Por: Por José Carlos Llerena Robles y Vijay Prashad / Globetrotter. 10/07/2021
A media hora en taxi de la Casa de Pizarro (el palacio presidencial de Perú) se encuentra una cárcel de alta seguridad, en la base naval del Callao. Esta se construyó para retener a los líderes de Sendero Luminoso, especialmente a Abimael Guzmán. No muy lejos de la celda de Guzmán se encuentra la de Vladimiro Montesinos, jefe de inteligencia del ex presidente Alberto Fujimori. Montesinos fue condenado, en 2006, a 20 años de prisión por malversación, tráfico de influencias y abuso de poder. Ahora, los archivos de audio de las llamadas telefónicas realizadas por Montesinos desde la cárcel, evidencian sus intentos por influir en los resultados de las elecciones presidenciales, después de que Pedro Castillo, el candidato del partido de izquierda Perú Libre, ganara las elecciones.
En la noche del 6 de junio de 2021, el Jurado Nacional de Elecciones de Perú debería haber declarado a Pedro Castillo como ganador de las elecciones presidenciales. Sin embargo, no lo hizo. Un mes después, este tema aún se encuentra en un punto muerto: Perú todavía no tiene un ganador oficial de las elecciones.
La oponente de Castillo, Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, hija del ex dictador Alberto Fujimori, ha contratado a varios de los principales abogados de Lima para obstruir cualquier decisión de la comisión electoral del Estado. Además, su equipo ha puesto en entredicho la campaña de Castillo y Perú Libre, acusándolos – sin pruebas – de estar financiados por grupos de dudosa reputación, incluidos los cárteles de la droga. Los medios de comunicación peruanos, controlados en gran medida por la oligarquía, han secundado las acusaciones de Fujimori. Aparentemente, buscan presentar la victoria de Castillo como ilegítima y anular el veredicto del electorado.
Sobornos
Mientras tanto, siguen apareciendo pruebas contundentes de los trucos sucios que, desde el corazón de la campaña de Fujimori, fueron diseñados para robar las elecciones. Montesinos, mano derecha del padre de Fujimori, realizó 17 llamadas telefónicas desde la cárcel entre el 2 y el 24 de junio. Doce de estas llamadas dieron lugar a una conversación telefónica; cinco no recibieron respuesta. La autoridad naval peruana a cargo de la prisión dijo que Montesinos había solicitado llamar a su novia. El 26 de junio, la ministra de Defensa de Perú, Nuria Esparch, indicó que la marina realizará una investigación.
Montesinos no llamó a su novia. En su lugar, el antiguo jefe de espionaje – y ex agente de la CIA – llamó a Pedro Rejas, un ex comandante del ejército peruano cercano a la campaña de Fujimori. En la llamada realizada el diez de junio Montesinos le dice a Rejas que soborne a los tres miembros de la comisión electoral con un millón de dólares a cada uno. “La única solución es trabajar a través de Guillermo para transferir el pago a favor de los tres miembros del jurado electoral, que se supone están abiertos al soborno, y por lo tanto garantizan el resultado”. El “Guillermo” de la conversación es Guillermo Sendón, quien confirma su relación con uno de los miembros del comité electoral, Luis Arce Córdova. Sendón dice que ayudó a Arce en su fallida campaña para ser presidente de la Corte Suprema y que se reunió con el mismo varias veces en este período. La última visita registrada de Sendón a Arce fue el 22 de junio.
Los audios son contundentes. En Perú, el caso se conoce como Vladiaudios. Es un guiño a un escándalo de hace 20 años llamado Vladivideos, cuando Montesinos fue grabado sobornando al congresista Alberto Kouri para que apoyara a Perú 2000, el partido de Alberto Fujimori. En los meses siguientes salieron a la luz más vídeos: Montesinos ofreciendo millones de dólares a Canal 2, Canal 4, Canal 5 y Canal 9 si impedían que la oposición saliera en sus programas de televisión. Los Vladiaudios son tan contundentes como los Vladivideos: ambos muestran a Montesinos intentando utilizar el soborno para asegurar la victoria electoral de los Fujimori.
