Por: Miguel Cruz Suárez. 13/05/2022
Esta “dictadura” nuestra es desconcertante. ¡Hace cada cosas! Ahora se ha empeñado en pedir al pueblo que salga a las calles este día primero, que tome avenidas, que replete parques. ¿Acaso no es un riesgo para dictadores reunir a un millón a solo unos metros de sus oficinas? ¿Quién controla eso? Si la gente está a un tin de estallar (eso es lo que dicen sonados voceros de prensa y panfleto), ¿cómo es que les piden que hagan un desfile?
Esta “dictadura” nuestra hace cosas raras y va a ir a pararse el equipo entero de la Presidencia allí, frente a todos, expuestos, de frente, mirando las caras de los que desfilan. Pero si los odian, si no los soportan (eso es lo que dicen en redes sociales), ¿habrán encontrado alguna baranda capaz de parar la fuerza del pueblo? Porque sobran pruebas de que no hay barreras que frenen las iras cuando son reales.
Esta “dictadura” nuestra, qué cosa inaudita, además de andar organizando a obreros para que se agrupen en toda la isla, convoca a los jóvenes y a los estudiantes. ¿Es que no han mirado en los noticieros lo que pasa en Chile, Colombia o Brasil cuando los muchachos se van a las calles? Aun cuando en esos lares (según dicen todos) no son dictaduras. ¿Será que compraron suficientes carros lanzagua, suficientes perros, suficientes balas con puntas de goma? No lo creo posible, demasiada gente y poca policía.
Esta “dictadura” nuestra, siempre tan insólita, los vacuna a todos, no les cobra nada y luego les pide que tomen las calles, justamente el día en que tantos Gobiernos de “alta democracia y libertad plena” levantan plegarias y cruzan los dedos para no tener las marchas obreras, que siempre terminan a fuerza de palos.
Esta “dictadura” nuestra, extraña y sin recelos, no le teme a nada, porque si se atreve a sumar obreros, quedan pocas cosas que le causen miedo.
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Fotografía: Cuba debate