Por: Gilberto Dorantes Álvarez. 21/06/2017
Las campañas electorales de acuerdo a la legislación mexicana, tienen sus tiempos, quien o quienes infrinjan esta ley se hacen acreedores de multas económicas. Pero todas las leyes existentes en el país, tienen sus vacíos, los cuales son utilizados para estar continuamente promoviendo nombres e imágenes de quienes se perfilan para encabezar algún partido político.
Así de esta manera, tenemos a varios políticos que jamás han dejado de hacer campaña proselitista y sus nombres ya están en las mentes del electorado, como Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, Rafael Moreno Valle, Margarita Zavala, Ivonne Ortega, Miguel Ángel Osorio Chong, José Narro y el que ya empieza a olvidarse por sus errores garrafales en público, Aurelio Nuño Mayer, que al parecer ya lo bajaron del camión hacia los pinos, pero puede subirse Manlio Fabio Beltrones al igual que Erubiel Ávila.
Las formas de mantenerse vigentes en la mente de la población han sido diversas, “el peje” por sus constantes ataques al sistema al cual, aunque lo niegue, forma parte de él. Su peculiar manera de conducirse le ha dado buenos resultados, pues desde que funda su partido a la fecha, es quien actualmente tiene más intención de votos a su favor y no tiene contrincante posible en su partido, convirtiéndose virtualmente en el personaje a vencer en la próxima contienda electoral hacia la Presidencia de la República Mexicana.
Y tal parece que estos políticos ya tuvieran el permiso que otorga el INE, para iniciar las campañas formalmente, pues lo mismo se ven sus disparates en los periódicos que se escuchan en la radio y, por si fuera poco, toda esa basura la trasmiten en televisión. Sí, basura, así como lo leyó, porque en realidad sus discursos no tienen sustentabilidad alguna, porque mientras uno se pone a decir disparates, (que por desgracia es algo que a muchísima gente le gusta) los otros presidenciables lo quieren bajar a pedradas del potro donde se encuentra y ya es una lucha encarnizada en la ruta hacia el poder. Quieren a como dé lugar, no bajarlo de popularidad, sino que, siguiendo el mismo tren, buscan la manera de montarse en él para empezar a ganar esa popularidad que tanta falta les hace, pero por desgracia no todos son simpáticos, como el oriundo de Macuspana que solo basta mofarse de algún político contrario, para que sus seguidores le aplaudan y se vayan sumando más.
De verdad es ridícula la clase política mexicana, que al no contar con propuestas fehacientes que nos lleven a corregir el rumbo del país, tengan que caer en la denostación del contrincante, sinceramente ya no saben que calificativos peyorativos enquistarle a quien los empieza a aventajar. Es triste ver como empiezan a derrochar dinero para enlodar, al contrario, ahorita la lucha que se ve es de todos contra uno, sin darse cuenta que este ataque mediático simultáneo en lugar de doblegarlo, lo está fortaleciendo. Las sumas por denostar en televisión son millonarias, pues unos spots de 20 segundos van de los cien mil a más de un millón de pesos (según el horario y el canal), dineros que no está saliendo de los bolsillos de quien vemos despotricar en televisión, ese dinero es nuestro, dinero que pagamos vía impuestos y que están usando indiscriminadamente para hacerse de popularidad, en lugar de usarlo para combatir la pobreza extrema en la cual nos han sumergido los actuales y anteriores mandatarios, esos dineros deberían ser utilizados para crear fuentes de trabajo, y no para regalarlos en las próximas campañas electorales como siempre lo han hecho muchos candidatos, comprando el voto y la conciencia del ciudadano. ¡Reflexionemos mientras llega el próximo café!
Fotografía: bitacoraveracruz