Por: José Yorg. 12/05/2024
“Además del besito de las buenas noches, que vaya que lo precisan (los niños), sobre todo cuando son cachorros, hay que romperse el alma para que tengan disciplina, cumplan con los horarios y entiendan que en la vida hay que tener método y que hay responsabilidades desde chicos, aspecto que tal vez sea de las cosas que hay que rescatar con más fuerza del mundo antiguo”. José Mujica.
Lo he dicho anteriormente, es necesario abordar la temática de ciertos comportamientos de las denominadas madres o padres tóxicos que poseen rasgos más o menos violentos, articulados y con frecuencia organizados que arremeten contra los educadores, de tal modo estamos en presencia de personas que han decidido romper las barreras del debido respeto y consideración a lo instituido, evidenciando así una patología social preocupante.
Está claro que en mi extensa e intensa trayectoria de docente nunca imaginé que enfrentaría un episodio realmente fastidioso con las denominadas “madres tóxicas” quienes se expresaron negativamente hacia mi desempeño educativo, pero así ocurrió, sin embargo, ello me obligó a desplegar dos líneas de acción:
Una, asumir mi derecho a la legítima defensa contra las injurias, calumnias y difamación levantadas en mi contra; la otra acción derivada de mi condición de docente investigador pedagógico, estudiar a fondo este fenómeno social que irrita a la educación de calidad: La acción tóxica de madres.
He decidido encarar aquí sólo el segundo aspecto que señalé porque considero muy importante promover el sano debate en la sociedad sobre este asunto de acción negativa continuada de estos grupos de madres o padres tóxicos como fenómeno social negativo emergente en la actualidad a nivel mundial y que tiene en gran preocupación a docentes, directivos y autoridades educativas.
A tal punto es grave que, por ejemplo, la legislación de la Provincia de Buenos Aires encaró una modificación del Código Contravencional para duplicar las penas económicas para quienes cometan agresiones físicas, maltrato o intimidación en lugares de acceso público a personal médico o docente.
La Ley 1.472/2017 en su artículo 74 bis del Código Contravencional, a partir de este cambio, establece multas dinerarias y días de arresto para aquellos que hostiguen verbal o físicamente, maltraten, intimiden, peleen o agredan a los trabajadores de la educación y de la salud.
Entre las acciones castigadas se encuentran el hostigamiento, maltrato, menosprecio, perturbación emocional e intelectual, insultos y actos de violencia física contra todos los trabajadores de la educación. Además, incluye sanciones para quienes arrojen elementos “de cualquier naturaleza” contra un trabajador o contra “un bien de utilidad educativa”, y también para aquellos que ingresen sin autorización a una escuela y no se retiren “a requerimiento del personal”.
Entonces develar el porqué de estas violentas conductas de madres hacia los docentes importa y mucho porque es el comienzo, no sólo para entender esta patología social actual, sino para intentar desarticular antes que se arraigue en la sociedad como costumbre o mal hábito que cercena a la calidad educativa.
España.
Olga Pereda desde España describe en su artículo “Padres que acosan a profesores: “Eres un incompetente” en El Periódico (https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20231114/padres-acosan-profesores-94598089)
“Casi 2.000 docentes de toda España acudieron al curso pasado (2022-23) al Defensor del Profesor, un servicio de atención puesto en marcha por el sindicato independiente de enseñanza Anpe. La queja mayoritaria fueron los problemas con la Administración (33%), seguida de las falsas acusaciones por parte de madres y padres (25%), las faltas de respeto de los estudiantes (22%) y los problemas para dar clase (21%)”.
Los padres acosadores, según el sindicato Anpe, “no aceptan la realidad y disculpan y justifican cualquier acción de su hijo, al que consideran incapaz de mentir”
El informe pone de manifiesto que los docentes están hartos del acoso de las familias de los estudiantes. Les insultan, ponen en entredicho su trabajo y, en bachillerato, les presionan para subir la nota con el objetivo de que su hijo entre en la facultad deseada. Este panorama da como resultado que los profesionales de la enseñanza estén quemados y con síntomas de sufrir trastornos psicológicos, como ansiedad o depresión.
Uruguay
Por considerar oportuno con el desarrollo de estas reflexiones y puntualizaciones sobre la temática que nos ocupa, transcribo algunas consideraciones del entonces presidente del Uruguay (12/18/2015) José Mujica:
“Los uruguayos deben hacer un mea culpa sobre los problemas de la educación”, dijo el Presidente José Mujica en la inauguración de una escuela técnica ubicada a pasos de la intersección de las rutas 101 y 102 en Colonia Nicolich, Canelones.
“No le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en el hogar”, advirtió, tras agregar que “el avance tecnológico y la mano de obra calificada serán imparables en el futuro”.
“Si el hogar fracasa, no le pidamos al docente que arregle los agujeros que hay en él, hay docencia y formación en cada madre que se preocupa por la suerte y formación de sus hijos, dónde están y dónde no están (…), y esto tiene tanta importancia como la docencia, porque es el ejemplo formador”.
Por otro lado, resaltó la responsabilidad que tiene la familia en la educación de sus hijos: “La educación es responsabilidad de todos, no solo de los maestros y del Estado, es de la sociedad uruguaya entera, porque ahí nos jugamos el futuro de la nacionalidad”, puntualizó”.
Con estos mínimos pero sustanciosos elementos expuestos es, sin embargo, posible concluir que debemos buscar y encontrar la manera de reconstruir una sociedad más justa y organizada cooperativamente.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
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Fotografía: Bajo la bota