Por: Gato encerrado. 03/06/2025
En su discurso anual ante la Asamblea Legislativa, Nayib Bukele recurrió al mismo guion que ha repetido desde que llegó al poder y que mantiene ahora que cumple un año de mandato inconstitucional: quejarse de la oposición, atacar a los periodistas y acusar a enemigos imaginarios del extranjero de querer desestabilizar al país. Dijo que le estorban los tratados de derechos humanos en su estrategia de seguridad pública, que lo tiene sin cuidado que los grandes medios de comunicación del mundo lo llamen dictador y que no tiene nada contra las monarquías que aún existen, pero que las considera hipócritas por calificar a El Salvador como un país con baja puntuación en el índice de democracia. En su discurso de 64 minutos no rindió un informe de su gestión, no hizo anuncios a la nación y aunque considera que sus críticos son irrelevantes utilizó todo eso tiempo en cadena nacional de radio y televisión para justificar sus decisiones y desprestigiar a las voces críticas. Esta es la transcripción del discurso del 1 de junio de 2025.
Transcripción del discurso de primer año del mandato inconstitucional
La transformación de El Salvador ha sido una de las más rápidas de la historia moderna. Pero para nosotros apenas ha sido suficientemente rápida. El Salvador de hoy no se parece en nada al que recibimos tras décadas de terror y explotación. El país que heredamos ni siquiera era verdaderamente nuestro. Independiente solo de nombre.
Sus calles estaban controladas por pandillas y su gobierno en manos de los verdaderos gobernantes que siempre estaban a la sombra. Hace 6 años el mundo ya había perdido la esperanza en El Salvador. Nos decían que el crimen era parte necesaria. Así decían, que el crimen era parte necesaria de nuestra sociedad y que derrotarlo era imposible.
Nos daban estudios grandes, proyectos de cómo salvarnos, pero en el fondo nunca creyeron que fuera posible y por eso sus soluciones nunca estuvieron diseñadas para funcionar. El Salvador estaba controlado por personas sin ninguna intención de ayudarnos.
Hace 6 años empezamos nada más a recuperar nuestro país. Hoy El Salvador ya no le pertenece ni los actores extranjeros ni a sus títeres locales. Hoy El Salvador pertenece al pueblo salvadoreño.
Ahora el mundo habla de El Salvador y del milagro que por la gracia de Dios hemos logrado. Y nuestro ejemplo ya inspira a muchas naciones del mundo. Nos tomó tiempo, nos costó sacrificios, requirió paciencia y confianza. Ya logramos lo imposible, pero nuestro trabajo apenas comienza.
Tuvimos que luchar además por lo que otros países en otras latitudes dan por sentado, que es la libertad de construir un futuro en sus propios términos. Lo que estamos a punto de construir en El Salvador solo es posible gracias a lo que hemos logrado en estos años y lo que lograremos de ahora en adelante. Solo será posible con la misma fe y con la misma perseverancia que nos trajo hasta acá.
Hemos vencido a la pesadilla que nos aterrorizaba. Ahora vamos a construir el país que soñamos. Nos tomó tiempo, nos costó sacrificios, requirió paciencia y confianza. Nuestra nación es joven. Aún así, si tomamos esos 200 años de nuestra joven historia, la transformación que hemos alcanzado ha sido una fracción insignificante de esa historia.
200 años versus 6. Y de esos 6 años, si tomamos en cuenta que tuvimos una asamblea totalmente en contra de todo y que el poder real de nuestro país y las cortes y los jueces y los magistrados nos bloqueaban de la manera más perversa posible. Realmente han sido 4 años. 4 años con el poder de cambiar las cosas. Uno de esos cambiando la estructura de nuestro país y los otros tres venciendo a las pandillas y al crimen.
Venimos de un país prácticamente saqueado, destruido a conciencia y con una única política pública real: el miedo. Miedo de salir de la casa, miedo de tomar el bus, miedo constante por nuestros seres queridos, pero también miedo al sistema de salud, miedo al sistema educativo, miedo al sistema económico exclusivo y voraz, miedo al sistema político y miedo en lo social. Los gobiernos eran meros administradores de ese miedo. Lo aplicaban a conciencia, lo rentabilizaban a conciencia.
