Por: Oswualdo Antonio González. 17/05/2020
Murió Don Cirenio.
A veces cuesta comprender como una vida gastada en la lucha, termina envuelta en la soledad.
Su cuerpo se quebró, ya no podía caminar, pero su voz era firme para analizar lo que ocurría, estoy seguro que si sus pies fueran su corazón seguiría luchando hasta morir.
El fue maestro, en el sentido más simple de la palabra, nos ayudó a desmontar el mundo y blindar el corazón con esperanzas. Trabajo la tierra, camino mucho dialogando, formando. Hoy se fue.
Sabio, humano, caminamos una parte de este mundo, cobijados en las Comunidades Eclesiales de Base. Somos lo que somos por ese aprender en el andar.
Seguiremos viviendo esta vida con la convicción que tu sembraste.
Cierto, no hay monumentos, ni grandes discursos ante tu cuerpo. Pero ve con la certeza de que la siembra fue en terreno fértil.
Hasta la otra vida hermano Cirenio. Que esta música que hicimos tan nuestra acompañe tu nuevo andar.