“La represión será más bestial y grotesca, si una coalición mundial no detiene a los poderosos y se les obliga a “compartir democráticamente el poder, los recursos, la riqueza y el respeto…[1]
Jorge Salazar García. 22/06/2020
Las protestas por el asesinato de George Floyd cunden por toda Norteamérica y los agravios acumulados por tanto abuso del Poder, emergen violentamente en algunas movilizaciones populares. En varios Estados se impone el toque de queda y el saldo general es considerable: miles de ciudadanos han sido arrestados, más de dos mil autos y patrullas incendiadas e incontables comercios, instalaciones públicas y privadas, vandalizadas. Puede suponerse que de continuar la insensibilidad de la autoridad y, sobre todo, se incrementen los casos de brutalidad policíaca como el sucedido en Atlanta, (a Rayshard Brooks, lo mató la policía dándole balazos en la espalda), la rebelión podría ser mayor.
Comparativamente, esos excesos son peores que los cometidos por la Santa Inquisición con los herejes; ésta, al menos escuchaba a sus víctimas antes de quemarlas vivas. Sería a todas luces insostenible que el sistema de Justicia exculpara a quienes asesinaron a George Floyd o simulara procesarlos mientras pasa el vendaval. La liberación de Thomas Lane (10/06/2020) parece conducir hacia ese escenario en tanto el Estado sigue “empleando técnicas de amaestramiento, procedimientos de dominación,…, para obtener la obediencia (Michael Foucault). La autoridad, de no escuchar las demandas de la población, agitará la consciencia y despertará la solidaridad de otros sectores. Es cuestión de tiempo, la rebelión se fortalecerá, simplemente porque no hay otra alternativa para millones de seres humanos cuyas únicas opciones son luchar o morir (de hambre o asesinado).
La actual pandemia (inducida intencionalmente o no) ha resultado el pretexto perfecto a ese 1% para re maquillar su modelo de exclusión que privatizó en su beneficio los derechos fundamentales de la gente. Todo el Sistema intenta convencer a la población de que la reducción de sus derechos es culpa del Covid-19 y que debe aceptar con resignación los despidos masivos y la digitalización del proceso productivo. De ese modo mantendrán la rentabilidad de su dinero. Actualmente millones de trabajadores son lanzados a la calle a mendigar la dádiva de una comida para paliar el hambre. Nadie con sentido común puede aceptar esto como Justo. Además es perverso que mientras miles de desempleados hacen cola para recibir una comida (Instituto de Estudios Políticos) la riqueza de ese 1% haya aumentado en 665 mil millones de dólares.
El BOICOT
“La rebelión no es una opción”, repiten en los medios de información mientras su modelo de muerte extermina a millones y persiguen a quienes dejaron de creen en él. Por eso la crisis económica lo es también de credibilidad. Cada vez menos ciudadanos creen en los políticos (gerentes de los empresarios) e intentan construir caminos de resistencia. Han descubierto que si a algo le tienen pánico esos señores es perder el sustento de su poder, y el BOICOT podría ser una herramienta eficaz para quitárselos. Al político, se le puede sabotear los procesos electorales promoviendo la desobediencia civil y dejando de pagar impuestos, hasta lograr una reforma fiscal realmente redistributiva y leyes electorales que permitieran estructurar una democracias auténticamente participativa. A las megaempresas y consorcios se le obligaría negociar, dejando de consumir sus productos sustituyéndolos con los producidos por pequeños productores locales.
Ahora mismo se multiplican las asambleas masivas por todas partes y siguen sumándose personalidades como Danny Glover, Jane Fonda, Angela Davis, etcétera; en solidaridad con el movimiento antirracista re-surgido el 25 de mayo pasado. [https://es.poorpeoplescampaign.org] La esperanza, vive.
[1] Palabras de Cornel Roland West, filósofo estadounidense, autor, crítico, actor, activista de los derechos humanos y miembro prominente de «Socialistas Democráticos de América». (Wikipedia).