Recordarán cuando llegó la izquierda, rentabilizando el miedo, el miedo social, el miedo económico. Algunos dicen que antes había democracia y hoy ya no. Han leído eso por ahí, ¿verdad? Que antes había democracia en El Salvador y que ahora ya no. Pero lo cierto es que antes solo se podía elegir entre la opción mala o la peor.
La democracia, que algunos dicen que extrañan tanto, era la democracia del miedo. Los ricos tenían menos miedo que los pobres, pero nadie se escapaba. Todos tenían miedo. Y si alguien no lo vivió en nuestro país, puede venir acá y preguntarle a quien quiera. El que diga lo contrario, el que diga que no es así, es porque ese modelo era su fuente de ingresos y su estilo de vida. En otras palabras, los que vivían del crimen. Nadie más puede anhelar esos tiempos. Nadie más. Es imposible que un ser humano que sepa lo que pasó acá anhele eso. Los únicos son los que no conocen, los que no viven acá y no saben qué es lo que sucedió acá o los que vivían de eso.
Su institucionalidad, porque oían eso bastante, ¿no? La institucionalidad era dejar que violaran a nuestras mujeres, que masacraran a nuestros hijos, que extorsionaran a nuestros emprendedores. Esa era la institucionalidad. Su transparencia era dejar que mataran a miles, decenas de miles de salvadoreños y otras decenas de miles de víctimas que disfrazaban como desaparecidos.
Algunos dicen que las pandillas dejaron 120,000 muertos en El Salvador. Pero si revisamos las cifras de desaparecidos en aquellos entonces versus las cifras de desaparecidos ahora, nos daremos cuenta que la diferencia es tan abismal que realmente un 90 % de esos desaparecidos eran homicidios disfrazados. Y que la cifra real de homicidios es de arriba de 200,000 salvadoreños asesinados por las pandillas. 200,000 salvadoreños que deberían estar acá con nosotros, pero que sus vidas fueron truncadas por la falsa paz que nos vendieron.
Porque todo se va uniendo, la transparencia, la institucionalidad, la paz, la democracia. La democracia era tener hospitales de lámina podrida, sin mantenimiento, pero preservaban la memoria histórica. O diseñar, no tener, diseñar escuelas con paredes de lámina, piso de tierra y techo de ramas y llamarle a eso inversión en educación.
Justo hace unos días estaba viendo el índice de democracia de The Economist. No sé si vieron como The Economist, un medio internacional, ha pasado todo el día cada 3 horas publicando artículos sobre El Salvador, bien preocupados por El Salvador. Pues ellos publicaron el índice de democracia del mundo, ¿verdad? Y pusieron a todos los países del mundo con calificaciones del cero al 10. 10 es el país más democrático y cero el menos democrático. A mí me pareció curioso que fueran monarquías hereditarias las más democráticas, según ese índice de The Economist. Yo no tengo ningún problema con las monarquías, ninguno, al contrario, respetamos la decisión soberana de cada pueblo que decide tener una monarquía. Aquí en el cuerpo diplomático tenemos esta noche representantes de países amigos que tienen monarquías. Nosotros somos respetuosos de la autodeterminación de los pueblos. Es más, hace un año tuvimos como invitado de honor al rey de España, quien es un caballero en todo el sentido de la palabra. Para los que lo conocen no me dejarán mentir. En nuestra toma de posesión no tenemos ni un solo problema con ellos, al contrario, los respetamos y reconocemos su derecho a la autodeterminación de tener una monarquía. Pero me pareció curioso que países como el nuestro aparecen con nota baja cuando nosotros elegimos a nuestro jefe de estado en elecciones libres. El parlamento se elige en elecciones libres. Y aún así nuestra calificación es baja. Y los países que eligen a sus jefes de estado por herencia tienen más puntaje que los países que elegimos a nuestros jefes de estado por elecciones libres.
