Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. Insurgencia Magisterial. 16 de junio de 2020
Sandra América Hernández Adame es egresada de la Licenciatura en Educación Física de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, fue mi alumna en los cursos de “Problemas y Politicas de la Educación Básica y de Gestión Escolar.
La idea de esta serie de entrevistas es la de conocer desde el punto de vista de cada uno de los profesores entrevistados, aspectos que desde su perspectiva han formado parte de su quehacer docente y personal, con motivo de las consecuencias que la pandemia de Covid 19 han ocasionado en nuestra vida. Por iniciativa propia ella quiso cambiar la entrevista por un ensayo, recordando viejos tiempos en nuestros cursos.
MI EXPERIENCIA COMO MADRE Y DOCENTE A PARTIR DEL CONFINAMIENTO EN CASA
Me llamo Sandra América Hernández Adame soy licenciada en Educación Física. Desde hace dos años presto mis servicios para un preescolar federalizado. El jardín se ubica en la zona centro de un pueblo, cabecera municipal. Las zonas aledañas son rancherías. La escuela es de fácil acceso, sus calles son empedradas. Cuenta con todos los servicios como: luz, drenaje, internet y agua. Este último en ocasiones se escasea debido a que el drenaje de un pueblo cercano colapsó y contaminó el líquido.
Las instalaciones son de concreto, son siete salones con ventanas grandes que permiten una adecuada ventilación e iluminación. Sin embargo, son muy pequeños para la población que atiende. Las áreas verdes con las que cuenta son pequeñas. Tiene dos patios en los que se realizan ceremonias como actos cívicos, festivales y la sesión de educación física. Actualmente están construyendo el domo.
A sus alrededores se encuentran establecimientos comerciales que no representan ningún riesgo para los niños. La principal actividad económica de la ciudad es la industria del calzado y elaboración de artículos de piel mediante la utilización de procesos artesanales. En su mayoría, muchas de las familias practican esta actividad.
La zona se matiza por diferentes contrastes culturales, sociales y económicos. Hay familias que gozan de la infraestructura, servicios y solvencia económica, mientras que otra parte tiene carencias y limitaciones.
El confinamiento a causa del COVID-19 no fue una noticia que me tomara por sorpresa pues diariamente en las noticias se podía observar las medidas que otros países estaban tomando para evitar la propagación. Las maestras foráneas y yo que viajábamos diariamente, estábamos en espera de indicaciones por parte de la Secretaría de Educación sobre las medidas precautorias que se tomarían en su momento, pues nuestras familias se encontraban expuestas a un contagio, al viajar nosotras todos los días en transporte público. En mi último Consejo Técnico, ninguna de las maestras nos imaginamos el periodo tan largo de confinamiento que nos esperaba.
Quiero confesar que me gusta mucho estar en mi hogar con mi familia, sin embargo, el combinar actividades del hogar, el cuidado de tres hijos en diversas etapas de crecimiento y dos con responsabilidades escolares, mas un esposo que continúa trabajando –pero que mucho me ayuda con las labores del hogar y cuidado de nuestros hijos– y el ser docente; ha sido una tarea compleja que requiere de mucha organización, ya que la parte administrativa al acumularse llega hacer muy tediosa.
Apoyar en tareas de nivel preescolar, me ayuda a mejorar mi creatividad. El estado anímico del alumno por lo general es el óptimo y facilita realizar las actividades con éxito, hasta nos divertimos. Pero hay ocasiones donde la más pequeña requiere de mi completa atención, provocando conflicto y caos. También debo supervisar tareas de nivel secundaria que en ocasiones las doy por hechas y no se cumplen con éxito.
