¿“El fin justifica los medios”?
Jorge Salazar García.
Claudia, la corcholata preferida de AMLO, fue la ganadora según lo anunciado por MORENA el pasado 6 de septiembre. Consecuentemente será la próxima candidata presidencial de MORENA. No por ello, necesariamente será la presidenta de México, pues faltan 9 meses para esa elección. Y eso, tomando en cuenta su ilegitimidad, es mucho tiempo de desgaste frente a la Juan Guaidó mexicana, Xóchitl Gálvez, empoderada por la ultraderecha.
Si antes de las encuestas, Claudia poseía prestigio político, este fue dinamitado por el proceso antidemocrático de su elección. La descomposición de MORENA es tan profunda que el Presidente tuvo que ejercer la facultad meta constitucional de elegir a quién le sucederá en el cargo. Ejecutó el “dedazo” siguiendo la máxima de Maquiavelo “el fin justifica los medios”. El acompañamiento sumiso de los dirigentes y corcholatas condujo al partido a marginar a los militantes de base de este trascendente evento, tal como lo han venido haciendo en otras ocaciones al elegir candidatos a cargo de elección popular. Ayer como hoy, lejos de ese pueblo, considerado menor de edad, se reparten y negocian ($$$) a ojos vistos las candidaturas.
Este modesto análisis no es un rechazo a Claudia o a Marcelo, ni mucho un apoyo a Xóchitl. Simplemente es una descripción racional del grotesco circo montado por MORENA durante el proceso de elección interna. Lograron, en esta lid, emular con maestría a las pirañas neoliberales del PRIAN; reduciendo las diferencias ideológicas entre ellos y consumando el sueño dorado de los yanquis de bipartidizar a México. Los colores como las ideologías las van fusionando dando origen a dos bloques políticos controlados y operados por el DINERO. ¿Demócratas y republicanos?
Tanto el PRIAN como MORENA, haciendo a un lado sus estatutos, utilizan métodos de mercadotecnia (siempre manipulables) y contratan empresas privadas (siempre corruptibles) para justificar sus decisiones. Últimamente, las encuestas sustituyen a los órganos de gobierno Estatutario en procesos que sólo atañen a los militantes. Esa herramienta (la encuesta) puede ser muy útil siempre y cuando sea diseñadas, operadas y procesadas por técnicos conforme lo establece la ciencia.
Al respecto, cualquier matemático o Físico (Claudia lo es) sabe que un experimento científico repetido bajo condiciones distintas no puede arrojar resultados iguales. Luego entonces, los números obtenidos por las 4 empresas dizque independientes de ningún modo debieran coincidir con los de MORENA, al menos que las encuestas (experimento) hubieran sido coordinadas por una misma persona o grupo, de confianza, para controlar las condiciones locales (muestra, encuestadoras y encuestadores) y justificar el resultado, ya determinado con anticipación. Esto, naturalmente, requiere muchos recursos humanos y materiales. En el caso de las encuestas los hubo.
Comparando los porcentajes mostrados el 6 de septiembre, surgen situaciones insostenibles que confirman lo dicho. Sólo un fraude los pudo generar. Pues si cada empresa hubiera realizado su encuesta con absoluta autonomía, las diferencias, con todo y ponderación, no serían tan pequeñas, aún cuando la tendencia hubiera sido la misma. En el caso que nos ocupa, las 4 encuestas espejo fueron cuchareadas o ajustadas al deseo de quién las pagó. Jamás hubieran coincidido con tanta exactitud con las del partido: 40% Claudia, 25% Marcelo, ¡en todas!
El manoseo fue tan burdo que los dirigentes tuvieron que salir a presumir a los 4 vientos un proceso democrático, transparente, legal y honesto. Dime de que presumes y te diré de que careces dice el refrán. Hicieron todo lo contrario: marginaron a sus militantes, expulsaron a un contendiente, violaron los estatutos del partido y financiaron con dinero público a la ganadora.
De tales irregularidades, sin duda, AMLO tuvo conocimiento. Ya lo dijo antes: Nada de trascendencia política sucede en el país sin saberlo el Presidente. Su respuesta evasiva a los cuestionamientos e inconformidades expresadas por Marcelo y su equipo confirman su intervención.
Por supuesto, cabe la posibilidad de que el ejecutivo piense existan buenas razones de Estado para intervenir como lo hizo. Incluso aquella de que, ante la consolidación de un sistema bipartidista, esté de acuerdo con Marcelo, o Dante, en crear un partido bisagra que evite la consolidación de los extremos ideológicos.
