Por: Nuria Ramirez. Subversiones. 22/10/2019
* AMLO continua sin dar solución jurídica a la terminación del plazo legal del decreto expropiatorio de EPN.
* Estrategias de infiltración, cooptación e intimidación por parte de empresas constructoras para imponer autopista Toluca-Naucalpan.
* Se conforma organización de cuatro pueblos Otomí en el Estado de México en defensa de su bosque y territorio.
A partir de abril del 2019, la lucha de los pueblos otomíes del Estado de México se intensificó en su oposición al megaproyecto carretero denominado Autopista Toluca-Naucalpan y al llamado Proyecto Alternativo. En esta nueva etapa de resistencia de los pueblos Hñathö de San Francisco Xochicuautla, Santa Cruz Ayotuxco, San Lorenzo Huitzizilapan y La Concepción Xochicuautla; se conformó una organización llamada: Comunidades Hñathö en Defensa del Bosque Sagrado del Agua.
Otro de los pasos más importantes que han dado es haber logrado sobreponerse a la más reciente campaña que intento aplastar su moral y su espíritu de lucha; logrando desmentir públicamente a las empresas constructoras, que en marzo de este año intentaron difundir la versión de que «jurídicamente no había nada que hacer».
En estos meses el movimiento ha logrado volver a estar a la ofensiva jurídica y socialmente, ya que a partir del 29 de mayo del 2019, venció el decreto expropiatorio en la comunidad de San Lorenzo Huitzizilapan. Desde ese momento las comunidades hñathñö decidieron anunciar un nuevo frente común a través de la campaña #ElBosquedevuelta, la cual incluso logro interpelar al Poder Ejecutivo en su mañanera.
Compartimos esta serie de crónicas, como muestra de respeto a su resistencia y rebeldía, para no sucumbir frete al despojo que se impone a través de una larga estrategia.
Primer foro Informativo en Xochicuahutla. El corazón de la montaña sigue resistiendo.
5 de Mayo 2019. A pesar de los llamados a no asistir y de los rumores que circularon en redes sociales, una veintena de observadores, activistas y medios libres nos reunimos para salir junto@s desde la CDMX al auditorio de San Francisco Xochicuautla. Al entrar en la comunidad pudimos observar la montaña partida a la mitad, como símbolo estoico de las pretensiones empresariales, que en medio del verde de las montañas abrió con dinamita, una franja estridente y forzada. En el auditorio la llegada fue paulatina pero contundente, alrededor de trescientos indígenas otomíes, retomaron la compleja costumbre de reunirse y platicar en colectivo; hacía muchos años que esto no ocurría, –mencionaron varios asistentes– también se comentó que la resistencia se había vuelto tan solo un discurso de redes sociales y ahí aprovecharon las empresas para intentar el golpe final.
La asamblea duro por lo menos cuatro o cinco horas y en ella hubo reclamos, momentos de tensión y de enojo, sin embargo en temimos generales: fue un parteaguas, puesto que se volvió al lugar público de la comunidad, se retomo la costumbre de la asamblea y se consensaron los siguientes pasos. A partir de ese momento, las reuniones, conferencias de prensa y cualquier actividad convocada, se realiza o se parte de esta delegación. Los asistentes insistieron, en que nunca más se volviera a actuar a espaldas del pueblo.
La asamblea culmino con una comida en la que decenas de pobladores llevaron alimentos para compartir entre tod@s l@s asistentes. Y un colectivo de la CDMX compartió una obra de teatro, en la que se retrato a través de las artes escénicas la conquista de nuestro país y su continuidad actual. La obra fue atentamente observada por los pobladores y aplaudida fuertemente al terminar la tarde y la actividad, que dejo una sensación de marcar un nuevo comienzo u otra etapa en la lucha de esta comunidad.
El recorrido por la autopista que partió el bosque y partió la vida.