Las actividades diarias de una casa como la mayoría lo saben van desde lavar ropa y doblarla, cocinar, recoger, ordenar, pedir que recojan y vuelvan a acomodar o limpiar lo que ya estaba ordenado –procuramos que cada uno de ellos realice una tarea para hacer más sencilla la limpieza de la casa–, pero todos los esfuerzos a veces no son suficientes. En fin, quizá en estas líneas no puedan expresar lo difícil y cansado que es mantener un lugar limpio y ordenado. Llámenme exagerada o quizá yo me ahogo en un vaso de agua. Pero juro que a veces soy capaz de tener todo bajo control y otros pareciera que todo es caos y revolución.
Aún a estas alturas y con tanto tiempo de sobra el momento perfecto para realizar tareas docentes, es cuando todos duermen en casa y en ocasiones la madrugada no es lo suficientemente larga para permitirme terminar un proyecto. Pero con dificultades y tropezones procuro dar lo mejor de mí en cada una de mis actividades.
También he aprovechado para mejorar los formatos que utilizo como lo es para llevar el control de alumnos, las calificaciones, contenidos y organizarlos de maneras más práctica y funcional.
Todo lo anterior me permite comprender algunas de las situaciones por las que pasan algunos padres de familia. En muchas ocasiones he expresado que “es más sencillo tenerles paciencia a otros niños que a los propios”, pero también me he esforzado por crear ambientes saludables de convivencia por el bien de todos en mi casa y sé, que así como yo, también hay otros tantos que se preocupan porque sus hijos cumplan con tareas, porque entienden que hay un aprendizaje detrás de ese circuito motriz que les solicitaste para que sus hijos pongan a prueba su creatividad y destrezas motrices. En un principio la planeación de Educación Física se enviaba a las docentes de grupo y ellas a su vez la compartían con los padres de familia, pero no había mucha respuesta por parte de los padres de familia, así que, se me incluyeron en los grupos de WhatsApp para compartir mi material, monitorear y apoyar a los padres de familia por si acaso surgía alguna duda. Solo en una ocasión una mami muy preocupada me compartió foto de mi planeación con el apartado de la evaluación casi lleno y de algunos otros juegos descritos en una hoja en blanco.
En tres ocasiones modifique el formato de planeación que les presentaba a los padres de familia. El resultado final un formato colorido, con imágenes y considero atractivo para los niños, sin tantas letras para que no les resultara cansado a los papás, con indicaciones específicas de cómo apoyar o qué hacer y lo que debían realizar los niños durante el juego. Lo único que me faltó llevar a cabo fue una valoración de mi desempeño, por parte de los padres de familia y otra para los niños, pero el temor a saturarlos por la ya abrumada agenda con las actividades de las otras docentes me desanimó.
Con la finalidad de motivar a mis alumnos e innovar mis sesiones a distancia, realicé videos cortos para explicar juegos, presentar alguna activación física o con la intención de informar a los padres de familia sobre la importancia de las evidencias para retroalimentar mi práctica docente. En todo momento les invitaba a compartir alguna foto, video o dibujo de la actividad.
Una constante durante el periodo de enseñanza a distancia fue la poca participación de los padres de familia. En ocasiones eso me desmotivó, pero el evento duraba poco, pues cuando recibía algún video, foto o audio de mis alumnitos y aun cuando eran una exagerada minoría, mi percepción cambiaba y sabía yo, que había valido la pena el esfuerzo. Entonces mi cerebro comenzaba a maquilar otro proyecto para favorecer la creatividad en la acción motriz de mis alumnos. Esta experiencia ha sido enriquecedora pues me ha permitido reinventarme, crear y descubrir habilidades digítales que no sabía que era capaz de hacer.
Las redes sociales nos han facilitado la interacción con amigos, seres queridos y en estos tiempos complicados con compañeros de trabajo y padres de familia. La comunicación es fundamental para el proceso de enseñanza- aprendizaje, sin embargo, y desde mi práctica ha sido torpe y poco eficaz. En algunas de las reuniones virtuales mis compañeros externaron situaciones similares a la mía, pero en la mayoría de los casos los trabajos fueron entregados porque los tutores saben que de no hacerlo perjudican la valoración de sus hijos y más tarde que temprano las evidencias comenzaron a llegar. En mi caso para la última semana, en agradecimiento elaboré un reconocimiento, una medalla y una placa digital para los niños que fueron constantes con las actividades. Hubo quienes mandaron un audio o video agradeciendo mi trabajo. Ese es un detalle que valoro mucho.
