Por: Mario Rivera Guzmán. Perspectivas comunistas. 20/10/2024.
Digamos que en el Comité del Distrito Federal del Partido Comunista Mexicano (PCM) surgió espontáneamente, después del Informe secreto de Kruschev en el XX Congreso del PCUS, la revolución castrista en Cuba y la represión del Estado mexicano contra la huelga ferrocarrilera de 1958-1959, una especie de “frente” anti-stalinista entre los intelectuales clasemedieros de la colonia Juárez.
Ese frente se dividiría con la expulsión de José Revueltas, Guillermo Rousset, Mario Héctor Rivera Ortiz, Carlos Félix, Carlota Guzmán y varies otres por el flamante dirigente Arnoldo Martínez Verdugo y su compacto núcleo de allegados: Gerardo Unzueta, Encarnación Pérez, Eduardo Montes y Valentín Campa. Años después, al filo del movimiento estudiantil de 1968, incorporaciones a la dirección del PCM como la de Enrique Semo, Pablo Gómez, Joel Ortega, etc. preparan la hipertrofia del Partido por su amplia base académica, como preparación y anticipo de la disolución del comunismo partidista en un socialismo plural, primero, y después en el nacionalismo constitucionalista del PRD-Morena.
Por su parte, los que fueron expulsados en 1960-1962, derivados al principio de una matriz leninista, terminaron escindidos entre comunistas-castristas o maoístas y autogestionarios.
Fotografía: revista El Machete (noviembre, 1980)