Por: Egbert Méndez Serrano. Perspectivas comunistas. 24/09/2024.
A continuación, transcribimos la entrevista que le realizamos a David Cilia Olmos para el Portal Insurgencia Magisterial, en el evento titulado “23 de Septiembre en el Movimiento Armado Socialista”, donde se presentaron diversos libros, conmemorando a los integrantes del Grupo Popular Guerrillero que actuó en la sierra de Chihuahua en 1965 y en conmemoración de la Liga Comunista 23 de Septiembre, realizado el día de ayer en la Ciudad de México. David Cilia militó de la Liga, organización político-militar que estuvo activa desde 1973 hasta inicios de la década de los 80s; fue detenido y torturado por el Estado mexicano. Actualmente es defensor de derechos humanos y ha trabajado para esclarecer los crímenes durante el periodo de la llamada Guerra Sucia.
Egbert Méndez (EM). ¿Cuál es la conexión, cuál es la relevancia del asalto al Cuartel de Madera que ocurre el 23 de septiembre de 1965 para el movimiento armado en México y para el movimiento anticapitalista?
David Cilia Olmos (DCO). Pues hemos usado varias metáforas, una de ellas es que fue el primer campanazo para la lucha armada socialista en nuestro país. Otra, que fue un parteaguas —en el sentido de una política diferente, de clase, una autodefensa, pero al mismo tiempo una ofensiva que planteaba un México diferente, en aquel entonces planteado como el socialismo.
Yo he llamado —en algún momento— que es la madre de todas las batallas del movimiento armado socialista, porque a partir de ahí es que incluso “biológicamente” las personas que participan en el asalto al Cuartel de Madera se van trasminando hacia lo que después serían los distintos organismos o forman parte de ellos, de tal manera que están presentes en la mayoría de los más importantes grupos armados que se fundaron en esa época, a partir del 23 de septiembre.
EM. ¿Cuál es la relevancia actual de estar publicando diversos testimonios y análisis sobre estos diversos organismos que se crearon?
DCO. Bueno, el México que tenemos hoy no lo podemos explicar sin la guerrilla, sin todo el proceso del movimiento armado socialista.
Es paradójico, los que reivindicaban que solamente con el tránsito pacífico se podía llegar al socialismo —porque antes, ellos planteaban el socialismo al igual que nosotros—, ahora no están reivindicando que ganó su fórmula, y no nos están echando en cara que nosotros perdimos, porque en realidad nosotros no perdimos, y ellos tampoco ganaron. Lo que había en ese momento, había que enfrentarlo con las condiciones que teníamos, con las formas de hacerlo y con las posibilidades que teníamos. Y para romper con un régimen dictatorial, solamente había la lucha armada.
La lucha armada fue el primer hachazo que se le dio a este sistema, que empezó a desmoronarse a partir de ahí, pero fue un hachazo que costó muchas vidas, sin embargo, hoy podemos decir el PRI está muerto, técnicamente está muerto. En términos político-militares, el PRI no representa nada, cuando antes el PRI era quien determinaba la vida y la muerte de todas las personas de este país.
EM. ¿Y los textos que se trabajan van en esta tónica, o sea, van a mostrar que este primer hachazo lo da el movimiento armado?
DCO. Sí, los textos que nosotros publicamos tienen por objeto que se recupere esa historia. El análisis que nosotros hacemos es ese. Estamos empeñados porque es un proceso que ha nacido con debilidad, en recuperar todos los testimonios de primera fuente, los testimonios de quienes combatieron o de quienes vivieron todo eso. Y a partir de ahí hacer una reflexión.
Ha habido muchas reflexiones previas, de exguerrilleros arrepentidos, en donde la conclusión es que cometimos un error, nos aceleramos, no había condiciones, etc. Esos son unos testimonios que han dado personas, que más que dar su testimonio, dan su posición política, cuando ya no asumen las posiciones políticas que tuvieron antes. Pero más que eso, nosotros tenemos que recuperar uno, la historia tal cual fue; y segundo, la sociedad, el pueblo, nosotros mismos podemos tomar nuestras propias reflexiones.
Lo que es cierto es que no tenemos nada de qué arrepentirnos. Logramos la transformación, no la que buscábamos, no es esta transformación la que buscábamos, pero esta transformación no se podría explicar sin lo que hicieron los compañeros, todo el movimiento armado socialista.
EM. Muchas gracias compañero.
Fotografía: Egbert Méndez