Por: openDemocracy. 15/07/2020
Trece instituciones interamericanas e internacionales coordinadas por la OEA acordaron una serie de acciones para apoyar a los países del continente para enfrentar el impacto de la Covid-19. La pregunta es, ¿están cumpliendo?.
Ahora más que nunca, el multilateralismo y la cooperación internacional son esenciales para enfrentar la crisis que desató la Covid-19. Más en Latinoamérica, una región muy desigual y vulnerable sujeta a la presión de la deuda externa y a la recurrencia de desastres naturales y que, poco a poco, se convierte en el foco del virus.
Los casos se triplicaron en un mes y, a pesar de ser el hogar de tan solo 8% de la población total del mundo, registró cerca de la mitad de las muertes vinculadas al coronavirus a nivel mundial en las últimas dos semanas, superando la cifra de 100.000 fallecidos.
El Grupo de Trabajo Conjunto de Cumbres (GTCC) reúne a 13 instituciones interamericanas e internacionales. El GTCC lo coordina la Organización de los Estados Americanos (OEA) y está conformado por: el Banco Interamericano de desarrollo (BID), el Banco de desarrollo de América Latina (CAF), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Banco mundial (BM), La Organización Panamericana de Salud (OPS), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Banco interamericano de Integración Económica (BCIE), el Banco Caribeño de Desarrollo (BCD), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la misma OEA. El grupo organiza, planifica y ejecuta proyectos que implementen los compromisos de las cumbres.
Desde que la Covid-19 llegó a la región, el grupo ha hecho tres reuniones para analizar sus impactos y tomar medidas de apoyo. Desde la primera reunión se creó un documento en línea para darle seguimiento a las acciones que cada institución planea o está llevando a cabo y, aunque hay muchas necesidades atendidas, hay otras que todavía no reciben una atención oportuna.
Lo que se ha hecho y lo que no en temas clave
democraciaAbierta hizo seguimiento a algunos de los temas clave para la región y la eficacia de las medidas del grupo de respuesta multilateral como son: protección de la democracia, control de la corrupción, medidas efectivas de gobierno, protección de los derechos humanos y flexibilización del acceso a ayudas económicas. Estas son las conclusiones:
- Reuniones periódicas para lograr una coordinación continua entre cada entidad y para actualizar los datos de la región. Esto se ha cumplido, especialmente gracias al trabajo del Observatorio de la CEPAL.
- Los nodos nacionales anticorrupción que buscan cumplir con el Compromiso de Lima que promueve la transparencia, la equidad, la libertad judicial y el fortalecimiento de las instituciones democráticas. Aunque se logró la presencia de los nodos en varios países, todavía sigue sin haber uno en Brasil, el país más desigual, con más casos de la Covid-19 en la región y el segundo con más casos en el mundo.
- Fortalecer las capacidades de e-governance o e-gobierno. Esta estrategia ha dado algunos pasos hacia adelante, pero, según un estudio de la universidad de Georgetown, solo el 6% de los proyectos son exitosos, 52% tiene problemas y 42% son fallidos. Un ejemplo claro es el del programa diario del presidente de Colombia, Iván Duque. Cada día, hace una transmisión por todas las redes sociales en la que habla sobre la pandemia. Sin embargo, más que ayudar, se ha vuelto un foco de confusión: cada noche saca más y más medidas, tantas, que ya no sabe cuáles son y cada noche opina algo diferente, lo que genera desinformación en la población. Esto demuestra que, aunque la tecnología exista, la claridad y la calidad del mensaje es clave para que este tipo de herramientas mejoren y no deterioren la gobernanza.
- Apoyo para la aprobación y ejecución de fondos públicos de urgencias, específicamente para atender la Covid-19. En este punto fallan todos. Tanto las entidades multilaterales, como los gobiernos nacionales y los licitantes de cada país. Durante la pandemia, cada vez más se acumulan informes de compras fraudulentas de ventiladores, mascarillas y otros elementos sanitarios, irregularidades en la entrega de ayuda a poblaciones vulnerables y medidas políticas absurdas en Latinoamérica.
Para listar sólo dos ejemplos, el primero es el de los gobernadores en Colombia, al menos 14 de los 32 gobernadores del país han sido investigados por delitos incurridos en el marco de la emergencia sanitaria. El segundo caso es el del aumento del coste de las bolsas para cadáveres en Ecuador, que multiplicaron su precio de 12 a 144 dólares en Guayaquil, la ciudad más afectada por el virus.