¿Cómo es posible eso? Una cosa es que tengan mayor bienestar, otra cosa es que tengan mejor calidad de vida. Si fuera un índice de calidad de vida, un índice de bienestar, un índice de desarrollo, está bien que estén muy por encima de nosotros, pero de democracia, quizás porque ellos hacen los baremos y por tanto ellos establecen los parámetros.
Quizás si nosotros hiciéramos el baremo nos calificaríamos mejor a nosotros y más bajo a ellos. Al final es quien hace el índice y a conveniencia de quién se hace. Alguien pudiera decir: “No, presidente, lo que pasa es que son monarquías parlamentarias, lo cual es diferente, ¿no? A una monarquía absoluta, totalmente distinto, y por eso tienen puntajes más altos”. Bueno, yo les haría la pregunta: “¿Será que esos países avalarían que un país latinoamericano instaurara una monarquía parlamentaria, ¿nos darían su apoyo o nos condenarían? Ahí se dan cuenta que democracia, institucionalidad, transparencia, derechos humanos, estado derecho, suenan bien, son grandes ideales en realidad. Pero son términos que en la realidad solo se usan para mantenernos sometidos. Usted no cumplió el índice de transparencia. Usted no cumplió el índice de democracia. Usted no cumplió el índice de derechos humanos, así estemos cumpliéndolo más que ellos.
A los que manejan estas grandes agendas globalistas no les interesa ni la democracia ni nada de los otros términos. Ellos ni siquiera son democráticos. No les interesa el estado de derecho. No les interesan los derechos humanos ni la transparencia. Pero sí les interesa instrumentalizar esos términos, les interesa que nuestros países vivan de acuerdo a sus reglas, reglas que además ellos no siguen.
Un país monárquico con alto índice de democracia. Les podría querer creer, como les dije, mejor calidad de vida, más desarrollo, más bienestar, etcétera, pero no más democracia. Lo que pasa es que las definiciones se adaptan dependiendo de quién se está hablando. Ellos ven un país como el nuestro que está funcionando, que sigue sus propios métodos, con sus propios recursos y dicen: “No, eso no es democracia.” Los vamos a llevar a la verdadera democracia, la que hacemos desde nuestras oficinas. Eso hicieron en países como Irak o Libia. Busquen cómo terminaron esos países y ahí se darán cuenta de lo que significa la democracia cuando se refieren a los países que deben estar sometidos. Significa destrucción, pobreza, subdesarrollo, sometimiento. Nosotros debemos acabar con todos estos sinsentidos.
Voy a poner un ejemplo de un caso reciente que pasó aquí en El Salvador. Cuando comenzó el régimen de excepción, ustedes se recuerdan que decían que habíamos puesto cuotas a la Policía de arrestos. Eso dicen todos estos medios, la oposición, las ONGs, las organizaciones de derechos humanos nos acusan de que les exigimos a los agentes de la Policía cuotas de arresto. Pues en esas cuotas de arresto que dicen ellos, arrestamos a un pandillero. El pandillero era menor de edad, no estaba tatuado, no tenía ningún tatuaje, no tenía antecedentes penales, era menor de edad y sabíamos que era pandillero por las investigaciones de la policía, nada más. El niño símbolo de la oposición, menor de edad, joven, no tiene tatuajes, no tiene antecedentes.
Bueno. Nuestro sistema judicial, aún en reforma, decidió darle 2 años de detención en una correccional de menores. Como fue capturado al inicio del régimen de excepción en 2022, salió libre el en el 2024. Pues hace cuatro días, el 28 de mayo de este año, un año después de haber salido libre, asesinó a un cabo de la policía en Tacuba. Mató a un hombre de 62 años. Nosotros ya lo habíamos capturado. Lo teníamos en custodia. Era nuestro deber evitar ese asesinato, manteniéndolo en custodia. Pero por cumplir los tratados internacionales y las reglas que nos imponen de derechos humanos, ese homicidio es culpa del Estado. Porque nosotros debimos haber garantizado que ese pandillero se pudriera en la cárcel. Lo dejamos salir por cumplir tratados y hoy una familia está de luto y un salvadoreño más está asesinado.
