Por: Laura de Grado. 05/10/2023
La escritora zimbabuense NoViolet Bulawayo arroja luz sobre la compleja historia de Zimbabue y su lucha por la independencia y la justicia en su obra finalista del Premio Booker 2022, “Gloria”, donde se inspira en “Rebelión en la granja” de George Orwell para realizar una sátira del dictador Robert Mugabe, quien gobernó el país africano durante cuatro décadas (1987 – 2017).
“Es la historia de una nación, esencialmente con un interés en las voces de personas que de otro modo quedarían fuera de la trama política”, explica Bulawayo en una entrevista con Efeminista con motivo de la publicación de su libro en España con la editorial Adn Novelas.
Esta hija orgullosa de Zimbabue que a los dieciocho años movió su hogar a Michigan, Estados Unidos, considera su trabajo como una “intervención en la narrativa oficial” y por ello relata las historias de resistencia y liberación que, hasta ahora, han permanecido en las sombras, especialmente aquellas protagonizadas por mujeres.
El libro, saturado de referencias a la tecnología y las redes sociales, es un delicado equilibrio entre la celebración de la identidad zimbabuense, una reivindicación anticolonial y la revelación de eventos históricos que no han recibido la atención y justicia que merecen, como las matanzas de Gukurahundi en la década de los 80.
Tras las elecciones de agosto en Zimbabue que dieron como vencedor a Emmerson Mnangagwa, Bulawayo, ganadora del Premio Caine de Escritura Africana y el National Book Award 5 Under 35, mira al país con la esperanza de que “encuentre una manera de salir de su situación actual, que es un régimen autoritario“.
“Gloria”, la historia de una nación
Pregunta (P).- ¿Puede explicarnos cómo surgió la idea de escribir “Gloria” y cómo la sátira de “Rebelión en la granja” influyó en su enfoque para abordar la política en Zimbabue?
Respuesta (R).- “Gloria” surgió a raíz de los eventos en Zimbabue en 2017, la caída del líder que había estado en el poder durante casi cuatro décadas, Robert Mugabe. Una mañana de noviembre me desperté con la noticia de su destitución y, dado que era algo inimaginable e improbable, supe de inmediato que había una historia que contar. Los zimbabuenses estaban conmocionados y expresaban su opinión en todas las plataformas, ya fuera WhatsApp, Twitter o cualquier otra. Así que volé a casa para ser parte de ese momento, por así decirlo, y durante los siguientes tres años y medio escribí esta obra que comenzó como una respuesta a la caída de Mugabe, pero se volvió algo más amplio, convirtiéndose en la historia de una nación, esencialmente con un interés en las voces de personas que de otro modo quedarían fuera del drama político.
George Orwell entra en la historia como un texto que existía en la imaginación de Zimbabue. Una generación de nosotros lo estudió en la escuela secundaria y nos encontramos usándolo en 2018 para hablar de la situación actual, lo que realmente habla del poder perdurable del arte. Son historias universales que pueden haber sido escritas para un lugar, pero que se vuelven relevantes para otro.
“Las mujeres son parte del camino hacia adelante”
P.- Además de Robert G. Mugabe, también hay personajes como Destiny, quien regresa al país y asume la responsabilidad de contar esta historia no oficial. En ese sentido, ¿cómo ha abordado la representación del papel de las mujeres en Zimbabue y cuál fue su contribución a la caída de Mugabe?
R.- Las mujeres y la gente común no contribuyeron mucho a la caída de Mugabe, ya que fue un golpe militar y la gente simplemente se encontró apoyándolo, ya que habían intentado todas las formas posibles de deshacerse de Mugabe y fracasaron. La mayoría de las personas simplemente dieron la bienvenida a la transición.
