Por: Acratosaurio rex. 27/03/2024
Periódicamente aparece la Gran Esperanza de Izquierdas. Como cuando Tsipras en Grecia ganó las elecciones, o Varoufakis fue ministro de Hacienda, por no recordar a los diversos gobiernos latinoamericanos que van a darle la vuelta a la tortilla, y lo último, en Portugal, cuando llegó al poder la Jeringonça. Recuerdo que la prensa progresista habló de que ¡se podía ganar! y ¡hacer cosas diferentes!…
Entonces resulta que retorna la derecha pasados unos años, y vuelta a empezar. Y ahora con una fuerte extrema derecha, antes ausente del tablero portugués. Y nadie dice ni pío. Solo algunas lamentaciones, ay.
Hubo un tiempo, allá por los años setenta y ochenta, que a mí me parecía que lo más normal era que gobernase la izquierda haciendo la política de la derecha. Al fin y al cabo que haya alguien de izquierdas gobernando, hace más suave la píldora que tenemos que tragarnos periódicamente, de avance capitalista. Y también hay que tener en cuenta que se crean unos puestos de trabajo que pueden ser ocupados por los nuestros hermanos, socialistas, comunistas, republicanos… En una monarquía de derechas, eso es. Dónde va a parar.
Eso lo pensaba yo, hasta comprobar que ya la derecha no se conforma con que los izquierdistas hagan política de derechas. Ahora tocan la corneta y las masas de votantes se decantan por los señoritos, ora se llama Trump, ora Milei, ora Meloni, ora et labora
Joder, si es que la izquierda, carente de referentes propios, llega a admirar a gerifaltes como Putin, Ebrahim Raisi…, o Xi Jinping, que al menos es comunista.
Hace unos años tuvimos en Uruguay un presidente anarquista… Múgica. El hombre hizo lo que pudo, y reconoció cuando se fue, lo que mucha gente de izquierdas en el Gobierno no quiere reconocer: que no pueden hacer nada.
La izquierda nació con este programa: redistribuir la riqueza, lograr la clase obrera cada vez disfrutase de más renta y de más poder, quitándoselo a los ricos. Resulta son dos siglos y pico de izquierdas, que durante décadas y décadas han disfrutado del gobierno, ya sea por elecciones, ya por toma del poder a base de tiros. Resultado: los ricos porcentualmente son a día de hoy, más ricos que nunca, y disponen de tal cantidad de dinero, de capacidad de maniobra, y de poder legislativo, que ya no se conforman con menos que con todo. Y como riqueza y pobreza se miden en el contraste (donde todos son iguales no hay ni pobres ni ricos), resulta que la fuerza de los trabajadores es tan barata, que los ricos no tienen ya ni que comprarla. Y ganan las elecciones sin despeinarse.
¿Con qué cantos de sirena, nos deleitarán nuestros queridos izquierdistas, en las próximas elecciones, europeas, catalanas, vascas, qué más da? La cuestión es simple: una vez que la izquierda gobierna, o hace política de derechas, o pierde las elecciones y vuelve una derecha cada vez más rabiosa.
El avance social, desengáñate de una vez, se logra estando fuera del Gobierno.
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