Por: Rafael Cañas. 22/04/2024
Francia ha vivido un día “histórico” este 4 de marzo con la inclusión de la garantía del aborto en su Constitución, el primer país del mundo que blinda la interrupción del embarazo para protegerla de retrocesos.
“Histórico”, “victoria”, “orgullo”, fueron algunos de los adjetivos que emplearon la gran mayoría de líderes de grupos políticos en la sesión extraordinaria del Congreso del Parlamento, que reunió el Palacio de Versalles a la Asamblea Nacional y al Senado para aprobar formalmente la reforma constitucional.
Al final 780 parlamentarios votaron a favor de la reforma constitucional y solo 72 lo hicieron en contra, muy por encima de los tres quintos requeridos para sacar adelante la primera modificación de la Carta Magna desde 2008.
El cambio aprobado incluye la expresión en el artículo 34 de que la Constitución francesa, señalará que “la ley determinará la forma en que se reconoce la libertad garantizada de las mujeres a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo”.
“Vuestro cuerpo os pertenece y nadie puede disponer de él en vuestro lugar”, proclamó el primer ministro, Gabriel Attal, en la intervención que abrió la sesión.
Ausente del Congreso, por la imposibilidad del presidente de influir en el Legislativo, Emmanuel Macron reaccionó a través de la red social X, donde expresó el “orgullo francés” y el “mensaje universal” que lanza el país.
Además, anunció que promulgará la ley el próximo viernes, coincidiendo con el día internacional de los derechos de la mujer, y lo hará, por vez primera, en una ceremonia pública que tendrá lugar frente al Ministerio de Justicia.
Francia da el ejemplo y pone al aborto en la Constitución
Macron, decidió lanzar esta reforma constitucional después de que el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó en junio de 2022 el reconocimiento federal al derecho al aborto, dejando su autorización en manos de cada estado.
Por ello, muchas de las intervenciones señalaron ese fallo judicial, igual que otras restricciones al aborto ya aprobadas o en proyecto, como en Polonia, Hungría o en la Argentina del presidente Javier Milei, como un recordatorio de que los derechos pueden perderse.
“El riesgo de involución existe”, señaló como resumen la diputada izquierdista Elsa Faucillon.
La nota discordante la puso la líder ultraderechista Marine Le Pen, quien aseguró, en unas declaraciones al llegar al Palacio de Versalles, que el peligro contra el aborto “no existe”. “Vamos a votar esta constitucionalización porque no nos supone ningún problema, pero de ahí a hablar de día histórico no. Es un día instrumentalizado por Emmanuel Macron para su propia gloria”, afirmó la líder del segundo mayor grupo de la Asamblea Nacional.
La reunión del Congreso y la votación, la primera para una reforma constitucional en casi 16 años, estuvo llena de elementos simbólicos. Fue la primera presidida por una mujer, la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet, y tuvo lugar a casi cincuenta años de la aprobación de la ley de interrupción del embarazo, que lleva el nombre de la entonces ministra de Sanidad, Simone Veil.
Precisamente el primer ministro llegó a Versalles acompañado por el hijo de Veil, Jean, que asistió invitado a la sesión, en la que hubo un aplauso de homenaje a la figura política de su madre, que tras sobrevivir a Auschwitz fue ministra en varias ocasiones y llegó a presidir el Parlamento Europeo.
El debate y la votación en Versalles fue seguido desde una pantalla gigante instalada en la plaza del Trocadero, frente a la torre Eiffel, que se iluminó en la noche parisina con la inscripción “mon corps, mon choix” (“mi cuerpo, mi decisión”).
Al terminar la sesión, un grupo de mujeres de organizaciones feministas que estaban en la tribuna de invitados entonó ‘Debout les femmes’, un himno de las luchas feministas de los años 70.
La garantía del aborto en una Constitución nacional solo tiene un precedente histórico, en 1974 en la desaparecida Yugoslavia, aunque esa garantía se extinguió con el final de ese país.
“Es el triunfo de un movimiento imparable”
Para Fernanda Vanegas, directora asociada de Incidencia del Centro de Derechos Reproductivos, esta decisión es histórica no solo para Francia sino también para el resto del mundo por el mensaje que envía.
“Esto va más allá de los partidos políticos y de las ideologías. Esto es un tema de libertad, de igualdad, de acceso a un servicio de salud que no debe depender de partidos políticos y esta es una de las grandes lecciones de este proceso”, explica a Efeminista.
Además, dice, salda “una deuda histórica con las mujeres” que durante años lucharon para hacer realidad lo que sucedió este lunes en Versalles. “Ya sabemos que el aborto no debería ser un delito, un castigo, una vergüenza ni ser insalubre ni inseguro. El aborto es un servicio de salud esencial y así se reconoció al ponerlo en lo más alto de una norma interna”, añade.
Afirma que, al igual que cuando cayó Roe vs Wade en Estados Unidos se pensó en las repercusiones negativas que tendría esa decisión en América Latina y el mundo, es momento de pensar qué otros países pueden empezar a seguir el ejemplo de Francia. Además, cree que la Corte Interamericana de Derechos Humanos podría analizar esta decisión por medio del derecho comparado a propósito del caso sobre penalización absoluta del aborto en El Salvador que tiene en sus manos.
“Lo que ha pasado en Francia va ahora a entrar directamente en todos los análisis comparados que puede hacer la Corte, que no puede ser ajena a la realidad en la que vivimos, una realidad en la que ya ha sido reconocido el aborto como un servicio de salud que debe ser considerado como tal”, explica.
Sin embargo, lo que más resalta Vanegas es ese “mensaje de esperanza” y “de triunfo de un movimiento imparable” como es el de la marea verde, que en América Latina es muy fuerte, pero que también llegó a Europa para promover los derechos de las mujeres. “Hubo muchas discusiones en Francia sobre cómo los regímenes populistas y conversadores lo primero que hacen es atacar los derechos de las mujeres, por lo que era necesario salvaguardarlos. Por lo que lo de hoy es un mensaje de esperanza, un mensaje militante, un mensaje feminista y es un mensaje que esperemos pueda inspirar también a nuestros gobernantes y legisladores en América Latina”, concluye.
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Fotografía: Efeminista. Activistas feministas francesas y asociaciones defensoras de los derechos de las mujeres reaccionaron a la votación para la inclusión del aborto en la Constitución. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON