Por: Macaón y Podalirio. Trabajadores del IMSS Bienestar. 27/01/2025.
El estado de las cosas
A finales del 2022 el gobierno federal anuncia la creación del IMSS Bienestar, esto implica la absorción de todos los hospitales y Centros de Salud de la Ciudad de México. Estas unidades son el primer nivel de atención de la población chilanga que no cuenta con una derechohabiencia, esto es el IMSS, ISSSTE, y demás sistemas de seguridad social que se le dan a los trabajadores formales de la ciudad.
Estos sitios son fundamentales, ya que cubren las necesidades más esenciales de salud como la vacunación de niños y ancianos casa por casa, la esterilización de perros y gatos, la campaña contra la rabia. Además, el primer contacto cuando los niños tienen gripas o diarreas, cuando una mujer busca una mastografía o papanicolau, o un hombre quiere detectar cáncer de próstata. Donde se supervisan los embarazos o se obtienen los certificados. Las campañas de salud sexual y la distribución gratuita de métodos de planificación familiar no podrían entenderse sin ellos, así como la vigilancia en la calidad del agua o la gestión de programas sociales para los más marginados.
Pero no solo son edificios y materiales, estas unidades son antes que nada una fuerza laboral de miles de trabajadores: médicas, psicólogas, dentistas, enfermeras, trabajadoras sociales, administrativas, técnicas y auxiliares de todo tipo. Es esta base trabajadora la que se encontró frente a un cambio de patrón sin ser consultado ni consensado. Una transferencia impuesta que lo llenaba de incertidumbre sobre sus condiciones laborales, las cuales de por si venían siendo amenazadas.
Divisiones y sustracciones
El día 23 de octubre Ciudad Bolillo amanece celebrando su día del médico, mientras ellos protagonizan una marcha masiva al Palacio del Ayuntamiento. El objetivo es que, con la fuerza de la base, la vanguardia sindical histórica (SNTSA) pueda negociar con la jefa de gobierno los pagos pendientes, estímulos, prestaciones y otros adeudos de meses a los trabajadores de base de la Secretaría de Salud. La respuesta oficial es: prometo pagarles, pero a partir de ahora es problema de la federación y el IMSS-B, mucha suerte. El sindicato convoca a asamblea a toda su membresía, una forma de brazos caídos para vigilar el cumplimiento ¿Huelga en el Sector Salud?
El día 25 nos encontramos con unidades abiertas, pero ¿quién las operaba?
Para entender el esquema operativo en unidades de salud es necesario distinguir que existen al menos 5 tipos de contratación:
- Trabajadores de Base. Tienen contratos indefinidos y sindicato, como en los buenos tiempos. Hasta ahora.
- Regularizados. Contratos indefinidos, y sindicalizados, pero con derechos limitados, como la falta de escalafón.
- Trabajadores eventuales y de honorarios. Contrataciones muy precarias, parecidas al outsourcing, son ejemplos de flexibilidad, pero solo para los patrones, donde tienes todas las obligaciones, pero ningún derecho (en palabras de los administradores y capataces). Con salarios incluso menores al mínimo legal (los hay de 6 mil pesos mensuales).
- Trabajadores interinos. Personal que cubre un espacio de algún basificado que solicitó licencia. Su status es completamente provisional y su re-contratación es discrecional. Tampoco cuentan con sindicato.
- Trabajadores de confianza. Este grupo es el candado de cualquier institución. A cambio de algunas ventajas salariales, renuncian a sus derechos organizativos, deben lealtad absoluta a la autoridad.
- Nomina 8. Principalmente el Programa de Médico en tu Casa. Su situación es peculiar porque provienen de un acuerdo político a nivel local. Fueron los primero en manifestarse hace un año por no ser basificados.
Mientras los trabajadores sindicalizados estaban en paro parcial, la autoridad se garantizó la operación mínima a través de sus nuevos basificados: los antiguos trabajadores de honorarios que ha formalizado el IMSS-B y por lo tanto deben gratitud a sus patrones. Dicha base no tiene las prestaciones de sus homólogos ni cuenta con una estructura sindical. Es con esta arma que los jefes amenazan con represalias si se solidarizan con sus compañeros.
Sin embargo, no hubo respuesta de la base organizada, el sindicato en vez de servir como el arma de la clase, se convirtió en su cadena. Al no tener un mandato legal, impidió cualquier tipo de comunicación con los no sindicalizados, y también con los que pertenecieran a otras formaciones independientes. En vez de unidad, terminó en aislamiento. La indicación desde la cúpula fue evitar contacto con los usuarios, no salir a las calles ni tener eventos públicos, cuando su vínculo con los barrios era su mayor fuerza, y en el apoyo de sus usuarios estaba su victoria. Si los trabajadores no cuentan con sueldos dignos, no puede haber una atención de calidad. Por el contrario, una victoria que resulte en mayores recursos para las unidades de salud sería un beneficio para toda la comunidad.
Las asambleas no fueron más que salas de descanso donde en ningún momento se fomentó la discusión ni la toma de decisiones. Este absurdo tenía una razón de ser (la cual es el cáncer que asola a los sindicatos cuando se alejan de sus principios y se acercan a la autoridad, el temor a ser rebasado por sus propios integrantes, a los cuales prefirió censurar, no sea que se radicalizaran y tomaran sus organizaciones bajo sus propias manos. En cambio, vimos escenas de auto-esquirolaje, donde los protagonistas, producto del aburrimiento, se volvieron espectadores y en vez de extender el paro, eligieron trabajar a escondidas ante la ausencia de noticias o motivaciones
Sin embargo, no todo fue oscuridad, después de varios días, se firmaron acuerdos con la autoridad, que prometió ir pagando poco a poco, a cambio de la vuelta a la normalidad. Se pagó parcialmente la deuda con el personal, lo que le dio un respiro al gobierno y permitió desactivar un foco que pudo haberse encendido. Sin embargo, este beneficio no alcanzó a todos los trabajadores.
En otro flanco, los trabajadores eventuales e interinos que no alcanzaron basificación tenían sus propios combates. Este sector dejó de recibir el pago de sus quincenas a partir de octubre, y así seguiría al menos hasta diciembre. Incluso se llegó a sugerir que no serían contratados más, dado que no cabían en el nuevo modelo y ya no estaban contemplados en el antiguo. Una vez más la austeridad de la que tanto se jacta la 4T no sería pagada por los jugosos sueldos de directivos o proveedores, sino por los trabajadores más humildes.
Estos compañeros pasaron más de 6 quincenas sin recibir ningún ingreso. A la angustia de ver como sus recursos se agotaban, se le sumaba la desesperación propia de una novela de Kafka, hacer oficios, llevar memorándums, firmar peticiones, todo con el mismo resultado, largas y más largas. Esto hasta que ellos mismo decidieron organizarse y empezar las gestiones por sí mismos, y fue cuando comenzaron a obtener resultados, aunque una vez más, de forma fragmentada, el método más efectivo de la autoridad para disminuir la fuerza trabajadora.
Al momento de escribir estas líneas, un sector de estos interinos aún está peleando sus pagos atrasados a través de mitines, cierres y bloqueos en la sede del IMSS-B. La demanda no solo es por dinero, también por recontratación y seguridad laboral.
¿Hay luz al final del túnel? Lo discutiremos en el cierre de esta nota, la próxima entrega…
Fotografía: tomada de Facebook