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Por: Prabir Purkayastha / Globetrotter. 12/11/2022
En el mejor de los casos las sanciones harán que China asuma más lentamente el liderazgo global de la fabricación de chips. En el peor de los casos, aumentarán las probabilidades de que la “guerra del chip” se rebase, alcanzando las esferas económicas o físicas.
Los Estados Unidos han hecho una gran apuesta con sus últimas sanciones globales a empresas chinas de la industria de los semiconductores, creyendo que puede dispararle en la rodilla a China y retener la dominación global. Desde los eslóganes de la globalización y el “libre mercado” de los neoliberales 90, Washington ha regresado a “la vieja confiable” de los regímenes de denegación tecnológica que, junto a sus aliados, siguieron durante la Guerra Fría. Mientras que en el corto plazo pudiese ser efectivo para disminuir la velocidad de los avances chinos, en el largo plazo, para la industria del semiconductor estadounidense, el costo de perder a China (su mercado más grande) tendrá consecuencias importantes. En el proceso, las industrias del semiconductor de Taiwán y Corea del Sur, más los fabricantes de equipos en Japón y la Unión Europea, tienen más probabilidades de convertirse en daño colateral. Algo que nos recuerda de nuevo lo que una vez dijo el ex secretario de Estado Henry Kissinger: “Ser enemigo de los Estados Unidos puede ser peligroso, pero ser su amigo es fatal”. El propósito de las sanciones estadounidenses (de segunda generación luego de las primeras en agosto de 2021) es restringir la capacidad de China para importar chips de computación, desarrollar y mantener supercomputadores, y fabricar semiconductores avanzados. Aunque las sanciones se esconden bajo términos militares – negarle a China el acceso a tecnologías y productos que pudieran ayudar al ejército chino – en realidad, apuntan contra todos los principales actores del semiconductor en China y, por lo tanto, también su sector civil. La ficción de “excluir el uso militar” solamente le ofrece una débil cobertura de acceso a todos, bajo las excepciones Organización Mundial de Comercio (OMC) en tener que proporcionar acceso al mercado a todos los miembros de la OMC. La mayoría de las aplicaciones militares emplean chips de viejas generaciones y no las últimas versiones. Fin de la vista previa. Este artículo ha sido producido en colaboración con Newsclick y Globetrotter Prabir Purkayastha es el editor fundador de Newsclick.in, una plataforma de medios digitales. Es un activista de la ciencia y del movimiento del software libre. |
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Fotografía: El ciudadano