Top Posts
Pensar lo humano cuando escasea
El motor imperial del fascismo
Ruthmery Pillco recibe el prestigioso Future For Nature...
¿Becarios o subcontratados? BMW Angelópolis Puebla
Los movimientos sociales ante la transición energética: rebajar...
De pie contra una fábrica de amoníaco: un...
Mercado, raza y coeficiente de inteligencia: el capitalismo...
Vivir Quintana: “La diversidad es lo que realmente...
Resistir, recuperarse y ampliar alianzas para luchar con...
¿Conoces cómo las bebidas energéticas influyen en el...
  • Colectivo Insurgencia Magisterial
Portal Insurgencia Magisterial
Banner
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Espacio principalEspacio secundario

Las nuevas soledades y el deseo de desaparecer

por RedaccionA julio 6, 2024
julio 6, 2024
496

Por: Espacio suma no cero. 06/07/2024

Hegel sostenía que es necesario ser dos para ser humano. Esta puede ser una de las razones por las que la soledad no deseada opera como un agente patógeno que hostiga a quienes la padecen recordándoles dolorosamente su incompletud. En nuestros días la soledad atenta contra la congénita sociabilidad humana sin ningún atisbo de oposición. Al contrario, su expansión no da tregua. En algunos países la situación es tan grave que se está contemplando la posibilidad de crear un Ministerio de la Soledad. Cada vez estamos más conectados, pero cada vez nos sentimos más aislados. Los dispositivos digitales nos anudan a los demás y simultáneamente nos separan de ellos. En épocas arcaicas, nuestros ancestros conocían a todas las personas de su tribu, nosotros ahora desconocemos a la inmensa mayoría de nuestro entorno, incluido el vecindario con el que compartimos portal. Pero la soledad avanza no solo porque las multitudes son cada vez mayores y por lo tanto también lo es el anonimato de las personas con quienes nos cruzamos en ciudades que desbordan la escala humana, sino porque las demandas psíquicas del mundo contemporáneo se han exacerbado. La soledad crece por fuera, pero sobre todo por dentro.

El filósofo francés David Le Breton afirma que «la tarea de ser un individuo es cada vez más complicada». El empleo y la inestabilidad, inseguridad y precariedad que trae adjuntas, las relaciones instrumentales exentas de afecto que propicia el trabajo, la sumisión desmotivadora y alienante que nos produce el temor al despido o a la reducción de plantilla, la desconfianza que patrocinan los entornos descarnadamente competitivos, la conversión de los demás en rivales, la usurpación de tiempos, espacios y motivaciones por parte de la actividad productiva en detrimento de la electiva, el endurecimiento de las condiciones sociales y económicas para sufragar lo imprescindible de la existencia, todo este repertorio de trabas deseca las relaciones personales y fomenta la soledad. Los macrorrelatos que otrora otorgaban aclaraciones y sentido han finiquitado, y la única explicación de la vida es lo que  haga con ella nuestro yo atomizado mientras compite con los demás por su superviviencia y su bienestar. La despolitización del mundo hace que las soluciones a problemas sociales sean soluciones individuales que a su vez pugnan contra las soluciones individuales del resto, y culpabilizan a quienes no las alcanzan. Es un escenario fructífero para que la soledad arponee el corazón humano. La psicóloga también francesa Marie-France Hirigoyen estudió este paisaje y lo tituló con el atractivo nombre de las nuevas soledades.

Las personas estamos solas con el peso de una responsabilidad que sentimos ajena y abrumadora: la identidad como proyecto autárquico, las exigencias de reinvención, las apariencias, los convencionalismos, el reconocimiento, el permanente entrenamiento de nuevas habilidades, la pugna meritocrática, la disponibilidad laboral plena, la renovación de entusiasmo para encarar tareas que serán retribuidas con el propio entusiasmo pero no con dinero, la lucha por la visibilidad, el acopio competitivo de likes, la ilusión por proyectos que siempre postergan la estabilidad, la sobrecarga de tareas, las violencias estructurales, la ausencia de relatos que brinden sentido más allá de los del pensamiento positivo y la autoayuda. Le Breton afirma que el deseo de desaparecer se yergue como ejercicio encargado de quitarse de encima el esclavizante peso de una vida que no nos agrada y en cuyas pautas nuestra voluntad apenas interviene. Desaparecemos porque sentimos hastío de ser quienes los estándares nos obligan a ser para no perder valor en el mercado, o porque queremos ser la persona que no somos, o porque el sí mismo en el que nos hospedamos nos extenúa y mantiene lancinantes descompensaciones entre lo que nos exige y lo que nos reembolsa. Le Breton denomina blancura a este instante de evaporación en la que la persona se escinde de sí misma. 