Súmenlo a los 200,000 salvadoreños que mataron las pandillas. Por supuesto, el pandillero ya lo volvimos agarrar y ya no va a volver a salir nunca más. Pero tuvimos en nuestras manos la oportunidad de que no asesinara de nuevo y no lo hicimos. Por eso es que lo que ellos, los supuestos defensores de la democracia y el estado de derecho, lo que realmente quieren es que seamos incapaces de castigar a los asesinos en nombre de un supuesto ideal de derechos humanos que no es más que los derechos de los delincuentes, porque si fuera derechos humanos estuvieran viendo por los derechos humanos del cabo en Tacuba, el señor de 62 años que fue asesinado y de su familia que está de luto. Nadie ve por los derechos humanos de ellos. El sistema internacional nos obligó a velar por los derechos humanos del criminal que salió a matar.
En la vida real, perdonar al criminal es condenar a las víctimas. Sigan gritando libérenlo ya. Ya los escuchamos y ya sabemos el resultado de eso. Que regrese la muerte, que regrese el caos, que regrese el miedo y no vamos a permitir nada de eso. Así que no lo vamos a liberar ya ni nunca.
Tristemente somos testigos de como países hermanos nuestros todavía creen en estos organismos internacionales, todavía creen en estos tratados que supuestamente son para ayudarnos a nuestros derechos humanos. Y algunos políticos de la región lamentablemente, y cuando digo región me refiero a Latinoamérica, no a Centroamérica, me refiero a toda Latinoamérica, se prestan a este juego.
He visto como medios internacionales citan presidentes de otros países o los entrevistan o ponen videos de presidentes de otros países hablando democracia. ¿Por qué mejor no van y le preguntan a su gente si ese presidente ha hecho algo por ellos? ¿Cómo pueden llamar líder democrático a alguien que no lo quiere su propio pueblo? ¿De qué sirve una democracia, entre comillas, cuando es más bien un estado fallido que no puede cumplir ni siquiera con su labor principal, que es la labor principal del Estado: darle seguridad a sus ciudadanos. Hay muchas labores, pero la principal es darle seguridad a sus ciudadanos. No pueden cumplir ni eso. Y a eso le llaman estado de derecho.
Democracia significa el poder del pueblo. Si de verdad les importara tanto nuestro pueblo, ¿por qué intentan socavarlo en cada oportunidad? Algunos países que pasaron años criticando a El Salvador, hoy arrestan a sus propios ciudadanos por publicaciones en redes sociales, han visto esto, ¿no? Países democráticos, países campeones de los derechos humanos arrestan a sus ciudadanos por publicaciones en redes sociales. Prohíben a su oposición política calificándolos de extremistas. Entonces, nosotros prohibamos a la nuestra porque son extremistas también. Pero no, nosotros le permitimos a nuestra oposición hacer campaña, conseguir votos, así sean de sangre y que se cuenten. Ellos no. Prohíben a sus oposiciones. Anulan elecciones incluso. Y luego vienen y nos quieren dar a nosotros elecciones de democracia.
Cuando ven los resultados de nuestras elecciones libres, cuando ven las encuestas, cuando ven nuestros niveles de aprobación, dicen: “Ah, es que los salvadoreños están manipulados”. A los que nos están escuchando en otros países, que yo sé que son un número considerable, imagínense si alguien de otro país que ni siquiera conoce su país, les dijera que su opinión en su propio país no vale, porque ustedes están manipulados. Y que ellos, que no viven en su país, son los que saben qué es lo mejor para ustedes. No lo aceptarían, ¿verdad? Nosotros tampoco. Algunos críticos internacionales, ya han escuchado esto también, me imagino, dicen que le quitamos a los salvadoreños la democracia para darles seguridad. Por lo menos aceptan que hemos dado seguridad, pero dicen que lo hemos hecho a costo de la democracia. Algunos incluso dicen: “Yo en mi país no tengo seguridad, pero al menos tengo democracia”. Déjenme decirle que no lo engañen, usted no tiene ni seguridad ni democracia. Usted lo que tiene es un estado fallido, la falsa sensación de que pueden elegir algo.