Una consecuencia de lo anterior, es la transferencia a Dante Delgado de un poder equivalente al detentado por los dos bloques confrontados. Supongamos que la oposición obtiene alrededor de 10 puntos debajo de Claudia, y Marcelo logra un promedio de 15 % de votación. Estos puntos de diferencia otorgan a MC una fuerza de negociación muy poderosa. La clave radica en que los puntos de ventaja sobre Xóchitl no sean superiores a los puntos obtenidos por MC. Naturalmente los asesores de la derecha lo saben y probablemente la candidatura ciudadana de Eduardo Verástegui, financiada por la derecha, tenga la encomienda de restar votos a Claudia y sumarlos a Xóchitl.
De ser real este escenario, sería responsabilidad absoluta de AMLO dado que no logró separar el poder político del económico. Ahora que la metástasis de la codicia, corrupción y antidemocracia invade a MORENA sin remedio, la pérdida de votos y la traición están garantizadas. Tal vez las cuentas siguientes, sobre la cantidad de dinero público destinado al pago de los 20 mil puesto que se ya disputan las cúpulas, le convenzan de lo anterior.
Considerando un sueldo promedio de 70 mil pesos y multiplicados por 20 mil puestos, son ¡1400 millones de pesos! que se depositarán mensualmente en las cuentas personales de los funcionarios emanadas de ese proceso. Naturalmente hay que agregar los moches, comisiones, desvíos, bonos, vales, ayudas, asesores, seguros, y un largo etcétera. Es una sangría brutal a nuestros impuestos; morbosa e insultante para los millones de mexicanos que trabajan 12 horas diarias por 10 mil pesos mensuales, máximo. En este sentido es injusto que un asalariado deba trabajar diariamente durante más de treinta y cinco años para recibir, si acaso, una pensión de 5 mil pesos mensuales cuando los diputados, gobernadores y presidentes municipales, zánganos en su mayoría, sólo “trabajando” durante 3, 4 o 6 reciban una pensión o bono superior y además puedan gastar esa cantidad en un sólo desayuno o comida. ¿No le parece una locura de injusticia.
Igual indigna sobremanera conocer la fortuna (40 mil millones de pesos) que derrocharán las instancias electorales y los partidos durante la elección próxima. Tenemos un sistema de partidos putrefacto, de los más caros del mundo que permanece gracias a que millones de mexicanos creen que su participación política se agota con el voto. Esta descomposición tarde o temprano beneficiará a la derecha, pues aunque AMLO tenga el respaldo de millones de mexicanos; estos, desorganizados, no podrían evitar que la oligarquía consolide el sistema bipartidista tipo norteamericano. Después de ello ¿Qué quedaría?, ¿Un territorio balcanizado? ¿Hacia dónde voltear? ¿Qué hacer?
Lo procedente es reconocer primero que ningún caudillo, por muy impoluto que sea, puede cambiar las condiciones estructurales de explotación solo. Lo asimilan, lo amenazan, lo doblegan o lo matan y san se acabó la esperanza. Esta debe ser fincada en la hermandad de clase, en la lucha organizada, en la certeza de que es posible hacer realidad la facultad establecida en el artículo 39 Constitucional.
Cierto, no es fácil en medio de la manipulación mediática, identificar los intereses comunes, crear comisiones, comités, grupos de gestión y de estudio. Siempre habrá obstáculos para reunirse en el centro de trabajo, casa, calle o barrio de cada colonia con esos objetivos. Por eso deben planearse y conseguirse metas parciales en la gestión y capacitación popular creando mecanismos de vigilancia y de revocación de mandato sin la intervención de tribunales o autoridades que no hayan sido emanadas de un proceso esencialmente democrático.
Del sistema nada bueno debe esperarse ya. Comenzar la liberación requiere rechazar su modelo de partidos que nos aíslan, dividen y confrontan. Ahora mismo fracturando a MORENA, a los primores les importa un pito la unidad de los de abajo. Los necesitan sólo para que vayan a votar.
Por cierto ¿A cuánto se elevará el costo del sufragio?, ¿Mil, 2 mil o tres mil peso?, ¿El fraude en MORENA fue asesorado por Manuel Bartlett recargado?, ¿Alguien quiere despertar al tigre?