por Amaury “Anonimonius” Sánchez Burelo
La poesía debe de contrarrestar el discurso hegemónico/Los anarquistas sólo aprovecharon el momento para atacar a los comunistas en lugar de contrarrestar totalmente al capitalismo/El arte trasgresivo no tiene que caer en la fascitización.
La estridencia de Xalapa se nota desde el Siglo XX con la presencia de Manuel Maples Arce, Arqueles Vela y Germán List Arzubide, historia reconocida por el Sistema y alguno que otro radical (entiéndase como radical no sólo a esa visión anárquica, sino sobre lo antisistema).
Este Estridentismo parecía opacado durante varios años, pocas fueron las voces de los veracruzanos que continuaron con esta labor de confrontar el orden con altisonantes versos y estrofas repetidas ante un altavoz de líneas azules o negras con un fondo blanco.
Las palabras resuenan en los poemas de Aníbal Malaparte, xalapeño por residencia, quien juega entre el verso y el verso prosaico o prosa poética.
En esta entrevista nos desvela algunas dudas sobre quién es, cuál es la razón de que escriba, entre otro cotilleo que nos pudo regalar.
Amaury (A): ¿Quién es Aníbal Malaparte?
Aníbal Malaparte (AM): Las preguntas simples son las más difíciles de responder… para evitarme problemas diré que es un poeta marxista-leninista oriundo de la mutante ciudad de niebla con la firme creencia que tanto el arte radical como la política revolucionaria comparten un vínculo irrompible de brutalidad y violencia que no debemos de rechazar sino abrazar, una relación imposible pero necesaria que existe entre leninismo y dadaísmo (¿acaso no el propio Lenin se embarcaba en tertulias literarias con Tristan Tzara en el exilio en Zurich?) que me empuja a ser un leninista dadá… o un dadá leninista, aun no lo tengo resuelto del todo.
A: ¿Qué aporta la poesía de Malaparte a la estridencia de la literatura en Xalapa?
AM: Creo que mi principal aporte viene en dos sentidos: el primero es aquello que Althusser llamaba la línea de demarcación: es decir, traer a primer plano que existen clases antagónicas y que este antagonismo se da no solo en el campo económico sino en el campo de las ideas y las expresiones artísticas. Es la lucha de palabras que representan diferentes realidades en la lucha de clases, en esta lucha de palabras me pongo del lado del pueblo, es decir, del proletariado y sus aliados en la lucha contra la ideología de la clase dominante, tan común que las personas sumergidas en su ideología se creen por fuera de cualquier ideología.
El segundo aporte se da también en que evito la transgresión por la transgresión: si bien bajo ninguna circunstancia soy enemigo del arte transgresivo (ya que acepta la existencia de estructuras de opresión y sus narrativas normativas y apologéticas) la mayoría de los contemporáneos que se describen a sí mismos como artistas transgresivos atacan y hieren la sensibilidad y moral por el hecho de hacerlo, sin proponer nada y haciendo del sadismo y la crueldad un goce estético ¿no es acaso una señal del comienzo de la fascitización de un sector de la sociedad? Como poeta me opongo tanto a un arte “apolítico” que en realidad solo representa las ideas dominantes como también oponernos a la pseudotransgresión que es solo un preludio de las ideas fascistas (recordemos que el fascismo imita las formas de la izquierda dándoles un contenido de derecha).
A: Por lo que tengo entendido eres comunista ¿por qué insistir en estas ideas cuando los grandes medios dicen que es algo obsoleto?
AM: La repetitiva expresión Marx está obsoleto pertenece al ámbito de la ideología burguesa, sin embargo, esta expresión demuestra profundamente la debilidad del liberalismo-conservadurismo ¿Por qué? La respuesta es simple, su llamamiento fanático sin explicar qué tiene de obsoleto tiene como objetivo exorcizar el miedo que les producen las concepciones teóricas que no solo no terminan de comprender, sino que además de eso poco comprenden, explica de una mejor manera el mundo y sus contradicciones que cualquier otra ideología burguesa. ¿Haz visto alguna vez algún amante despechado insistir hasta el punto de la neurosis que ya superó a su antigua pareja cuando es obvio que no lo ha hecho? Lo mismo sucede en la sociedad de la desigualdad: aquello que afirma superado, que se pretende reprimir con toda violencia necesaria y que debe ser rechazado sin ambigüedades es en realidad el elemento no resuelto.
