero los centros de salud carecieran de quirófanos.
Por ende, en la escuela básica lo que importa más que nada es una alfabetización propia del siglo XXI, desde la que y en la que, sí, caben las TICs., donde se consideren, ante todo, las necesidades que hacen a la justicia de nuestras comunidades y pueblos.
Además, pareciera que quienes proponen “eliminar” la transmisión no conocieran la escuela pública en su praxis cotidiana, en su praxis concreta. Así, y si nos situamos en la escuela primaria, dicha transmisión no es en la actualidad lo más frecuente, ya que la tendencia es reunir a los alumnos en equipos para que lean en clase textos de manuales escolares (o similares) a fin de que respondan a determinadas consignas que, en última instancia, se reducen a un “copiar y pegar”, lo que constituye un serio problema para un aprendizaje real.
Gabriel Sánchez Zinny, quien fuera hasta 2017 el Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Técnica de Argentina, mientras actualmente ocupa el cargo de Ministro de Educación de la Provincia de Buenos Aires (Argentina), sostiene lo siguiente:
La información está ahora al alcance de la mano de cualquier estudiante. Basta que tenga un smartphone y tiene acceso a toda la información de la red. Esta educación basada en la transmisión de conocimientos por parte del profesor, con un alumno un poco más pasivo, es lo que estamos poniendo en discusión para ver cómo se debe cambiar esa metodología. Ahora, el alumno se convierte más en un protagonista y el profesor cambia de ser un transmisor de información a un gestor de aprendizaje.
Y en tal contexto, se propone un aprendizaje autónomo y colaborativo, así los alumnos “no se aburran en clase”.
El modelo pedagógico/didáctico propuesto para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, referente para todo el país, se resume en lo que, en tal sentido, señala un Power Point de la Secretaría de Educación, que a continuación transcribimos:
- Guías de aprendizaje interactivas con grados de profundización diferentes y cada alumno avanza en función de su Plan personal de trabajo, guiados por un docente facilitador.
- Gamificación: Videojuegos educativos, donde la superación de cada nivel del juego implica la progresión en la adquisición de los contenidos.
- Proyectos donde los contenidos de las áreas de conocimiento son descubiertos, profundizados e integrados a través de su realización con etapas medibles y evaluables y definición de metas mínimas a alcanzar. Los alumnos son los responsables de planificar y estructurar el trabajo y elaborar el producto para resolver la cuestión planeada que responde a temas ligados a la realidad.
No vamos a realizar un análisis crítico pormenorizado. Valga este modelo donde se materializa lo que criticamos en el presente trabajo. Sin embargo, mencionaremos algunas cuestiones:
- Guías de aprendizaje interactivas donde cada alumno avanza en función de su plan personal de trabajo, guiados por un docente facilitador. El trabajo del alumno es meramente individual, integrando el aula y la web. En vez de recibir información mediante la transmisión de un docente, debe buscarla, analizarla y criticarla constructivamente. Resulta problemática la propuesta sin un proceso de alfabetización, previo y concomitantemente, como el que explicitamos recientemente. El plan de trabajo sería, en primer lugar, personal en la escuela secundaria, como si los alumnos hubieran aprendido en la escuela primaria a realizar trabajos de tal índole.
- Gamificación para que el alumno no sufra de “aburrimiento”. La gamificacion (término que proviene del inglés game, juego) es la aplicación del diseño de videojuegos en contextos no lúdicos, dentro de entornos digitales, para el logro de determinados resultados. En tanto se logren hay premios, por ejemplo, con puntos a favor. Dichos videojuegos establecen sus normas, contenidos y valoraciones, actúan al modo del panóptico digital, aprendiendo mientras uno se divierte, o bien en el ámbito empresario trabajando mientras uno se divierte, lo que redunda en la anulación del pensamiento crítico acerca de las condiciones laborales. Desaparecería la retórica de la repetición y del aburrimiento dentro de una modalidad competitiva, donde hay algunos que llegan antes que otros, donde unos triunfan porque otros pierden. Conste, como señalamos, que la diversión inhibe el pensamiento crítico. Hay múltiples páginas web que explican el término gamificación (también se dice ludificación), mencionamos alguna a modo de información. En tal significación, el esfuerzo tiende a ser denigrado o debilitado, simplemente, hay que divertirse.