- Una guía de acciones y medidas que las autoridades deben tener en cuenta en el desarrollo de los procesos electorales por venir en el contexto de la emergencia de salud. Todavía no se ha creado, y va a ser clave en los años que vienen en los que todos los países de la región elegirán nuevos representantes. La entidad encargada de hacerla es el Departamento de Cooperación y Observación Electoral (DECO).
- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) adoptó el 10 de abril de 2020 una resolución que hace una serie de recomendaciones sobre las medidas que se deben tomar para enfrentar la crisis. La resolución hace un llamado urgente a que todo lo que se haga tenga un enfoque centrado en los derechos humanos y tiene un apartado especial para personas extremadamente vulnerables como: personas mayores, presos, las mujeres, los pueblos indígenas, las personas LGBTI+, las personas afrodescendientes, los niños, niñas y adolescentes, y las personas con discapacidad.
Este tema es definitivo, ya que si la respuesta a la pandemia no incluye la protección efectiva de los derechos humanos, se ahondan la desigualdad y la violencia en la región. Según un informe de la Cepal, uno de los miembros de la GTCC, la desigualdad y violencia de todo tipo contra las mujeres se ha exacerbado durante la pandemia: son las más afectadas por el trabajo de cuidado no remunerado, sufren mayores tasas de subempleo, tienen mayores dificultades en el acceso a beneficios financieros, han aumentado los casos de violencia contra mujeres y niñas y tienen menos acceso a alimentos.
Otra población vulnerable durante la crisis es la de los migrantes. Antes de la llegada del coronavirus, la región ya estaba atravesando una crisis migratoria sin precedentes, potenciada por el éxodo venezolano. Desde el 2015, más de 5 millones de venezolanos han salido de su país y más de 4 millones residen en países de Latinoamérica y el Caribe. No obstante, no son los únicos, el 12% de la población en Belice son inmigrantes de Centroamérica; y en los últimos 10 años, Chile ha otorgado alrededor de 275.000 visas a migrantes haitianos. Ahora se enfrentan a nuevos problemas, como los cierres de fronteras y las medidas de aislamiento.
Por otra parte, está la crisis de las poblaciones indígenas y afrodescendientes frente a la Covid-19. En todos los países, hay falta de acceso a servicios públicos y productos de salud. Aunque muchos de estos pueblos restringieron el acceso a sus territorios, en muchos casos fue una medida infructuosa y el virus llegó y tiene un impacto incalculable en poblaciones especialmente vulnerables a los virus.
- En temas de apoyo a financiero a los países de la región, la entidad que está al frente es el Banco Mundial, que prevé que en los próximos 15 meses su asistencia para países en desarrollo alcanzará los 160.000 millones de dólares, y que gran parte de esta suma ayudará a gobiernos de Latinoamérica y el Caribe a gestionar mejor la emergencia. En la actualidad, se han distribuido cerca de 2.000 millones de dólares en la región para enfrentar la pandemia. Sin embargo, un futuro con una tasa de desempleo disparada y un aumento en la pobreza histórico, demandará un apoyo financiero mucho más robusto para la región.
Hay que prender alarmas ahora
En un informe del 9 de Julio de 2020, el Secretario general de Naciones unidas, António Guterres, advierte que, como consecuencia del virus, Latinoamérica sufrirá una fuerte caída del turismo, una contracción económica del 9,1% – la mayor en 100 años – y una reducción en remesas que dejarán a la región con 45 millones de personas más en condición de pobreza, en comparación con las cifras del 2019. Con este incremento, la cifra de personas pobres en la región alcanzará los 230 millones, de los cuales 28 estarían en situación de pobreza extrema.
Para Guterres, “Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe. Los niveles de desigualdad se han vuelto ya insostenibles (…) Para reconstruir mejor, hay que reforzar la gobernanza democrática, la protección de los Derechos Humanos y el Estado de Derecho. En un momento en el que demasiados ciudadanos y ciudadanas se sienten excluidos, la rendición de cuentas y la transparencia son fundamentales”.
El papel de la respuesta multilateral para superar esta crisis es y será clave. Hasta ahora, los apoyos no han sido suficientes y, en materia financiera específicamente, deben expandirse a los países de ingreso medio con extensiones de pago, aplazamientos de pagos por servicio de la deuda y ampliación de la asignación de derechos especiales de giro. Asimismo, es urgente que se creen medidas para proteger los derechos humanos, parar la corrupción y mejorar la democracia, siempre frágil, en la región.
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Fotografía: openDemocracy.