Por: Oswualdo Antonio González. 28/10/2017
Desde distintos frentes (Izquierdas, Centros, Derechas y Extremos) y desde grupos de intereses diversos (los de arriba, los de abajo, los de en medio), se ha colocado en el imaginario la idea que en el 2018 se define algo más que el nombre de un nuevo grupo en el poder presidencial.
La mercadotecnia publicitaria de uno y otro lado, plantea que en el 2018 los votantes deberán elegir entre: un país gobernado por corruptos y otro gobernado por los no corruptos, cambio o continuidad. Han logrado colocar esta polarización como el único escenario.
Polarización: estrategia de los tecnócratas para permanecer en el poder
Diversos autores dan cuenta que con Miguel de la Madrid, llega al poder presidencial un grupo con un nuevo perfil de servidores públicos denominados “tecnócratas”, que poco a poco fue invadiendo a todo el aparato público, incluyendo a los Partidos políticos, convirtiéndose en un modo de hacer y pensar en el ejercicio público. El PRD con los “Chuchos” es el ejemplo más acabado de este perfil, donde permanecer en el poder y obtener “ganancias”, se convierte en el único objetivo. En el caso de MORENA desde lo interno, como en lo externo, diversos grupos alertan sobre el riesgo real de tecnocratizarse, sustentando esta aseveración en el hecho de que la burocracia partidista empieza a desplazar a las llamadas bases y los procesos verticales de toma de decisión, aplastan las incipientes redes de formación de cuadros y colectivos que promueven el debate público.
En el caso de MORENA se agrega a lo anterior la conformación de una cúpula “tecnócrata” proveniente de diversos grupos de poder, a los cuales se les ha encargado el diseño del Plan de Gobierno en las áreas más sensibles. La estrategia de MORENA, dirigida a grupos y redes con poder de veto parece funcionar, cada vez hay más declarantes “pudientes” que no ven en Obrador un peligro para México, la cuestión es si el voto duro y los “antisistema”, lograrán resistir el embate público que colocará a la incongruencia de MORENA como su punta de lanza.
Detrás de este montaje de los tecnócratas de colocar el 2018 como la batalla final, está el ideal neoliberal alcanzado, de mantener intacto el modelo económico e imponer una democracia que crea la ilusión de que cualquiera puede llegar al poder (incluso por la vía independiente).
En el próximo proceso electoral, la nueva normalidad democrática mostrará, como trofeo del nuevo imperio de la ley, el hecho de que funcionarios “corruptos” puedan ser llevados a juicio. José Antonio Meade, describe esta normalidad lograda ya por los tecnócratas, en una recién entrevista con el Periodista Ricardo Raphael, donde afirma que las decisiones en materia económica, independientemente de quien gané la Presidencia serán tomadas por egresados del ITAM, lo cual garantiza continuidad y estabilidad, incluso daba nombres al interior del PRI, PAN y MORENA.
Logrado el blindaje del modelo neoliberal en lo económico y político, se monta con todo cuidado el escenario electoral con ingredientes ya ensayados en el Estado de México: violencia, asesinatos, desapariciones, uso de recursos públicos, participación abierta del gobierno federal, autoridades electorales a favor del gobierno y todo el arsenal de ilegalidades imaginables. El gobierno hará todo lo necesario para ganar, pero incluso perdiendo, su plan B, la colonización tecnócrata de las “otras” opciones políticas, ya lo ha logrado.
¿Sociedad civil, organizaciones y movimientos, los grandes perdedores en el 2018?
En una próxima entrega abordaré este aspecto. Sólo adelantaré algunos hechos. En el caso del Movimiento Magisterial de Veracruz, el acercamiento con MORENA fue con el discurso de Partido-Movimiento, un modelo atractivo que se tradujo en “asignar” espacios de poder público a los llamados “movimientos” mediante “invitaciones directas”, pero que no se tradujeron en agendas, solo en “dar” espacios de poder y con ello burocratizarlos creando “cúpulas” artificiales. El impacto es brutal, al grado que ahora se lucha por candidaturas y no por una educación pública, laica y gratuita.
Una cuestión a observar los próximos días en este renglón, es si los espacios otorgados en las planillas que compitieron por los ayuntamientos a las organizaciones de la sociedad civil y que resultaron ganadores, se les permitirá integrar sus equipos e impulsar políticas acordes a los perfiles de las organizaciones que representan o si las burocracias tecnócraticas de MORENA lograrán invadir todo.
Un tercer elemento, sobre el cual profundizaremos en el próximo artículo, son los escenarios de impacto por la “agresividad” contra Marichuy vocera del Congreso Nacional Indígena, de parte de integrantes de MORENA.
La crítica pública es lo que puede salvar a MORENA de convertirse en un PRD tecnócratico integrado por tribus. A MORENA le sirven más ciudadanos, que una clientela electoral que acepta todo y ataca a todo lo que implica cuestionamientos.