Por: Jorge Salazar García. 19/07/2018
Después del monumental fraude cometido por la dictadura en 1910 contra Francisco I. Madero, el Colegio Electoral (Congreso de la Unión) declara a Porfirio Díaz presidente electo, porque “no ha lugar” para conceder la anulación de las elección solicitada por aquel y sus seguidores. Muy a su pesar, Madero reacciona convocando al pueblo a tomar las armas el 20 de noviembre del mismo año. Por toda la Nación hay levantamientos de los agraviados, lo que fuerza a Díaz a renunciar y firmar la paz el 21 de mayo de 1911 en los llamados Tratados de Ciudad Juárez. El dictador es desterrado del País y se nombra a León de la Barra presidente provisional con el fin de reorganizar las elecciones, las cuales se llevan a cabo en octubre de 1911. Como era de esperarse, resulta ganador Madero con un aplastante 99.27 % de los votos. Por cierto, este proceso electoral parece ser, tal vez porque estaban las armas de por medio, el único en la Historia de México, donde el sufragio realmente fue plenamente respetado. Como haya sido, lamentablemente, poco duró ese notable hecho; en 1913, Madero es derrocado y asesinado por Victoriano Huerta, con pleno apoyo del embajador gringo Henry Lane Wilson.
Después del derrocamiento de Madero, en un México convulso dominado por el ejército porfiristas, se suceden en la presidencia ¡15 personajes! empezando por Pedro Lascuráin quien como presidente interino gobernó 45 minutos (no era militar) el 19 de febrero 1913 sólo para poner a Huerta en la secretaría de gobernación desde donde, en un simulacro de elección, este dipsómano ocupa la presidencia (1913-1914). El chacal es obligado a renunciar y es sustituido Francisco Carbajal (1914) a quién le siguen Eulalio Gutiérrez, Roque González Garza, Francisco Lagos Cházaro (1915) y Venustiano Carranza (1917-1920). Asesinado Carranza, Adolfo de la Huerta ocupa la silla y organiza las elecciones donde es electo Álvaro Obregón para el periodo 1920-1924 con el 95.8 por ciento de los votos. Este periodo de caudillos, asonadas y traiciones lo corona el general Plutarco Elías Calles (1924-1928). Para el periodo siguiente (1928-1932) se vuelve a postular Obregón quien apoyado por Calles y los militares resulta electo con el 100 % de los votos debido a que previamente se deshacen de sus adversarios políticos y oponentes a la reelección. Para ese momento, Calles ya ha realizado los cambios que le concederían el titulo del Jefe Máximo de la Revolución: funda el Partido Nacional Revolucionario (PRI), el banco de México, el banco ejidal y agrícola, la escuela de ingenieros mecánicos electricistas, reorganizó al ejercito, entre otros, para trasladar el poder a los civiles. Muy probablemente por esta razón, Obregón que era un militar no llega a tomar posesión para su segundo periodo: es asesinado el 17 de julio de ese año por el fanático religioso Juan León del Toral. El congreso nombra presidente provisional a Emilio Portes Gil (1928-1930) quién se encarga de preparar las nuevas elecciones, comprometiéndose a realizarlas limpiamente.
En este asunto de la sucesión presidencial, México, pasa de un extremo a otro: en 34 años tiene un presidente solamente(1876-1910) y en 20 años llegan a erigirse 15 personajes inmersos en el caos y la desunión.
FRAUDE vs Vasconcelos
Para esta nueva contienda electoral a celebrarse el 17 de noviembre de 1929, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) bajo el tutelaje de Calles, postula a Pascual Ortiz Rubio, dando inicio al Maximato de aquel. José Vasconcelos Calderón, ante la promesa del presidente provisional garantizando elecciones limpias regresa de los E.U. lugar donde se había exiliado después del fraude sufrido durante su candidatura a Gobernador de Oaxaca. Este Prometeo, que desea dar las libertades al pueblo, justifica su postulación afirmando:
“Acepté porque, habiendo demostrado el pueblo su decisión de ir a las urnas en una elección local (Oaxaca), estaba seguro de que volverían a votar por mi en una elección nacional”[i]
Consecuentemente, el 5 de julio de 1929, el Partido Nacional Anti reeleccionista elige al ex secretario de educación Publica como su candidato a la presidencia. En el discurso pronunciado en ese evento expresa las razones de su aceptación:
“poco a poco.(…) las riquezas todas del país y las grandes empresas, ayer las minas, hoy las caídas de aguas,… todo pasa a manos de extranjeros… ya no disponemos del manejo de nuestra producción ni del control de nuestra economía; no es exagerado afirmar que nos estamos colocando en una condición de dependencia financiera”[ii]
Su campaña, de inmediato entusiasma a estudiantes, académicos, intelectuales e idealistas los cuales veían en él, al posible mesías que retomara el rumbo perdido de la Revolución. Por todo el territorio:
Su palabra ahuyentaba el sueño y encendía la rabia de las autoridades municipales. Hablaba el hombre y las verdades del espíritu se hacían tangibles y los hombres que le oían comenzaban a sentir que dentro del pecho algo vivo se agitaba. [iii]
Vasconcelos, fortalecido por las adhesiones y los concurridos mítines, descarta alianzas con otros grupos políticos y rechaza el apoyo de algunos militares, confiado que podría ganar la presidencia, solo. Sin embargo, las expectativas que su candidatura despertó rebasaron la capacidad organizativa y de recursos económicos disponibles (Antonieta Rivas Mercado lo financia en parte). Además, su promesa de nacionalizar todos los recursos de México, alarmó a la oligarquía nacional y a los norteamericanos.
