Por: Clarisse Sih y Bibbi Abruzzini. 18/05/2025
Las mujeres siguen enfrentando matrimonios forzados, trabajo infantil y falta de protección social.
Durante más de 30 años, las mujeres en la región del Cuerno de África han luchado incansablemente contra la violencia, la discriminación y la opresión sistémica. Una de las voces líderes en esta lucha es Hala Al-Karib, activista sudanesa y directora regional de la Iniciativa Estrátegica para las Mujeres del Cuerno de África (SIHA).
En el núcleo de su trabajo hay una convicción profunda: “No solo estamos imaginando el poder. Lo estamos reclamando”.
Como parte de la campaña Marcha con Nosotros de Forus, Al-Karib reflexiona sobre la situación de los derechos de las mujeres, las barreras que enfrentan y la fuerza imparable de los movimientos feministas de base que están moldeando el futuro.
Una vida marcada por la lucha y la resistencia
De niña en Sudán, Al-Karib fue testigo directo de las profundas desigualdades y divisiones étnicas que alimentaban la opresión sistémica. Comenzó su activismo siendo muy joven, inspirada por la resiliencia de las mujeres a su alrededor:
Aprendí a una edad muy temprana que la opresión tiene muchas formas: contra las mujeres, contra las comunidades marginadas, contra quienes desafían al poder. Y también aprendí que para sobrevivir hay que resistir.
Desde Sudán del Sur hasta Canadá, desde Egipto hasta Uganda, el camino que Al-Karib ha recorrido, le dio una perspectiva global sobre la interconexión de las luchas.
“Audre Lorde dijo: ‘No hay jerarquía en la opresión’. Mi activismo parte de esa creencia. Ya sea violencia de género, discriminación étnica o marginación económica, nuestras luchas están vinculadas”, dice en una entrevista con Clarisse Sih de la red de la sociedad civil Forus.
Derechos de la mujer en crisis: una guerra contra el progreso
El Cuerno de África atraviesa uno de sus momentos más difíciles en cuanto a los derechos de las mujeres. La guerra en Sudán ha revertido años de avances, y dejado a las mujeres expuestas a niveles de violencia y explotación sin precedentes.
“A pesar de haber liderado la caída de una dictadura, las mujeres sudanesas ahora enfrentan una brutal represalia. El nivel de violencia sexual, represión y feminicidios es horroroso”, explica Al-Karib.
En Etiopía, la situación es similar: el conflicto en Tigray dejó a miles de mujeres sobrevivientes de violencia sexual en medio de la guerra, luchando por justicia.
“Las guerras desintegran los movimientos de mujeres. Construimos y reconstruimos, solo para ver nuestros esfuerzos desmoronarse. Pero a pesar de eso, seguimos adelante y encontramos nuevas formas de resistir”.
En toda la región, desde Somalia hasta Uganda, las mujeres siguen enfrentando matrimonios forzados, trabajo infantil y falta de protección social.
“El mundo debe entender que la justicia de género no está separada de la paz y la seguridad, está en el propio centro”, enfatiza Al-Karib.
Por qué la defensa liderada por las comunidades es el futuro
Para Hala y para la SIHA, la lucha por la justicia de género debe comenzar desde las bases.
“El cambio real no ocurre solo desde arriba. Ocurre en los sindicatos estudiantiles, en las cooperativas de vendedoras ambulantes, en las estructuras de gobernanza local lideradas por mujeres. Ahí es donde el poder se reimagina de verdad”.
SIHA trabaja con más de 200 organizaciones comunitarias, empoderan a mujeres en todo el Cuerno de África para que asuman roles de liderazgo en justicia, derechos económicos y protección social.
Al-Karib también advierte sobre el riesgo de despolitizar los movimientos feministas y sobre el peligro de que organizaciones internacionales impongan prioridades sin escuchar a las mujeres locales.
“No podemos ser subcontratistas en nuestra propia lucha. Nosotras tenemos nuestras realidades, y nos corresponde definir las soluciones”.
Llamado a la acción: encontrarse y resistir
Cuando se le pregunta qué la mantiene en pie a pesar de tantos retrocesos, Al-Karib es clara: la hermandad.
“Lo que me mantiene en pie es el poder de las mujeres. A pesar de todo, encontramos formas de apoyarnos, de organizarnos, de reconstruir. Esa es nuestra mayor fortaleza”.
A las jóvenes feministas que se sienten abrumadas por las barreras sistémicas, les deja un mensaje sencillo: “Encuéntrense. Así es como se construyen los movimientos. Así es como ganamos”.
Las palabras de Hala Al-Karib nos recuerdan que la justicia de género no es un privilegio: es una lucha, una responsabilidad y un movimiento que nos pertenece a todas.
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Fotografía: Global voices. Hala Al-Karib en el Debate Abierto del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad. Foto de Forus.