Por: Miguel Silva. 25/12/2023
La derrota de la derecha en la votación sobre su nueva Constitución ha abierto la posibilidad de trabajo parlamentario “normal”, de nuevas negociaciones entre los pares diputados y senadores, de conversaciones libres de acusaciones y agresiones. De trabajo política parlamentaria civilizada.
Así es el nuevo ambiente político, porque el extremismo del primer borrador fue rechazado el año pasado y también se echó atrás la nueva derecha radicalizada, extremista, hace pocos días.
Se han rechazado los extremos y volvemos a la normalidad. Así dicen, y tienen pruebas:
Entre el plebiscito de entrada de 2020 (cuando votamos que los políticos no tomaran parte de la construcción de la nueva Constitución), y la elección de Boric a fines de 2021, la opción que propuso la izquierda perdió un 22,4% de los votos.
Es más, entre la segunda vuelta presidencial y el plebiscito de salida (el «Rechazo») de 2022, la izquierda perdió otro 17,8% de los votos.
Pero entre el plebiscito de salida de 2022 y el plebiscito de salida de 2023, la izquierda recuperó 17,7%
Para no caernos en errores, sería mejor ver también las cifras totales («Nosotros» son los que quieren cambios):
Plebiscito entrada de 2020 : Nosotros 5.886.421; los Otros: 1.634.107 (total 7.562.173)
Segunda vuelta Presidencial 2021 : Nosotros 4.620.890; los Otros: 3.650.662 (total 8.364.534)
Plebiscito salida 2022 : Nosotros 4.859.039; los Otros: 7.882.238 (total 13.019.278)
Plebiscito salida 2023 : Nosotros 6.890.826; los Otros: 5.467.264 (total 12.358.090)
Las cifras nos dicen dos cosas: Primero, que muchos de las personas que votan por obligación, no votan por «nuestra» opción. Y segundo, que la votación de «nuestro» lado hoy no es tan distinta a la de 2021, en el primer plebiscito.
Ya estamos donde estábamos, pero más sabios. Los y las convencidos de la necesidad de los cambios y que el gobierno puede hacer los cambios, son casi los mismos que hace dos o tres años atrás.
Y esa gran masa de personas que votaron por la primera vez en 2022, esa gran masa votó por el «Rechazo» organizado por lo que históricamente es la derecha, pero muchos votaron otra vez por un «Rechazo» en 2023 (aunque se llamó «En Contra»). ¿Votan como consecuencia de su estado de abandono a mano de los «políticos»?
¿Qué significa el cambio sin cambios?
¿La derrota de la derecha radicalizada fue una repetición del Rechazo a la política «abstracta» de los y las constituyentes en 2022, es decir un Rechazo al extremismo derechista de Kast?
Por lo tanto, ¿vamos a dar una vuelta más por los caminos de la política parlamentaria civilizada que destacó Boric en su presentación después del rechazo de Kastismo. La derrota de los extremos y de vuelta al centro?
¿O el fracaso de Kast se trata de una señal más de la derrota de todo el sistema político, el descrédito y la deslegitimización absoluta del sistema político en su conjunto. Por lo tanto, un empate entre los políticos de derecha y los políticos del gobierno?
En otras palabras…¿La votación de millones de personas que votan por la primera o segunda vez es un rechazo al sistema político… o es un voto por la derecha, así de simple?
Mejor buscar las raíces de las votaciones en la falta de una alternativa propia.
La derrota del octubre… Los «traidores» de turno eran un obstáculo para la revuelta social, pero otro gran obstáculo fue la naturaleza de la rebelión misma. Pablo Abufom y Franck Gaudichaud bien nos dicen en que la rebelión había … «una dispersión de demandas sociales sin referencia al hilo conductor de las causas estructurales de la crisis del capitalismo neoliberal chileno/global, un archipiélago de organizaciones sin una actividad común más que la movilización callejera, una desconexión entre los núcleos militantes y la masa movilizada… y su incapacidad de crear nuevos referentes políticos alternativos con presencia nacional.»
Bueno, la consecuencia del fracaso de la rebelión ha sido un período de desorganización y debilitamiento de las organizaciones base y de sus dirigentes. En los ojos de millones, ese período y la misma rebelión han probado que no tenemos alternativa propia ni la capacidad de tenerla.