En cuanto al papel de las mujeres en “Gloria”, son resistentes que contribuyeron al desarrollo de Zimbabue. Las Hermanas de los Desaparecidos son las guardianas de la memoria y no permiten que se silencie la historia de las desapariciones que ocurrieron durante el reinado de Mugabe. Además, Destiny y su madre, a pesar de sus experiencias traumáticas en Zimbabue, llegan a un punto en el que deciden enfrentar su pasado para avanzar y abrir un camino no solo para ellas, sino para todos los demás, y se abre la puerta para que toda la comunidad comparta sus historias.
Las mujeres son realmente parte del camino hacia adelante, tanto en la resistencia como en la liberación, y para mí, esta historia era importante porque, por más que hay violencia patriarcal en nuestra historia, las mujeres están haciendo un trabajo importante y sus contribuciones y relatos no deben ser olvidados.
Contar las historias silenciadas
P.- Explora varios eventos en el libro, como la descripción de la violencia del Gukurahundi. En lugar de crear distancia narrativa, la novela transmite ataques específicos y brutales. ¿Por qué?
R.- La decisión surgió del conocimiento de que es una historia real que ocurrió y que debe ser contada, una historia que no ha recibido la justicia que merece. Considero que mi trabajo es una intervención en la narrativa oficial. Quiero decir que la historia del horror de Gukurahundi no es una historia en la que el gobierno esté interesado o esté dispuesto a abordar. Recuerdo, por ejemplo, que cuando estaba escribiendo “Gloria”, hubo incidentes en los que se vandalizaron los monumentos que honraban a las víctimas, lo cual fue un intento de silenciar la historia oficial. No solo fue doloroso para las víctimas, sino que también fue un intento de silenciar la historia oficial. Veo mi trabajo como un lugar donde esas historias que son silenciadas o que la gente no quiere escuchar puedan ser contadas.
El sueño frustrado de las independencias africanas
P.- A lo largo del texto hay una reflexión constante sobre la independencia que los países africanos obtuvieron después del colonialismo y cómo todavía esa libertad bajo la amenazada del neocolonialismo. ¿De qué manera espera que el libro fomente la reflexión o el debate sobre esto?
R.- Veo un libro como una conversación, la mitad de una conversación. Yo he hecho mi parte, así que creo que es responsabilidad del lector recogerlo y hacer su parte al hablar, no necesariamente conmigo, sino entre ellos y en sus comunidades. Pero sí, la cuestión del sueño frustrado de las independencias africanas es parte fundamental de por qué existe “Gloria”. Estoy realmente interesada en todas esas historias que nos ayuden a reflexionar y a registrar nuestras historias, nuestra presencia y posibles futuros.
P.- En un momento del libro, Mugabe pide el regreso de los artefactos saqueados de África y de la riqueza del país que se exponen en museos occidentales. ¿Por qué decidió incluir esto? ¿Es un llamado a reabrir esta conversación?
R.- Es una conversación que ya existe y, para mí, fue un deseo de simplemente amplificarla. Es importante en una obra que trata con los efectos del colonialismo que nos recuerde que esta conversación está sobre la mesa. Es una cuestión que necesita ser abordada y que va más allá de las palabras, es una cuestión de que queremos que nos devuelvan nuestras cosas. Sí, como dice Mugabe, “tráiganlas de vuelta”.
Las elecciones en Zimbabue “no son libres ni justas”
P.- ¿Cómo ve la situación política actual en Zimbabue con Emmerson Mnangagwa tras su victoria en agosto? ¿Qué esperanzas o preocupaciones tiene para el futuro del país?
R.- Mi esperanza es que como zimbabuenses encontremos una manera de salir de su situación actual, que es un régimen autoritario. No nos sorprende que haya ganado las elecciones, ya que en un régimen autoritario se supone que debe ganar porque no son elecciones libres ni justas. Pero lo que me da esperanza es que la gente votó abrumadoramente en su contra, lo que demuestra que no tiene ningún apoyo. La pregunta ahora es: ¿cómo podemos liberarnos en un sistema tan represivo y violento? Eso es lo que me da esperanza, la pregunta y la búsqueda de respuestas.
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Fotografía: Afroféminas