Los eventos educativos que han surgido, resultado de una organización apresurada, ponen al descubierto la necesidad de una revaloración de las practicas docentes. Retomar la nueva normalidad en las escuelas implica una atención prudente y oportuna de niños que han vivido algún tipo de violencia familiar a consecuencia del confinamiento ocasionado por el COVID-19. Con base en la estadística del Secretario de Seguridad Nacional Pública (SESNSP), la cual reporta un aumento en las denuncias por violencia contra la mujer, hecho que afecta a más de un miembro en la familia.
Como todos sabemos la educación emocional es importante, incluso en un párrafo y medio en el libro de aprendizajes clave se hace mención de la importancia de las habilidades socioemocionales para el bienestar del alumno y logro de los aprendizajes. No es que antes no se realizara, pero en estos momentos y más que nunca, priorizar el bienestar emocional de los estudiantes requiere de toda nuestra energía, ya que, como la mayoría sabemos, el contexto de muchas familias por la crisis económica es desfavorable.
La Educación Física, ya de por sí, hace uso de recursos que al niño le producen una catarsis. Y es que la gama de actividades de la cuales un docente puede echar mano es inagotable. Solo es cuestión de tener bien claro que el principal reto –considero que la mayoría de los docentes lo tiene presente– para este nuevo ciclo escolar, será atender el aspecto emocional y social de los alumnos, sobre todo en el nivel preescolar donde ellos comienzan a descubrir su personalidad y en donde la atención oportuna de las emociones les facilitará su vida en sociedad.
Mi reto a cumplir, será ayudarlos a través de juegos de acción motriz a reconocer, aceptar y mejorar aspectos de su personalidad. Dotarlos de herramientas necesarias para canalizar sus emociones de una manera positiva, sobre todo en ambientes hostiles y donde su estado depende de factores externos y difíciles de controlar o modificar. Es algo que pude ver con los míos, la manera en que como padres nos dirigimos hacia ellos impacta en su forma de desenvolverse en otros escenarios.
El tiempo que he pasado con mi familia me ha permitido descubrir que puedo ser más paciente, equilibrada, amorosa y comprensiva; puedo notar que soy más organizada y esto me permite desempeñar ambos roles, si no a la perfección, de manera en que hay paz y tranquilidad en mi hogar, así como en los asuntos del trabajo. Todo lo anterior me conflictúa pues por un parte me encantaría continuar con mi labor de madre entregada y al 100% en el hogar; pero a nivel profesional extraño desempeñarme como docente y compartir con otros seres humanos el amor por la vida y lo maravilloso que es jugar y aprender al mismo tiempo, ver lo grande que son ahora mis alumnos y la falta que les hace correr libremente; también a mis compañeras y amigas de trabajo, a quienes extraño mucho por el soporte emocional que representan en mi vida.
¿Algo que agregar Meyka?
Me fue bastante complicado plasmar mis ideas, me hizo recordar mis tiempos en la Escuela Normal y cómo batallé para realizar sus famosos ensayos. Se requiere de práctica y de ciertas habilidades que creo nunca logré desarrollar con éxito. Agradezco la invitación y el espacio que se me dio para compartir algunas de mis vivencias y peripecias en el área profesional y de mi vida personal.
Bien, Meyka, agradezco tu participación, esperemos esta situación se resuelva de la mejor manera posible y más adelante veamos cómo se desarrolla el proceso educativo de nuestro país, del cual tú eres una parte fundamental. ¡Cuídate!