El día 25 de junio se realizó un recorrido por tres de las comunidades afectadas por el proyecto carretero denominado Autopista Toluca-Naucalpan; se trata de los poblados otomíes San Francisco Xochicuautla, Santa Cruz Ayotuxco y San Lorenzo Huitzizilapan, todos pertenecientes al municipio de Lerma, en el Estado de México. Esta convocatoria fue parte de la campaña El bosque de vuelta, presentada en días pasados en conferencia de prensa y cuya principal demanda es la devolución del territorio expropiado en Huitzizilapan, pues el plazo que el decreto imponía para concluir la obra terminó –en el caso de esta comunidad– el 29 de mayo pasado.
El recorrido fue organizado por integrantes de las tres comunidades mencionadas e inició alrededor de las 9:30 de la mañana, estuvo integrado por una caravana de vehículos de diversos medios de comunicación, así como por colectivos y organizaciones que pudimos documentar los efectos que hasta ahora ha dejado esta obra, realizada, según los testimonios, sin estudio de impacto ambiental, sin la consulta previa que el Estado está obligado a realizar en el caso de territorios con posesión histórica por parte de grupos étnicos, según tratados internacionales tales como el Convenio 169 de la OIT y la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Además, los representantes de las comunidades destacaron que la obra se impuso en una reserva sagrada, conocida como corredor otomí-mexica, e importante zona de abastecimiento de agua para las ciudades de México y Toluca.
En la región se observan fragmentos de puentes, vigas y áreas pavimentadas que aparecen abruptamente entre las montañas, pasan sobre pozos, ríos y manantiales, pedazos de vías que parten a estos pueblos con una ocupación ancestral del territorio, impiden la continuidad de los ciclos rituales que forman parte de la vida colectiva de los grupos étnicos de la región, dañan el vínculo con los sitios sagrados y recursos naturales y obstruyen el paso de la fauna que habita los bosques. En el primer sitio visitado durante la jornada, ubicado en Ayotuxco, el contraste entre dos modos de vida es evidente, detrás tenemos la abundancia e inmensidad del bosque y la espesura fresca de la neblina, de frente se observa la pesada nube gris de contaminación sobre altos y amontonados edificios de Santa Fe.
Tanto el abogado que asesora jurídicamente a las comunidades como los representantes de estas dieron a conocer que a pesar de que los tres poblados cuentan con amparos otorgados a su favor para la suspensión de obras, concedidos por las violaciones a sus derechos humanos, la empresa Teya sigue trabajando, lo cual pudimos constatar en casi todos los puntos por los que transitamos. Otras de las denuncias que hicieron durante el recorrido son las relativas a la contaminación de cuerpos de agua, el peligro de desgajamiento de los cerros, el uso de explosivos para devastar los mismos, la afectación al ecosistema boscoso de la región, el bloqueo impuesto por la empresa Teya a las zonas comunales de siembra en la comunidad de Ayotuxco y la escasez de agua.
También se explicó que en el caso de Xochicuautla y Ayotuxco el año próximo concluirán los decretos expropiatorios, cuya supuesta utilidad pública ha sido fuertemente cuestionada, pues tiene detrás la pretensión del desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios que ofrecen a sus posibles compradores varias hectáreas de bosque «privado», mismo que pretenden arrebatar a estos pueblos originarios. La clara demanda de la lucha emprendida por los pueblos es la cancelación total del proyecto carretero y la reparación de los daños ocasionados al territorio y las comunidades, que a lo largo de estos años de oposición a la imposición del proyecto han vivido persecución, amenazas, engaños, siembra de confusión y divisionismo.
La estrategia de ocupación avanza, la impunidad, las amenazas, el cerco mediático y la solidaridad condicionada, son algunos síntomas.