¿Y por qué la burguesía no puede resolver al marxismo? Simple, el marxismo no es una filosofía y ciencia para la burguesía, es una doctrina revolucionaria para el proletariado revolucionario, simple y sencillamente su propia posición de clase le impide comprenderlo.
A: ¿Qué tanto de tu formación se refleja en tus poemas?
AM: Bastante, mi formación profesional es como historiador e incluso si no lo fuese desde pequeño he disfrutado y me he frustrado al leer la historia, eso significa que he leído, analizado y desmenuzado el impacto histórico en diversas condiciones sociales a muchos autores, manifiestos y crónicas que me influyen o repelen alternativamente y a veces incluso lo hacen al mismo tiempo.
En realidad, mi dificultad como poeta deriva en que aun no encuentro la forma de decir lo más posible con pocas palabras, aun me falta mucho para llegar a la simple elegancia de Matsuo Basho o la helada visceralidad de Blanca Varela.
A: ¿Qué viene en el futuro para Malaparte?
AM: Seguir escribiendo desde la lucha de clases, hasta la victoria o el amargo final, pero para mí ya no hay otras opciones, tras tantos puentes ardiendo, incluso si quisiera simplemente no puedo regresar a mi vieja vida.
A: ¿Qué opinas de estas personas anarquistas que en su momento criticaron al partido en el poder y ahora forman parte del mismo?
AM: El anarquismo como ideología es un chisme y un chiste, algo que atrae a las clases medias o al lumpen cuando creen radicalizarse, pero exactamente ¿Qué es el anarquismo? Es liberalismo, la ideología del capitalismo al cual añaden un componente de arbitrario antiautoritarismo que si bien afirma odiar de la misma forma al fascismo y al comunismo concentra todas sus energías en la lucha contra el segundo. Como el anarquismo no es más que liberalismo ¿Qué sucede una vez liberada la explosión de crudas emociones? ¿Qué dificultad encuentran los antiguos anarquistas en regresar al punto de partida? La gentuza que hace unos años gritaba hasta el cansancio marxismo-leninismo la otra cara del fascismo en las movilizaciones por la aparición de los 43 hoy en día está en MORENA, en PAN, en grupos de odio TERF, son policías, burócratas estatales e incluso me he reencontrado algunos en sectas falangistas, sinarquistas y hasta neonazis (con todas las risas que implican ver esas cabezas rapadas de incierto origen ario).
Para los anarquistas no tengo más que desprecio.
A: ¿Esa burda muestra de cambio no es una falta a sus ideologías y lo que supuestamente profesan?
AM: Dirían en el Estado Español de esos polvos estos lodos ¿no fue acaso el bakunismo básicamente un refrito de Proudhon al que se añadió un antiautoritarismo que ocultaba un profundo autoritarismo? ¿y qué era el bakunismo sino una teoría nacida entre los elementos desclasados de la I Internacional que se oponían a Marx incluso si era a costa del propio movimiento obrero? No es casualidad que muchos de los primeros proto-fascistas franceses reivindicasen las mismas teorías, el Círculo Proudhon en Francia nació de la fusión entre anarquismo y nacionalismo, lo mismo sucedió en Alemania, el “ala izquierda” del nazismo (el strasserismo) reivindicaba también el análisis proudhoniano, en España pasó algo muy similar con La Falange, eso explica cómo eventualmente muchos antiguos cenetistas terminasen uniéndose a la Quinta Columna o inevitablemente militando en el falangismo. México no es la excepción ¿acaso es tan difícil recordar cuantos antiguos magonistas terminaron en la Unión Nacional Sinarquista? ¿o como la CGT apoyó a Calles y a la Acción Revolucionaria Mexicanista -los rompehuelgas glorificados de la COPARMEX- simplemente por que se oponían al viejo PCM?
Entonces, no es una traición ideológica sino la inevitable evolución de su ideología.
A: ¿Cuál crees que debería ser el camino para la literatura en México o en Latinoamérica?
AM: Creo que hay varias opciones dependiendo del escritor o escritora, pero son tres fundamentalmente: seguir el camino de la auto referencialidad, abrazar la reacción fascista o unirse a la lucha por el futuro, no creo que existan otras opciones.
A: ¿Tienes esperanza en la poesía o dices como Mario Santiago Papasquiaro que la salve su chingada madre?
