Por: Eduardo Lucita. 07/12/2024
Cuando Alemania se está preparando para el año próximo celebrar el centenario de la Escuela de Artes y Oficios conocida como Bauhaus, el pasado regresó de pronto dejando fantasmales interrogantes sobre el presente.
Formando parte del ascenso de las derechas extremas, que hoy recorre buena parte del mundo, la agrupación política filo nazi Alternativa para Alemania (AID), según sus siglas en idioma germano, obtuvo resultados electorales sin precedentes desde la posguerra en las regiones de Turingia y Sajonia.
Alemania está atravesando unas profunda crisis económica (segundo año consecutivo en recesión) y política (ruptura de la coalición de gobierno. En este marco en octubre pasado la AID presentó en el parlamento de Sajonia-Anhalt en Magdeburgo (ex Alemania oriental) una moción bajo el lema “Aberración o extravío de la modernidad, por un examen crítico de la Bauhaus”. Todo sonó muy parecido al lenguaje utilizado por los nazis en la década del 30 del siglo pasado cuando calificaban aquella formidable experiencia como “Arte degenerado”.
La República de Weimar.
La fundación de la Bauhaus se produjo en un momento de crisis del pensamiento moderno y de la racionalidad técnica occidental en el conjunto de Europa y particularmente en la República de Weimar. Así se denominó al régimen político instaurado en Alemania luego de la derrota del país en la 1ra. Guerra Mundial. Este período, en que regía el régimen democrático electoral, se caracterizó por la gran inestabilidad política y social, se sucedían asonadas militares, intentos de golpes de Estado derechistas, push revolucionarios de la izquierda (en enero del 19, durante la rebelión espartaquista, bajo el gobierno socialdemócrata, fueron asesinados Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo). Esa inestabilidad política se desarrolló sobre un trasfondo de crisis económica y un proceso hiperinflacionario desbordante. Todo desembocó en el ascenso de Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista. El 5 de marzo de 1933 los nazis obtuvieron la mayoría en las elecciones al Reichstag y pusieron fin a la Escuela de la Bauhaus.
Las Artes y los Oficios fusionados
“Arquitectos, escultores, pintores,… debemos regresar al trabajo manual… Establezcamos, por lo tanto, una nueva cofradía de artesanos, libres de esa arrogancia que divide a las clases sociales y que busca erigir una barrera infranqueable entre los artesanos y los artistas”. Escribía el arquitecto alemánWalter Gropius para definir los objetivos de la Escuela Bauhaus. Término creado por el mismo, cuando la fundó en 1919. Significa casa en construcción (bau, construir; hau, casa).
Bauhaus, fue un movimiento artístico que, nacido como forma experimental, revolucionó el mundo del diseño, la arquitectura y el arte moderno en el siglo XX. Su filosofía se basaba en la idea de que la estética era menos importante que la funcionalidad de los objetos y edificios. Sus propuestas buscaban una reforma de las enseñanzas artísticas y una transformación de la sociedad burguesa de la época.
Todo se desarrollaba en la Escuela de Artes y Oficios que agrupaba a unos 1400 estudiantes en sus dos sedes, primero en Weimar y luego a partir de 1925 en Dessau. Hubo una tercera sede en Berlín pero ya, bajo el asedio nazi, había cambiado la orientación de sus propuestas y trabajos.
“La formación sigue a la función” era el lema rector con el que buscaban fusionar las distintas artes (pintura, escultura, arquitectura, artesanía…) por medio de un lenguaje visual de formas geométricas simples, colores puros y la abstracción. Adicionalmente utilizaban materiales innovadores para el desarrollo de construcciones, muebles y diversos objetos.
Se sentaron así las bases de lo que hoy conocemos como diseño industrial y gráfico. Antes de esta experiencia esas profesiones no existían como tales, fueron creadas por la escuela.
La Escuela fue también un experimento de nuevas formas de convivencia entre los jóvenes alumnos , sus profesores (entre los que figuraban figuras como Vassili Kandisky, Paul Klee, el propio Gropius) y el resto de los ciudadanos. Las fiestas que se sucedían una tras otra con cualquier motivo servían a esa experiencia convivencial, fomentaban el trabajo en equipo, la cooperación y perseguían el contacto entre la escuela y la población, que recelaba de una institución demasiado vanguardista para esa época.
El pasado que no pasa
Un siglo después de su creación la Escuela de la Bauhaus mantiene actualidad en instituciones educativas de diseño alrededor del mundo, y no han perdido vigencia sus posturas alejadas de las líneas divisorias entre las disciplinas y su cercanía a lo funcional.
Cien años después la extrema derecha alemana, vuelve a cuestionarla, como lo hizo en aquellos años 30, como parte de la batalla cultural que estas expresiones políticas reaccionarias y conservadoras están dando en diversos países. Acusan a la Escuela de ejercitar “un minimalismo ajeno a la tradición del país”, una tradición totalmente alejada del multiculturalsimo y asentada en “el nacionalismo alemán y en una cultura alemana pura”. También de “abolir la individualidad en una masa amorfa” y lo relacionan en la actualidad con lo que llaman “la agenda globalista”
La moción fue finalmente rechazada pero el debate mismo en el parlamento regional encendió las alarmas. Manuela Lück autora del informe “La política cultural de Alternativa para Alemania” (citado por el País de España) comentó que tuvo la sensación de estar en 1933. Es el mismo lenguaje dijo, “no tan extremo, pero es el de la fase temprana”. “Hay que decirlo son nazis”.
El debate cultural que nos proponen las ultraderechas de este tiempo, está haciendo caer el velo de sus verdaderos objetivos. Un regreso al conservadurismo más reaccionario.
*El autor es integrante del colectivo EDI –Economistas de Izquierda-
Fuente: Viento Sur
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Fotografía: Contra hegemonía web