Por: Pradaraul. 21/09/2024
Un gobierno no solamente se caracteriza por su vinculación con la forma de Estado, por ejemplo, cuando decimos forma de gubernamentalidad clientelar, caracterizamos las prácticas de corrosión institucional, de corrupción galopante y sobretodo lo caracterizamos por la conformación expansiva de clientelas.
Un gobierno también se puede caracterizar por su administración, no solamente en lo que respecta a que el Estado es administración pública, sino por el hecho de para quienes administra. Por ejemplo, se ha dicho que los gobiernos liberales administran, en los hechos, para la burguesía.
¿Para quiénes administra un gobierno de la forma de gubernamentalidad clientelar? Hemos dicho que, en el marco de un modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente, los gobiernos neopopulistas terminan administrando para la hiperburguesía de las transnacionales extractivistas. Sin embargo, en el contexto nacional lo hacen para el conglomerado burgués barroco nacional. En este conglomerado se encuentra una gama de burguesías distintas y hasta aparentemente disímiles. Por ejemplo, hallamos a la burguesía agroindustrial, a la burguesía ganadera, a la burguesía comercial, residuos de la burguesía industrial, coaligados con los nuevos ricos, la burguesía rentista que gobierna, la burguesía de la hoja de coca exedentaría y de la “industrialización de la cocaína, la burguesía de la mal llamada “cooperativas mineras”, la burguesía del negocio de tierras, que ocupan tierras mediante comunidades fantasmas, después queman bosques, cometen ecocidio y venden tierras a la burguesía soyera transnacional. A esta burguesía del lado opaco de la economía debemos añadirle la burguesía de los cárteles, vinculada también al tráfico de armas, de cuerpos y de órganos. Entonces, se trata de un gobierno no solamente clientelar, sino un gobierno de la alianza interburguesa perversa.
Esta forma de gobierno barroca, que corresponde a la forma de gubernamentalidad clientelar, ha derivado en una administración perversa de gobierno, que gobierna en beneficio del conglomerado burgués barroco, destacado la administración para beneficio de burguesías del lado oscuro del poder, que podemos llamar mafias destructoras, ecocidas, depredadoras, contaminadoras, también etnocidas, porque arrasan con los territorios de las naciones y pueblos indígenas, además de arrasar con parques nacionales y áreas protegidas.
Por otra parte, esta forma de gubernamentalidad clientelar se caracteriza por el despilfarro de la renta y el excedente nacional, por su manejo discrecional, por la desaparición de la inversiones en elefantes blancos y empresas fantasma, en otras palabras, por el robo burocrático de las riquezas del pueblo. Además de su constante apego al montaje y al espectáculo, fuera de su inclinación por las enmarañadas comedias políticas, que encubren manejos dolosos, elecciones tramposas, censos falsos, invensión y cocina de datos, es decir, destrucción de la estadística.
En conclusión, estamos ante la manifestación proliferante de la decadencia política e institucional. Encubierta por la propaganda compulsiva, difundida por medios de comunicación sensacionalistas. Asistimos no solamente al réquiem de una república, como decía Sergio Almaraz Paz, sino también al réquiem de un “Estado Plurinacional”, que nunca se dio.

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Fotografía: Pradaraul