Para explicar porqué el aparato del Estado se puso en marcha para impedir su triunfo, véanse algunas de sus propuestas de gobierno más importantes: [iv]
- Combatir los monopolios privados (transporte, ferrocarriles y comunicaciones)
- Prohibir la concesión de minas y de las reservas petrolíferas a quienes no fueran mexicanos.
- Contener a los líderes charros que se comportaban como los nuevos caciques post-revolucionarios.
- Encarcelar y confiscación de bienes a quienes cometieran irregularidades (corrupción).
- Reformar el campo
- Educar de las masas.
Como era de esperarse, el gobierno, al ver
“desbordados sus cálculos y provisiones sobre el movimiento (vasconcelista), da comienzo a la represión. Se impiden manifestaciones, se provocan enfrentamientos que dejan como saldo decenas de heridos y muertos… En una manifestación… asesinan a Germán de Campo, uno de sus más jóvenes y entusiastas colaboradores” [v]
Durante la jornada electoral hubo robo de urnas, falsificación del voto, acarreados, compra del voto, urnas embarazadas y bloqueo de casillas por parte de nuestro ¿glorioso? ejército para impedir votaran los vasconcelistas; además se intensifico la infame guerra sucia en los medios oficialistas, calificando a Vasconcelos de agitador, loco, pernicioso, subversivo, etcétera. Como puede notarse, se comenzaba a institucionalizar el fraude y, no, no se cayó el sistema esta vez, pero el conteo de los votos “aiga sido como aiga sido” (Calderón dixit) otorgó el 93.8 % de los sufragios al candidato oficial (Pascual Ortiz Rubio), 5.4% a Vasconcelos y 1 % al candidato del Partido Comunista (Pedro Rodríguez Triana). José Vasconcelos es visitado por un enviado del embajador gringo (David Morrow) quien le ¡¿ofrece?! la rectoría de la Universidad a cambio del reconocimiento del triunfo de Pascual Ortíz Rubio (alias el nopalito). El Ulises Oaxaqueño no acepta y continúan rechazando los resultados oficiales.
Naturalmente, la rabia e impotencia afloraron en el pueblo por los “monstruosos manejos” (Vasconcelos)[vi] gubernamentales antes, durante y después de la elección presidencial. Para anular la inconformidad, se prohibieron las manifestaciones, se aplicó la censura y disolvieron grupos de la oposición. El sistema incrementa las ejecuciones, encarcelamientos y DESPARECE A MILES de “provocadores e instigadores del orden” (Hernández Soria, Lucía). Finalmente, el gobierno logra por la fuerza del terror aplastar la protesta. Vasconcelos es encarcelado y después exiliado pero permanece cerca de la frontera norte “esperando que se reuniera un puñado de hombres y se alzara en arma para ponerse a la cabeza de ellos. Nadie se levantó… ”[vii] Se comenzaba a construir la dictadura perfecta. Continuará…
[i] Hernández Soria, Lucía. Artículo publicado en http://www.elministerio.org.mx/blog/2012/02/vasconcelos-presidencia-1929/
[ii] Carmona Dávila Doralicia. “Memoria Política de México”. http://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/7/05071929.html
[iii] Rivas Mercado Antonieta. “La campaña de Vasconcelos”. Actriz, escritora , activista, defensora de los derechos de la mujer que financió parte de la campaña.
[iv] Hernández Soria, Lucía. Opus cit.
[v] Vasconcelos, José. “Textos sobre educación”. Fondo de Cultura Económica.México 1981. Pág. 17
[vi] *Ricciu, Francesco. “La Revolución Mexicana”.Ed. Bruguera. 1968. Pág. 202.
[vii] Rivas Mercado, María Antonieta. “87 cartas de amor y otros papeles”.Ed. Universidad Veracruzana. 1981. Pág. 14
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