La derrota de las dos propuestas.
Votar por los cambios radicales (en 2022) propuestos por los y las constituyentes convencionales durante un período de reflujo, trajo el Rechazo. Mirando a la votación con esos ojos, el Rechazo no es una sorpresa.
Y en el segundo Rechazo («En Contra»), la derecha radicalizada perdió más que dos millones y medio de votos y «el gobierno», por así decirlo, ganó dos millones. Hoy día están circulando hay dos razonamientos sobre ese resultado.
Primero, que hemos vuelto a un período de apoyo a los cambios y el fin del rechazo total al gobierno, por lo tanto hay que formar un bloque que incluye en una forma u otra, ese gobierno.
Y segundo, que es sobre la base de un rechazo a los políticos de todo tipo, que se votó en Contra y en Rechazo. En otras palabras, que el voto de rechazo es un rechazo al sistema político parlamentario inoperante existente. Por lo tanto hay que construir una alternativa al sistema político parlamentario actual.
Los «políticos».
Vale la pena discutir el significado del rechazo a los “políticos”, que es casi universal. ¿Qué significa?… que ellos y ellas no entregan lo que necesitamos y andan puro hueveando en el Congreso y el Senado, criticando uno al otro y sin cumplir con su deber de servirnos. Y por último, los pagan muy bien para huevear.
¿Sería menor el voto rechazo a ellos (y ellas) en el caso de haber hecho varios trabajos o leyes que mejoren nuestras vidas en forma sustancial? Creo que sí.
Lo que hay detrás de las derrotas del Rechazo de 2022 y el Apruebo de 2023, entonces, es que hay mucho blablá y poca acción. Mucho ruido y pocas nueces.
Los y las cinco o seis millones que votan por «nuestro lado» son los y las convencidos de que vale la pena votar y apoyar al nuevo gobierno, a pesar del hecho que han tenido que aguantar la inoperancia y cobardía del gobierno.
Los y las cuatro o cinco millones de nuevos votantes están convencidos por su propia experiencia que el sistema nos les ha servido para nada entonces siempre votan en contra o en rechazo.
En Resumen.
Ya sabemos que la rebelión de octubre fue consecuencia del fracaso de treinta años de “política”.
¿El rechazo al Kastismo también fue un rechazo a más “politiquería” que no sirve para nada entonces tenemos que crear una alternativa fuera de la politiquería… o la solución es dar más tiempo al gobierno de Boric?
Creo que los activistas que trabajan con organizaciones base bien conocen el nivel de rechazo y distanciamiento que existe entre «su» gente y los políticos y su sistema político.
Unas soluciones.
La solución sería eliminar el sistema política de los políticos, creando otro, nuestro, desde la base hacia arriba. Fácil decir, pero difícil hacer porque tenemos que reconstruir nuestras bases sociales luego del colapso después del octubre de 2019.
Pero sin esa base ni nosotros los «convencidos», ni los que siempre «rechazan» van a avanzar. Nuestra solución tiene que ser NUEVA.
Creo que parte importante de esa reconstrucción es la crítica muy dura contra los “políticos” y su “politiquería”. Darle duro a su política parlamentaria que no es democrática. Elegir representantes cada 4 años, representantes que pasan esos cuatro años sin hacer lo que dijeron que iban a hacer, no es democracia. Porque pasan cuatro años dando excusas y gastando sus millones.
Pero esa crítica debe llevar consigo una imagen de un nuevo sistema de democracia de verdad, de comunidad entre los explotados y oprimidos, de comunidad de clase desde abajo hacia arriba.
Tiene que llevar ese mensaje porque algunos y algunas no saben para que sirve la democracia… nunca han sentido la democracia entrar a sus vidas por ende no saben de qué se trata. Por lo tanto, una alternativa a los políticos puede surgir desde la base social para mejorar nuestras vidas, otra puede surgir desde una nueva derecha más radicalizada que quiere eliminar totalmente los beneficios que recibimos del Estado.
Con la crítica y la construcción podemos salir adelante y no volver a lo mismo de siempre.
¡Menos de lo mismo!
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Fotografía: Revista de frente