La imposición de la Autopista Toluca- Naucalpan tiene las características de una estrategia de ocupación de largo plazo, y para entenderlas, es indispensable primero considerar que paralelamente a este proyecto carretero, vienen concibiéndose también, una serie de proyectos inmobiliarios de zonas residenciales de alta exclusividad, avanzados desarrollos turísticos, empresariales y de supuesto aprovechamiento sustentable. Por lo tanto el corredor del bosque Otomí-Mexica se ha convertido en un laboratorio de control social, para destruir cualquier intento organizativo, puesto que lo que se encuentra en riesgo son números proyectos empresariales de ganancias multibillonarias.
Solo bajo este enfoque se pueden entender las estrategias de cooptación, infiltración e intimidación que por décadas el Estado mexicano continua implementando en contra de las comunidades Hñathö. Y que han sido denunciadas públicamente en diversas conferencias de prensa.
La primera de la que tenemos registro es en Mayo del 2019, donde reiteraron su rotundo No a la autopista y al llamado Proyecto alternativo, otras conferencias realizadas en Junio 2019, una en la delegación de San Francisco Xochicuautla, y la otra en CENCOS donde se dio a conocer la campaña #ElBosqueDeVuelta, al termino legal del decreto expropiatorio emitido por EPN y la exigencia por parte de la comunidad de San Lorenzo Huitzizilapan, para la devolución de sus tierras. Recientemente, el pasado 3 de Septiembre de 2019 en conferencia de prensa las Comunidades Hñathö en Defensa del Bosque Sagrado del Agua, denunciaron la escalada de agresiones, el incremento de irregularidades y múltiples afectaciones.
En esta etapa de estrategia de ocupación de largo plazo contra los indígenas Hñathö, podemos enumerar algunas de sus más visibles características.
1.- La cooptación de autoridades y líderes comunitarios. Desde hace doce años que inicio esta oposición al proyecto carretero, las empresas optaron por ofrecer dinero y puestos de trabajo en el municipio a quienes antepusieran sus intereses personales a la defensa de su territorio. Así fueron sobornados desde comisariados hasta pobladores que, en su momento, integraron amparos jurídicos contra el megaproyecto carretero.
2.- La división y el aislamiento del movimiento. A través del denominado Proyecto Alternativo las empresas intentaron mostrar un lado flexible y amigable al medio ambiente y a los usos y costumbres indígenas. Esta campaña logro incidir en diversos grupos solidarios con la resistencia de los pueblos otomíes, y genero una división entre quienes creen que es posible construir una «autopista ecológica» y quienes mantienen un rotundo NO al megaproyecto.
3.- Las amenazas, la impunidad y la corrupción. A través de este medio denunciamos y documentamos la llegada de grupos de golpeadores que desde marzo de este año acampan en las inmediaciones de San Francisco Xochicuautla. Estos grupos de choque no han cesado en sus actividades delictivas de amenazar y amedrentar a los pobladores que se oponen al proyecto carretero, incluso hacen rondines en las calles de la comunidad, con autos sin placas. Las empresas Autopistas de Vanguardia S.A. de C.V. (Autovan), Constructora Teya, S.A. de C.V. (Teya), –ambas filiales de Grupo Higa– y la constructora Grupo Carso, han violado constantemente las restricciones judiciales que les prohíben explícitamente continuar con las obras. Sin embargo a pesar de las denuncias públicas y jurídicas de esta serie de hechos documentados, las empresas constructoras, no han recibido ninguna sanción y por el contrario a partir de Julio del 2019 nuevamente son acompañadas por Policías Estatales.
Actualmente las Comunidades Hñathö en Defensa del Bosque Sagrado del Agua, continúan la lucha jurídica interponiendo más amparos contra la imposición de la Autopista Toluca-Naucalpan. Las empresas constructoras han incrementado la violencia, las amenazas y la violación a las suspensiones de la obra. AMLO no ha vuelto a tocar el tema pese a la impunidad y corrupción ampliamente documentadas.
LEER EL ARTÍCULO ORIGINAL PULSANDO AQUÍ.
Fotografía: Subversiones