¿Qué es lo que quieren? Que eliminemos el régimen de excepción para que la comunidad internacional diga: “Qué bien, miren que Bukele ya quitó el régimen”. Pero que los salvadoreños vuelvan a ser asesinados. Quieren que tomemos decisiones para que afuera no me cataloguen como dictador, aunque eso signifique que nuestro país vuelva a ser invivible. Había una masacre, literalmente una masacre cada día. 10, 15, 20 salvadoreños diarios muertos cada día, asesinados. Y otro tanto similar de desaparecidos, cuyo 90 % eran asesinatos escondidos. ¿Cuándo dijeron algo?
Y como dije hace un rato, lamentablemente hoy estamos viendo esa realidad en otros países y duele porque nosotros ya sabemos lo que es. Ya vivimos ese escenario repetirse por todo el continente y venimos de ahí. Sabemos para dónde van y conocemos qué es lo que está mal. Gobiernos cómplices que prefieren quedar bien con la élite globalista antes que evitar que el ciudadano muera.
A eso se le suman todas esas organizaciones nacionales e internacionales que dicen que ayudan a la gente, cuando en realidad solo saben lucrarse de ellos. Por eso hace unos días esta Asamblea Legislativa aprobó la Ley de Agentes Extranjeros. Es una ley para proteger la cooperación internacional para asegurarnos que esos fondos que vienen del extranjero y que dicen ser para proyectos sociales sean realmente para eso, para ayudar a la gente.
La mayoría de países desarrollados prohíbe la injerencia extranjera. Nosotros permitimos la injerencia extranjera. Solo les pedimos que paguen impuestos igual que todos. Sinceramente, yo como persona creo que es un error que permitamos la injerencia extranjera. Creo que no deberíamos hacerlo. Es más, creo que la injerencia extranjera debería estar prohibida en todos los países del mundo. Pero aún así la vamos a permitir. Vamos a permitir la injerencia extranjera. Lo único que vamos a exigirles es que paguen lo que pagan todos. Porque en El Salvador todos pagamos impuestos.
Todos pagamos IVA, los trabajadores pagan impuestos al gastar e incluso al recibir con el impuesto de la renta. Si usted decide abrir una fábrica de zapatos paga impuestos al importar maquinaria, paga impuestos por el local que ocupa, paga impuestos por los empleados que tiene, paga impuestos cuando factura. Pero cuando una organización decide venir y ayudar a nuestra gente, pero ayudarle de verdad, el Estado le otorga el privilegio de no pagar impuestos. Que vienen a ayudar. Usted viene a ayudar a los ancianos en un asilo, no paga impuestos. Le vamos a dar el privilegio de no pagar impuestos porque usted está ayudando a los ancianos de un asilo. Viene a darle medicamentos y hacer jornadas médicas a los salvadoreños. No pague impuestos. Usted lo está haciendo para ayudar. Ayude y nosotros le daremos el beneficio de que no pague impuestos para que pueda ayudar todavía más.
Toda la cooperación que venga a proyectos sociales de países amigos o de organizaciones estará libre de impuestos. Pero hay organizaciones extranjeras que dicen venir a ayudar y realmente vienen a hacer política. A mover millones para campañas políticas, a operar en la oscuridad, sin reglas, sin límites, sin pagar nada. A ellos nadie los eligió en elecciones democráticas, ya que hablamos de democracia. Ni siquiera en elecciones de segundo grado, pero sí se sienten en el derecho de influir en las decisiones del país con dinero, con total impunidad.
Las supuestas organizaciones de derechos humanos que defienden a asesinos que alguna vez masacraron a nuestra gente. Los medios tradicionales despliegan a activistas disfrazados de periodistas para difundir mentiras y a eso le llaman libertad de prensa. Congresistas extranjeros vienen a tocar las puertas de las cárceles a exigir que liberemos delincuentes. ¿Con qué derecho se sienten?