¿De dónde saldrá el dinero? Montesinos propone a Rejas que se acerque a Dionisio Romero (director general de Credicorp) y a Rafael López Aliaga. Aparentemente, ha pensado en todo: qué hacer y cómo hacerlo. Sentado en la cárcel, este viejo agente de inteligencia no podía hacerlo por sí mismo. Necesitó un cómplice y llamadas telefónicas que fueron grabadas y filtradas a los medios de comunicación.
Involucrar a la CIA
En una de las llamadas, Montesinos le dice a Rejas que involucre a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). “Mira, lo que tienen que hacer es ir a la embajada de Estados Unidos y hablar con el oficial de inteligencia de la embajada. Llevar toda la documentación del fraude… Ir a la embajada y hablar con el responsable de inteligencia de la embajada. Eso es en la Oficina de Asuntos Regionales”. La Oficina de Asuntos Regionales en Lima es la estación de la CIA.
Montesinos da instrucciones precisas. El esposo de Keiko Fujimori “puede ir [a la embajada], ya que es ciudadano estadounidense”. Su esposo es Mark Villanella, a quien conoció en la Universidad de Columbia en 2004. “Lleva los documentos”, aconseja Montesinos. “Muéstrales. Entregalos en la embajada y pídeles que se los lleven a su jefe en Washington… Y en Washington, el jefe puede ponerlo en conocimiento del presidente, y el portavoz de la Casa Blanca puede emitir una declaración para evitar que Cuba, Venezuela o Nicaragua impongan su voluntad en Perú. Con esa declaración, tienen una gran influencia”.
Montesinos no es el único en el círculo de Fujimori con un historial de intentar involucrar a Estados Unidos en las elecciones de Perú. Su asesor más cercano, Fernando Rospigliosi, tiene un largo historial de entrar en la embajada de Estados Unidos y pedir ayuda para evitar que la izquierda se imponga en las elecciones. La actual embajadora de Estados Unidos en Perú – recién nombrada – es Lisa Kenna, una antigua agente de la CIA.
Guerra no convencional
Montesinos es un experto en guerra no convencional. “Los seguidores de Fujimori”, le dice a Rejas en una de las conversaciones, “quieren utilizar un enfoque convencional, pero ‘eso no va a funcionar’ ”.
“Hay guerra convencional y guerra no convencional”, dice. “En la guerra no convencional hay que utilizar procedimientos especiales… Los abogados convencionales no van a tener éxito porque el procedimiento es irregular”. Los argumentos ante los tribunales, en otras palabras, no son suficientes; se necesitan sobornos.
Luis Arce, el hombre de la comisión electoral, está ahora siendo investigado por la fiscalía peruana.
Mientras tanto, el Jurado Nacional de Elecciones aún no ha cerrado la elección a favor del ganador, Pedro Castillo. Lo que tenemos, en cambio, es una guerra no convencional con la Embajada de Estados Unidos como protagonista del drama. Los golpes de Estado hoy en día, en América Latina no necesitan ejércitos. Contar con buenos abogados, bolsas de dinero y un puñado de matones entrando y saliendo de la cárcel parece ser suficiente.
Este artículo fue producido por Globetrotter.
José Carlos Llerena Robles es un educador popular, miembro de la organización peruana La Junta y representante del capítulo peruano de Alba Movimientos.
Vijay Prashad es un historiador, editor y periodista indio. Es miembro de la redacción y corresponsal en jefe de Globetrotter. Es editor en jefe de LeftWord Books y director del Instituto Tricontinental de Investigación Social. También es miembro senior no-residente del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China. Ha escrito más de 20 libros, entre ellos The Darker Nations y The Poorer Nations. Su último libro es Washington Bullets, con una introducción de Evo Morales Ayma.
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Fotografía: Kaos en la red