Por: Kirvin Larios. 23/07/2023
El cineasta colombiano participó por primera vez del Festival Gabo. En conversación con la actriz Natalia Reyes habló de su cine, de la influencia de Gabo y de sus métodos como director.
Ciudades como Cartagena y Bogotá “no son fáciles de visitar” para Rodrigo García Barcha, porque en ellas ya no están sus padres, “los gabos”, y no puede recorrerlas sin que le “ronden los fantasmas”.
No es algo “triste”, explicó el cineasta; tan sólo hace parte de la llegada a un lugar así, donde vivió momentos importantes con sus padres. A ellos les dedicó, hace dos años, el libro Gabo y Mercedes: una despedida, que relata los últimos días de la pareja.
El cineasta visitó Bogotá en su primera aparición como invitado al Festival Gabo, en el que tuvo agendadas dos charlas y una intervención especial en la ceremonia de entrega del Premio Gabo 2023 realizada en el histórico Teatro Colón.
García Barcha (1959) lleva impreso en sus facciones tanto el rostro de su madre como de su padre. Es alta como ella (“la jirafa”, “el cocodrilo sagrado”, “la jefa máxima”), de cejas pobladas como él, y en el resto de su cara parecen repartirse características de uno y otro padre.
En entrevista con la actriz Natalia Reyes, actual presidenta de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas, el director nacido en Bogotá –donde vivió el primer año– habló de su trayectoria cinematográfica, reflexionó sobre los personajes de sus películas y sobre lo que significa haber nacido en la casa de uno de los escritores más grandes de la literatura universal.
En el auditorio del Gimnasio Moderno, una de las sedes del evento, se refirió a sus orígenes cinematográficos en Hollywood, que “no existe” –dijo– o que existió sólo en otras épocas, cuando eran cuatro o cinco estudios los únicos encargados de las películas o los productos para la televisión.
Siempre ligado al cine independiente, el también miembro de la Junta Directiva de la Fundación Gabo debutó en la película Cosas que diría con sólo mirarla (2000), con la multipremiada Glenn Close como protagonista, y quien se convertiría en la actriz principal de múltiples películas suyas, entre ellas El secreto de Albert Nobbs (2012).
García Barcha forma parte de una generación de directores que trabajó en proyectos innovadores de HBO, canal para el que dirigió capítulos de importantes series como Los Soprano o En terapia.
Recientemente, el cineasta ha trabajado como director y productor de la adaptación a series de streaming de los libros Santa Evita de Tomás Eloy Martínez y Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez. También se encuentra asesorando, pero con distancia, la adaptación de Cien años de soledad para Netflix.
En su trayectoria, contó en la conversación, García Barcha ha visto cómo el cine latinoamericano ha dejado de ser tratado de forma despectiva para suscitar el aplauso internacional.
Sus últimos proyectos, de hecho, se han acercado cada vez más a Latinoamérica, donde ha encontrado una forma de trabajar “sin tanta presión de lo hollywoodense”, más distanciada de los costos de promoción de una película y de las exigencias por las ganancias que buscan recaudarse en el primer fin de semana.
Esto le otorga “un poquito más de tranquilidad, sobre todo porque muchos de los proyectos en Latinoamérica son hechos con estímulos, donde no hay la obligación de tener un éxito”.
Sobre este momento de su carrera, el director colombiano dijo: “Me ha gustado, me ha animado más a escribir en castellano. Me tardé sólo 63 años, no es tanto”, bromeó.
Dirigir lo menos posible
A García Barcha le interesa explorar en sus historias las relaciones interpersonales, “sobre todo esas en las que uno no puede ni vivir ‘con’ ni vivir ‘sin’”, explicó. “El divorcio, una vez que tienes hijos, nunca acaba de ser 100% divorcio. Cuando tus padres mueren nunca acaban de estar completamente muertos: el diálogo continúa”.
Sobre sus métodos como director, dijo que “hay que tratar de dirigir lo menos posible y hacerlo lo más tarde posible”.
“Si diriges mucho, los directores, sobre todo los directores guionistas, a veces pueden tener mucha influencia sobre el actor. Si yo hablo demasiado de cómo yo veo todo, puedo apagar una fuente de creatividad del actor. El actor o la actriz, como todo artista, trabaja a partir de su imaginación, su experiencia, su inteligencia y su instinto. Si yo te digo ‘esto tiene que ser así’, entonces tú te vas a preparar y mi voz estará en tu cabeza. Entonces prefiero que leas el guión, que cocines eso, y luego nos encontramos en algún momento a la mitad”.
Sobre sus personajes femeninos, que los considera una mezcla de las mujeres que ha conocido en su vida (tías putativas, madre, “mujeres muy fuertes”), aconsejó salirse de lo acostumbrado: “que no sea mártir santa o puta”, sino alguien que es muchas cosas a la vez: “complicada, bondadosa, egoísta, maternal, independiente, agresiva…”
“El chiste del personaje es que nunca sea una cosa sino que sea una gran contradicción de cosas”, agregó.
Actualmente, además de terminar una película, García Barcha tiene un proyecto de serie para la plataforma Star Plus: una historia sobre una ginecóloga que está en silla de ruedas, que es alcohólica y “un personaje complicado”. La cinta se planea filmar en Tijuana, México.
Y acerca del proyecto de adaptación de la novela cumbre de García Márquez, dijo que participaba sólo como asesor: “Doy mi opinión, pero es un poquito a distancia. He querido dar un espacio para que esos directores, guionistas y directoras y actores y actrices hagan su interpretación. Sería muy molesto encarar un reto tan grande como Cien años de soledad para, además de todo, tener al hijo director del autor jodiendo”.
La influencia de su padre
“A veces la gente me dice ‘qué tanta influencia tuvo sobre ti tu padre’; me muerdo la lengua porque quiero decir ‘qué tanta influencia tuvo para ti el tuyo’. Claro, no todo el mundo fue hijo de un premio nobel, pero esa fue mi realidad. Entonces, por un lado hay una presión. Por un lado, hubo ventajas y privilegios: crecí en un mundo muy rico y Gabo era un buen papá. No cambiaría esa situación”.
“Ahora, hay ciertas presiones. Por un lado no, porque nunca pensé que iba a escribir una obra que va superar Cien años de soledad. Por otro lado sí hay porque –y esto lo he visto mucho con hijos de gente exitosa– aunque tu cerebro lógico te dice que el éxito de tu padre o de tu madre no te garantiza a ti nada, tu cerebro de niño te dice: ‘A mí también me va suceder’. El cerebro del adulto te dice: ‘No hay ninguna garantía’. Tu cerebro de niño te dice: ‘Yo voy a ser como mi mami, yo voy a ser como mi papi’”.
“Es un trabajo que hay que hacer. Pero en general quejarme sería una vulgaridad insoportable. Estoy feliz. No cambiaría nada”.
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Sobre el 11º Festival Gabo
El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.
Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.
El 11° Festival Gabo es posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).
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Fotografía: Festival gabo