Siempre son los autoproclamados defensores de la democracia los que no creen en nuestra democracia, no creen en el poder de nuestro pueblo. ¿Cómo pueden decir defender la democracia si ni siquiera saben la definición de democracia? ¿Cómo pueden imponernos reglas que ellos mismos no respetan y ofrecernos sistemas que hace mucho tiempo dejaron de funcionar para ellos? ¿Cuál es la situación de sus propios países? ¿Por qué no se enfocan en proteger a su gente en lugar de atacar a la nuestra? La respuesta es simple y se supone que no se debe decir en voz alta.
Aunque ya sea evidente para la mayoría de personas en el mundo. Las fuerzas externas que ejercen su poder encubiertos sobre países como El Salvador, no están interesadas en el bienestar de nuestros pueblos. Su objetivo es generar inestabilidad, porque la inestabilidad mantiene a nuestras naciones dependientes de ellos. Los países del tercer mundo están destinados a seguir siendo del tercer mundo, no están destinados a mejorar.
Y cuando un país como el nuestro decide mejorar, entonces está violando las reglas del sistema internacional. En El Salvador, además, ya vivimos esa falsa democracia durante décadas. Ya hicimos lo que ustedes decían que había que hacer. Ya seguimos sus consejos y nos dejó más pobres, más enfermos, más subdesarrollados y más inseguros y más saqueados. A eso no vamos a volver.
El Salvador ha dado un ejemplo a otros países como el nuestro que ninguna nación por grave que sea su situación, nosotros no éramos un país peligroso, nosotros éramos el país más peligroso del mundo, no hay ninguna situación por grave que sea que obliga a una nación a resignarse al sufrimiento eterno. Ese ejemplo debería ser motivo de celebración, pero no. A esos que quieren mantener a nuestras naciones pequeñas dominadas, les aterra un efecto dominó global. Y lo dicen en sus medios.
La democracia que predican es hacer todo lo posible para imponer el mensaje de que no se puede salir adelante. Mientras hablamos ahorita y hoy todo el día y ayer, hay un ataque coordinado en marcha. Medios tradicionales, internacionales y locales o en organizaciones de derechos humanos, instituciones internacionales, todos, porque están al unísono, golpeando con los mismos temas. Pero los años de engaño ya les pasaron factura a ellos y la gente ya no les cree nada. Ellos tienen palabras elegantes, rimbombantes, como diríamos los salvadoreños, pero nosotros tenemos las pruebas.
Cuando dejamos de tomar esa medicina envenenada de los poderes extranjeros y comenzamos nuestra propia terapia, empezamos a sanar. La Ley de Agentes Extranjeros garantiza que quienes quieran venir a ayudar de verdad a nuestra gente mantengan el gran privilegio de no pagar impuestos como sí pagamos todos los demás. También garantiza que quienes vengan a velar por intereses políticos, al menos paguen sus obligaciones tributarias como todos los demás. Y ojo, insisto, no estamos prohibiéndoles que lo hagan, no estamos prohibiéndoles que se metan en política, no estamos prohibiéndoles que traigan sus agendas, no estamos prohibiéndoles que tengan injerencia en nuestro país, simplemente estamos pidiendo que se anoten y que paguen impuestos como cualquier empresa de cualquier cosa.
Y además de pagar impuestos les decimos tengan decencia y dejen de mentirle descaradamente al pueblo salvadoreño. Solo miren algunas de las mentiras que están diciendo con el apoyo y patrocinio de organizaciones extranjeras y amplificadas por supuestos periodistas y medios independientes. Y luego Open Society.
