Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. Columna: CORTOCIRCUITOS. 05/12/2022
El 13 de noviembre fue la marcha fifí: decenas de miles de manifestantes encontraron en la defensa del INE un motivo para mostrar su encono contra el presidente de la república. Fue una manifestación que no quiso ni pudo ocultar su racismo y su clasismo; tampoco a sus figuras principales: Claudio X. González, Alito, Elba Esther Gordillo, ¡Fox!, Margarita Zavala, entre otros impresentables.
Dos semanas después, el 27, la respuesta chaira: centenas de miles de manifestantes arroparon a Andrés Manuel López Obrador, en una marcha que duró horas y terminó en el zócalo con un discurso triunfalista de 4 años de gobierno y de inicio de la cuarta transformación nacional.
Y así, tantas interpretaciones, como más derivas y ejercicios de política ficción. El más reciente: Cuauhtémoc Blanco iría a la Ciudad de México para regresar el fervor morenista, al tiempo que AMLO dejaría la presidencia para coordinar la campaña de la corcholata tapada y Adán Augusto entra al relevo los dos últimos años que restan del gobierno.
O también: Ebrard prepara una candidatura fuerte llevándose a una franja de Morena en coalición con el movimiento naranaja; Monreal fracasó totalmente y solo le queda torpedear al movimiento que alguna vez contribuyó a fundar; Noroña sigue fortaleciéndose abajo; Claudio está desesperado porque la gober de Campeche lo tiene en la mira …y así…tantos chismes y trascendidos como se imaginen o se quieran; en realidad, hasta el aburrimiento total de todo eso a lo que le llaman política.
Mientras eso sucedía, y sigue pasando en tantas tertulias televisivas y radiofónicas, o en esa alaraca desastrosa producida por youtuberos e influencers, acá, a ras de suelo, ocurren muchas otras cosas.
Apenas un día después de la marcha de la derecha, cientos de maestros y maestras de la CETEG iniciaron una caravana a la ciudad de México para demandar la reinstalación de la mesa de trabajo sobre la situación de los maestros a escala nacional, que se cancele la Ley de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (Usicamm), se detenga la represión contra la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se eliminen las UMAs en el pago de jubilaciones y, en una inesperada declaración, se cancele de una vez por todas la reforma educativa neoliberal.
La CETEG llegó puebleando a la ciudad de México e instaló un plantón en el zócalo antes de la marcha de la izquierda. Después negociaron para retirarse con la promesa de negociaciones en firme. Pasada la marcha no hubo negociaciones. La protesta magisterial sigue, mientras AMLO y las voces de la izquierda festejan el musculo presentado.
¿Qué festeja el señor presidente? ¿Cuatro años de promesas incunplidas al magisterio? ¿Cuatro años del engaño de la cancelación de la reforma educativa, mientras siguen las leyes secundarias draconianas, la sobre-explotación docente y la precarización magisterial? En la marcha del 23 lo escuchamos a él hablar en nombre del pueblo, pero no escuchamos en ningún momento al pueblo en lucha, que sigue oprimido y engañado, antes por la derecha ¿ahora por la izquierda?
No, no son iguales los del PRIANRD y los de la IV T; lo sabemos, aunque haya insoportables en uno y otro bando; pero no son iguales.
AMLO no es Fox ni Calderón, ni EPN, lo sabemos, lo sabemos.
No es igual Claudia Sheinbaum que Margarita Zavala o Xóchitl Gálvez; menos aún son iguales Ebrard y el entreguista Videgaray.
Fotografía: quintafuerza