AM: ¿Esperanza en la poesía? ¿En qué sentido? Si hablamos de poesía en forma abstracta la volvemos una entidad metafísica incomprensible y ahí no veo nada por lo cual valga la pena luchar. Si hablamos de la poesía como un refugio, una especie de exilio interno (como aquel que reclaman los alemanes que colaboraron con los nazis por arribismo social o miedo al comunismo) para sobrellevar las actuales condiciones de vida tengo aún menos interés.
Si hablamos de la poesía como una praxis social antifascista tampoco tengo esperanzas, hago todo lo posible para que no pierda mi bando, pero eso no significa que crea que la victoria sea inevitable. Sin embargo, eso no es sinónimo que no tenga confianza en que la poesía, la poesía ha sido antes un espacio para las más apasionadas protestas… y lo sigue siendo.
Con los acontecimientos actuales de genocidio del pueblo palestino (atrapado a dos fuegos entre el sionismo y el islamismo, es decir, el fascismo hebreo y el fascismo islámico), el desastre ambiental causado por la explotación capitalista en América Latina y África, los regímenes de apartheid implantados por todo el mundo, la agudización de la explotación de la clase trabajadora, el surgimiento de nuevas ultraderechas… estos acontecimientos deben de ser retratados, todos ellos con la misma pasión, sin ocultar uno u otro, lo mismo el grito público de las personas que sufren ante los desastres no-naturales (cuya causa es la depredación capitalista de la naturaleza) como los gritos anónimos de quienes son torturadas y desaparecidos en los cuarteles militares.
El capitalismo se descompone y la burguesía desempolva los viejos modelos imperialismo y colonialismo que tan útiles le fueron en el pasado para incrementar el comercio mediante la militarización, atacar las organizaciones de trabajadores y asaltar la producción cultural de los pueblos para despojarla de su contenido y revenderla como un nuevo fetiche.
Ante esto, si la poesía es parte inseparable de la identidad de los pueblos, si el fascismo sirve a la burguesía entonces la poesía (la poesía de quienes resisten) no sólo ha de defenderse sino también pasar a la ofensiva. Porque la poesía no sólo ha de decir lo que no queremos en el actual estado de las cosas sino también tiene que decir a lo que aspiramos, aquello por lo cual soñamos, no es solo protestar y apelar, sino también llamar a la lucha. No solo ha de señalar a criminales y explotadores sino llamarlos por su nombre y clama por sus cabezas.
La poesía antifascista ha de devenir el Terror, terror rojo si quiere sobrevivir, no solo tiene que condenar a los explotadores sino hacer llamados a su derrota político-ideológica-militar, tiene que aprender que la compasión por las víctimas no es sino caridad por los agresores si no va acompañada de militancia real y que la tristeza ha de transmutarse en odio contra los opresores del ayer y de hoy. Que el terror de la clase dominante ha de ser contrarrestada por el terror de la vanguardia proletaria.
La poesía, que durante mucho tiempo ha sido la perdedora de la historia en su lucha contra los tiranos ha de defenderse ya no solo desde la superioridad moral (el rostro público de la impotencia) sino que ha de pasar a la ofensiva ahora con organizaciones de masas y armas materiales si quiere sobrevivir.
A: Algo que quieras agregar para nuestros lectores. ¿Dónde podemos leerte?
AM: Salgan a la calle a dar pelea y lean a Marx.
Hundan sus naves, somos libres únicamente cuando no tenemos nada que perder y si aspiran ustedes mismos a ser poetas entonces tienen que ser fieles a explotar los límites del lenguaje, de las palabras y conceptos con los cuales catalogamos lo que es posible e imposible, nuestro deber en estas condiciones históricas es hacer posible lo imposible, hacer realidad la toma del cielo por asalto.
Para leerme, bueno, dense una vuelta por las tiendas online de las editoriales Mandrágora y Valparaíso, ahí tengo a la venta dos libros en estos momentos.
Amaury David Sánchez Burelo “Anonimonius”
Egresado de la licenciatura en Lengua y Literatura Histórica por la Universidad Veracruzano.
Actualmente más padre de Raúl y esposo de Beatriz que dibujante, poeta o creador.
Interesado en las artes narrativas gráficas, la poesía y las novelas policíacas.
Promotor de la lectura y creador de la Comicteca del Instituto Campechano.