Pese a los resultados extraordinarios han mentido todo lo que han querido sobre nuestras medidas de seguridad, nos han llamado de todo. A mí en lo personal me han dicho dictador en todos los medios que han querido y podido. Desde los panfletos salvadoreños hasta los panfletos internacionales, los más prestigiosos. ¿Saben qué? Me tienen sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero, prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles. Prefiero estos momentos cuando agarro el celular y veo dictador, dictador, dictador, dictador en las noticias y no ver asesinato, asesinato, asesinato, asesinato, asesinato. Prefiero que me llamen dictador, pero que los salvadoreños podamos vivir al fin en paz. Que se queden ellos discutiendo su semántica y nosotros vamos a seguir enfocados en buscar resultados.
Y contrario a las mentiras que ellos difunden día y noche, tenemos más resultados que cualquier otro gobierno en toda nuestra historia. Hace exactamente un año, yo dije que este quinquenio iba a ser para trabajar en la economía. Este año pasado y las cosas no están como quisiéramos, aún, por supuesto, solo va un año. Pero no digan que no se ha hecho nada. Hemos abierto opciones de alimentos sin intermediarios, lo que reduce significativamente el precio. Los agromercados que, por supuesto, la oposición criticó desde el inicio, no es una solución perfecta, pero es una solución donde se pueden comprar 20 tomates por $1. Claro, los que queramos podemos seguir yendo al supermercado, aunque sea más caro. También podemos importar lo que comemos, podemos comer en restaurantes, nada de eso está prohibido, al contrario, lo promovemos porque es bueno para nuestra economía. Es Bueno, porque estos lugares generan empleos, pagan impuestos. Si tienen el dinero y el presupuesto para hacerlo, háganlo. Pero nosotros como gobierno también nos corresponde dar una opción accesible para las mayorías y eso estamos haciendo.
Tampoco hemos aumentado impuestos a excepción de los agentes extranjeros. Y aún así logramos tener este año, el 2025, el primer presupuesto completamente financiado que no incluye un solo centavo de deuda para gasto corriente. Es decir, incluye la totalidad de gastos sin necesidad de financiamiento adicional. Y así como estamos haciendo eficiente los recursos, estamos trabajando también de la mano con organismos internacionales, con países, con bancos extranjeros con los que hemos establecido una relación de respeto mutuo. Que nosotros no queremos ser un país aislado. Nosotros queremos trabajar con nuestros amigos en el exterior.
Yo se los dije hace años que ya estamos listos, las puertas están abiertas de par en par. Queremos ser amigos, queremos ser socios, queremos ser aliados. Lo que no queremos ser sus lacayos. Por ejemplo, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo nos ha apoyado en muchísimos proyectos. Recientemente incluso con la construcción de escuelas que estamos haciendo dos diarias. El CAF está tan comprometido con apoyarnos que ya se están inaugurando sus instalaciones aquí en El Salvador. Tenemos relaciones comerciales con la mayoría de países del mundo.
Es más, primero, no sé si escuchaban a la oposición decir que nos habíamos vendido a China, se vendieron a los chinos porque habían unas tiendas de venta de productos chinos en el centro. Se vendieron a los chinos. Y luego cuando fuimos a la Casa Blanca a reunirnos con el presidente Trump, se vendieron a los gringos. ¿Cómo es eso? Nos vendimos a China y Estados Unidos al mismo tiempo. Y ninguno de los dos protestó. Una de dos, ¿o somos los mejores diplomáticos del mundo o es mentira? No nos hemos vendido a nadie.
Y más reciente como una prueba de que tenemos dignidad, pero no estamos cerrados a la cooperación internacional y estamos abiertos con la puerta de par en par para cualquiera que nos quiera acompañar en este camino, firmamos un acuerdo sin precedentes con quien no ha sido nuestro amigo necesariamente, pero firmamos un acuerdo que es de mutuo beneficio con el Fondo Monetario Internacional. Y ellos mismos evaluaron hace poco, hace una semana creo. Y dijeron que superamos con creces todo lo que esperaban de nosotros.