- La cualidad del aprendizaje sería autónomo y colaborativo.
- Autónomo. En cuanto al aprendizaje de los alumnos, existe un principio que dice “de la heteronomía a la autonomía”; en los lineamientos establecidos no se prevé cómo se da dicho pasaje, que debiera ser de modo paulatino y constante ya en el inicio de la escuela básica. Colaborativo: siempre intermediando las TICs y, en cuanto dicha modalidad se hace prioritaria, debilitando la relación cara-a-cara dentro de un complejo plexo donde caben la transmisión y el diálogo. El trabajo autónomo supone la búsqueda de información en las TICs., lo que reemplazaría a la transmisión. El tiempo en el hogar es crucial (aunque no el único) donde hay niños y adolescentes que, problemáticamente, carecen materialmente de la tecnología adecuada, donde en múltiples oportunidades las “crisis” económicas “pegan” fuerte” sobre la familia y tienden a debilitar la identidad familiar como ambiente necesario a fin de los aprendizajes. El problema que tampoco se menciona es el de los alumnos, particularmente de los sectores populares, que no se “sienten” estimulados por el medio ambiente social-económico-político en pro de los esfuerzos solicitados. O sea, pareciera que la propuesta pedagógico neoliberal se institucionalizara en una “campana de cristal”, no contaminada, impoluta, neutra, aséptica.
- Colaborativo. Teóricamente, es trabajo de todos con todos, alumnos con alumnos, alumnos con docentes, docentes con docentes, lo que requeriría de una modificación radical de la estructura del sistema educativo. Se hacen necesarias, pues, habilidades de comprensión y expresión escrita en nuevos entornos comunicativos, cuando económica, cultural y políticamente el individualismo hedonista y consumista, meritocrático e hipercompetitivo, es lo que se promueve desde las necesidades del mercado, subyaciendo la negación del compromiso ético-político-social hacia la “buena vida”. Además, un trabajo colaborativo, auténtico, no es la práctica habitual en la vida cotidiana de los docentes en la escuela, por lo que habría que modificar (o revolucionar) una praxis que es funcional a un régimen colonizador, local y global. No podemos rechazar, sin más, el trabajo colectivo. Sí, es muy problemático aquella “campana de cristal” en la que se lo contextualiza.
- Los proyectos apuntan a resolver problemas ligados al “mundo del trabajo”, cuyo perfil es de alta competencia en un mundo laboral precarizado, marcado por la exclusión social. Es fundamentalmente el pensamiento operativo el que entra en juego. La realidad, según el marco teórico del presente texto, se encuentra pergeñada por los intereses del mercado mediando las TICs. En oportunidades se alude a John Dewey (+ 1952) como el creador del trabajo por proyectos. Lo que se oculta es el fin de la educación para este pensador, que es la formación para la participación ciudadana en la vida democrática, o sea, los intereses no son los del mercado, por lo que hay una impostura respecto a la interpretación de Dewey. ¿Nuevamente la pos verdad, ahora a nivel académico? Conste que esa pos verdad se muestra, también, en académicos con posicionamientos neoliberales respecto la teoría de Paulo Freire.
- Y, no es una cuestión menor, como se requieren especialistas en nuevas tecnologías, que excede a la formación real de los docentes, existirán paquetes tecnológico educativos comprados por el Estado a empresas privadas para la escuela pública. Miles de millones de divisas dedican los Estados en el mundo al efecto de la educación: para cooptar las mismas, aquí aparece el “apetito” del mercado, con sus intereses y valoraciones.
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Fotografía: ContrahegemoniaWeb