La blancura puede parecer una experiencia sobrenatural y poética, pero es terrenal y muy prosaica. Puede emerger con la ingesta desmesurada de alcohol. La adicción a sustancias. La diáspora del fin de semana y los períodos vacacionales. Los maratonianos encadenamientos de series en plataformas. La adicción a las redes sociales. La exhibición narcisista en las pantallas. El empacho de videojuegos. La ludopatía en las casas de apuestas. La bulimia consumista. Las pastillas para dormir y los ansiolíticos para vivir. Las jornadas laborales de un estajanovismo deliberado para hurtarle tiempo a un hogar que desagrada. La fatiga a través del ejercicio físico para un borrado momentáneo. La nueva religión de la autoayuda y su fijación enfermiza por una felicidad inalcanzable. El atrincheramiento en casa. La cíberdependencia. Todas son acciones que tratan de amortiguar la vulnerabilidad humana, que es ontológica, la precariedad, que es política, y los imperativos de una lógica aliada con el mercado y enemiga de lo humano. Son medidas aparentemente balsámicas en el corto plazo pero muy corrosivas en el largo. Los malestares sólo se atenúan con el apoyo mutuo, el cuidado público, la politización de los problemas, los vínculos afectivos, el fomento de sentimientos de apertura al otro. Cuando ese otro desaparece, no falta nada para que nosotros también queramos desaparecer.  No hay nada más útil para un ser humano que un ser humano. La frase no es mía. Pertenece a Spinoza.

LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ

Fotografía: Espacio suma no cero. Obra de Karin Jurick

Compartir 0 FacebookTwitterWhatsapp
RedaccionA

noticia anterior
En México se sigue perpetuando la guerra contra los pueblos indígenas
noticia siguiente
Magisterio de la Región Capital se organiza para protestar. Convocan a concentración el lunes 8 de julio en Xalapa.

También le podría interesar

Pensar lo humano cuando escasea

junio 13, 2025

Guardianes del mañana: Humanidad 3.0

junio 12, 2025

“Cuando el silencio indiferente es cómplice del mal”

junio 1, 2025

Visitantes en este momento:

485 Usuarios En linea
Usuarios: 30 Invitados,455 Bots

Blog: Perspectivas comunistas

Desde el Plantón magisterial en el Zócalo de la CDMX

Nuestras redes sociales

Blog de la Columna CORTOCIRCUITOS

Nuestros grupos de difusión

Artículos publicados por mes

Síguenos en Facebook

Síguenos en Facebook

Artículos por AUTORES

Artículos publicados por FECHA

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
« May    

Artículos más leídos esta semana

  • 1

    Del Acuerdo Educativo Nacional al Plan de estudios 2022.

    septiembre 13, 2022
  • 2

    Denuncian “plagio” en el Artículo: “Atribuciones causales del maltrato entre iguales. La perspectiva de los alumnos y del personal de escuelas de enseñanza media básica”

    noviembre 12, 2023
  • 3

    La Casa de los Famosos: ¿es posible no mirar?

    septiembre 19, 2024
  • 4

    REDALYC se deslinda de “Artículo” con denuncia de “plagio”

    noviembre 14, 2023
  • 5

    Pago de seguros institucionales: burda simulación de Cuitláhuac.

    octubre 13, 2024
  • 6

    Incongruencias de la NEM de Marx Arriaga: luchar contra el neoliberalismo promoviendo un concurso de Círculos de estudio sobre Freire, con premios de 10 mil pesos a los ganadores y con mecanismos de exclusión

    septiembre 25, 2024
  • 7

    Ekaitz Cancela, autor de Utopías digitales: Imaginar el fin del capitalismo: “El diseño de la tecnología no es asunto exclusivo de las startups con sede en Silicon Valley”

    septiembre 17, 2024
  • 8

    CCH-UNAM consuma despido de profesor, señala que los motivos fueron políticos

    septiembre 8, 2024
  • 9

    DESPUÉS DEL DÍA 1, ¿QUÉ ES LO QUE VIENE PARA EDUCACIÓN?

    octubre 4, 2024
  • 10

     Reforma judicial: transición de la partidocracia a la coprocracia*.

    septiembre 15, 2024
  • 11

    Emilia Ferreiro, una y múltiple

    octubre 1, 2024
  • 12

    La revolución del amor vs la cobardía reaccionaria

    septiembre 27, 2024
  • 13

    Luce, la polémica “mascota” con que El Vaticano busca acercarse a los jóvenes

    noviembre 16, 2024
  • 14

    Milei, una bomba de tiempo.

    diciembre 3, 2023

Rolando Revagliatti. Argentina

Raúl Allain. Perú

Juan Antonio Guerrero O. México

Vanesa Monserrat. Argentina

Carolina Vásquez Araya

Ilka Oliva-Corado

Javier Tolcachier

Columna: CORTOCIRCUITOS

Manuel I. Cabezas González

Luis Armando González

Iliana Lo Priore

Jorge Salazar

Adolfo del Ángel Rodríguez

Oswualdo Antonio G.

José Eduardo Celis

Daniel Suárez

Güris J. Fry

Jorge Díaz Piña

Ángel Santiago Villalobos

Andrés Brenner

Alejandra Cortina

José Carlos Buenaventura

Luis Palacios

@2020 - Insurgencia Magisterial

Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
Portal Insurgencia Magisterial
  • Inicio
  • Nosotros/Legal
  • Directorio
  • Alianzas
  • Columnistas
  • Voces que seguimos
  • Calendario de eventos
  • Educooperando
@2020 - Insurgencia Magisterial

Leer también:x

El poder del asombro

junio 28, 2023

La filosofía y vivir una vida humana

julio 14, 2022

Angustia, soledad, incertidumbre

marzo 19, 2025