Por: Cirenia Celestino Ortega. 06/11/2023
La semana pasada, la paradisiaca playa de Acapulco, Guerrero fue arrasada por el huracán Otis de categoría 5. Antes de éste, el puerto ya había enfrentado los estragos de otros fenómenos meteorológicos, como el huracán Paulina, el 9 de octubre de 1997; el huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, en septiembre del 2013.
Para adentrarse en el análisis de lo ocurrido hay que conocer a su población, al día de hoy el estado de Guerrero tiene 3 millones 388 mil 768 habitantes, las mujeres representan un 51.4 por ciento y Acapulco es uno de los municipios con mayor densidad poblacional, 789 mil 971. Además de ello, el flujo permanente de turistas la coloca como una ciudad con alta derrama económica.
Por ejemplo, tan solo en el verano de 2022, más de 6 mil millones de pesos dejaron turistas que visitaron Guerrero. El secretario de Turismo de Guerrero, Santos Ramírez Cuevas, señaló en ese entonces que hubo un crecimiento de 26.5 por ciento en ocupación hotelera con respecto al año anterior.
Pero es este segmento poblacional y económico lo que ha acaparado la mirada nacional e internacional son las imágenes de hoteles destruidos que llegaron muy pronto a través de los medios de comunicación.
Si bien, la destrucción de las grandes empresas es lamentable, no existe comparación con las comercios pequeños y las familias que se sostienen de ellos, el comercio informal y, sobre todo, la población de a pie. Y sí, existe una marca de género aquí también.
Las condiciones de vida desiguales con factores estructurales hacen que los desastres naturales tengan un mayor impacto en las mujeres, más aún en las que viven condiciones de precarización, la población de zonas rurales e indígenas y las que se encargan del trabajo de cuidados.
De acuerdo con datos de ONU Habitat (2019), las mujeres y las niñas tienen 14 veces más probabilidades de morir en los desastres naturales que los hombres debido a las diferencias de género y a las desigualdades existentes relacionadas con sus derechos económicos y sociales.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (2023), 8 por ciento de las mujeres y niñas vivirán en pobreza extrema para 2030. El informe proyecta que, para mediados de siglo, el cambio climático podría empujar a unas 158 millones más de mujeres y niñas a la pobreza, 16 millones más que el número total de hombres y niños.
No hay ningún país en el mundo en el que haya igualdad económica entre hombres y mujeres, y son ellas las que siguen teniendo más probabilidades de vivir en la pobreza. De acuerdo con Oxfam, esto puede deberse, entre otros factores a la desigualdad laboral expresada en la brecha salarial de género en la que las mujeres perciben los salarios más bajos hasta en un 24 por ciento y al ritmo actual, serán necesarios 170 años para cerrarla.
La ausencia de empleos dignos toda vez que 75 por ciento de las mujeres en las regiones en desarrollo trabajan sin contrato laboral, carecen derechos o no tienen acceso a la seguridad social, además de estar obligadas a jornadas laborales más largas para lograr un ingreso al menos de lo necesario. El trabajo de cuidados y doméstico no remunerado en el que las mujeres asumen hasta diez veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres.
En el caso de México el panorama no es más esperanzador. De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), 7 de cada 10 mujeres en México viven en pobreza o vulnerabilidad socioeconómica.
Paulina Gutiérrez, responsable de Articulación e Innovación de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, señala que si bien se habla de la reducción de la población en condiciones de pobreza, la pobreza en mujeres logró disminuir entre el 2020 y el 2022 debido principalmente a la mejora general en los ingresos promedio de la población, pero no tiene que ver con los programas prioritarios del gobierno federal que se llevan el 89 por ciento del presupuesto de egresos de la federación.
Y no se logra disminuir la pobreza en las mujeres porque no se atienden las causas estructurales como el trabajo de cuidados, no se potencia la participación laboral de las mujeres para que puedan generarse mejores condiciones de vida y salir de la pobreza.
México Social ha investigado también esta relación. Magdalena Sepúlveda, directora ejecutiva del Global Initiative for Economic, Social and Cultural Rights y Relatora de Naciones Unidas sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos (2008-2014), señala que, “debido a las barreras y desigualdades específicas de género, las mujeres se ven más afectadas que los hombres por los desastres naturales y experimentan una recuperación más larga.
Además, las mujeres también tienen menos acceso a la información para prepararse, responder y afrontar adecuadamente a una catástrofe, incluido el acceso a las alertas y a refugios seguros. Asimismo, les cuesta más escapar de los riesgos, ya que son generalmente las principales responsables del cuidado de infancias y personas adultas mayores y enfermas”.
Sepulveda refiere que, “el aumento de las tensiones y el miedo, junto con la pérdida de ingresos provocada por las catástrofes, acaban provocando un aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas. También son ellas las primeras víctimas de la violencia y la explotación sexuales cuando poblaciones enteras se ven desplazadas”.
Por ejemplo, Cimacnoticias dio a conocer que las jefas de familia quienes están a cargo del 39.4 por ciento de las viviendas del estado y representan el 52.3 por ciento de la población de Acapulco, siendo un total de 407 mil 772 mujeres, frente a 371 mil 794 hombres.
Las mujeres y las niñas viven condiciones de vida desiguales y precarias que les provocarán un impacto mayor tras los desastres naturales. A su vez, las huellas de los desastres serán más profundas en ellas y, la recuperación también recae en ellas provocándoles mayor desigualdad y pobreza.
Estemos al pendiente de Acapulco, pero también de Atoyac, Coyuya, Técpan, San Marcos, Petatlán, Zihuatanejo, ni todas las comunidades afectadas por Otis, y de las mujeres y las niñas en ellos.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ
Fotografía: cimacnoticias