Mientras tanto, la oposición dice que no, que no es cierto. Está mal la situación, que está mal que haya turistas, porque los turistas vienen y hacen gentrificación, cuando en realidad no tiene por qué ser así. Al contrario, mientras más turismo, la tiendita vende más, el restaurante familiar crece, los jóvenes de la zona se pueden quedar porque ahora ya hay oportunidades y no tienen que emigrar a los Estados Unidos para buscar esas oportunidades en el país donde sí hay turismo.
No les gusta que hagamos acuerdos con organizaciones internacionales, no les gusta que hagamos empréstitos para obras porque no préstamos para gastos, no les gusta que hagamos acuerdos con entes financieros, no les gusta que tengamos turismo. Entonces, ¿qué quieren? Que no hagamos nada como ellos, que nos sentemos simplemente a esperar que caiga el dinero de algún lado. Gracias a Dios ya no gobiernan ellos.
Lo mismo ocurrió con la educación. Mintieron todo lo que quisieron, dijeron que no invertíamos en eso porque lo que queríamos es que el pueblo fuera dócil y manejable. Pero la realidad es que en el quinquenio del profesor se invirtieron promedio solo 948 millones de dólares en educación. Y en nuestro quinquenio se invirtieron 1411 millones de dólares por año. Nadie en toda la historia de El Salvador ha invertido en educación como ha invertido este gobierno en computadoras, en tablets para primera infancia que mi esposa Gabriela ha coordinado hasta el software que llevan, en infraestructura, en decenas de miles de becas.
Con mi amigo Alejandro Goodman tenemos un programa de decenas de miles de becas de estudios superiores para jóvenes, etcétera. Claro, si queremos comparar nuestro sistema educativo con el de Suiza salimos perdiendo. Claro. Pero si comparamos El Salvador con El Salvador de antes, estamos mucho mejor y seguimos mejorando cada día.Comparemos nuestro país en la actualidad con el pasado, ¿para qué? Para saber de dónde venimos, a dónde estamos y para dónde vamos.
Ejemplo es el Hospital Rosales. Dijeron que nunca lo íbamos a hacer, que era un render, que era mentira. Hubiéramos querido entregarlo hace mucho y lastimosamente no pudimos, pero pronto vamos a dejar un nuevo Hospital Rosales listo para servir a los salvadoreños con infraestructura de primera, pero también con equipo tecnológico moderno y todo lo necesario para atender a nuestra gente. Con la calidad de cualquier hospital privado o mejor.
Vayan, desde afuera se puede ver. Pasen con el carro, lo van a poder ver en construcción, es real. Ahí está, no es un render. No es solo una promesa. ¿Qué van a decir ahora? No lo sé, seguramente otra mentira o van a inventar otro tema.
Gracias al apoyo del despacho de la primera dama, hemos avanzado en la creación de centros de atención a la primera infancia, los CAPI. Para los que no lo han visto, son lugares hermosos de atención en la primera infancia y primero Dios pronto con el tiempo paso a paso van a ir apareciendo en cada lugar del país.
También con el despacho de la primera dama hemos trabajado en la ampliación de la oferta cultural y educativa dirigida, no solo a la primera infancia, sino a todo el país. Hay cerca de dos mil estudiantes en nuestra Escuela Nacional de Música inscritos. Hay más en fila, pero no tenemos más cupos, primero Dios vamos a abrir miles de cupos más para poder tener más jóvenes, niños y bebés, incluso en la escuela de música, ofreciendo otros programas también de formación artística, tenemos agrupaciones como el Ballet Nacional, el Ballet folclórico, la banda de El Salvador, que es una realidad, fue una promesa, es una realidad también que tiene más de mil integrantes. Los que la han visto es un orgullo para nuestro país.
Hemos intervenido varias áreas de emergencia pediátrica y continúa la modernización de los espacios materno infantiles. Falta mucho, sí, pero comparemos de dónde venimos, sepamos de dónde venimos, a dónde estamos, falta, pero también sepamos para dónde vamos. Y si bien aún hay mucho por hacer, nadie puede negar que la primera infancia es una prioridad para nuestro país, algo que en el pasado ni siquiera se ha mencionado.
Nosotros sabemos que cada cosa que hacemos y por cada cosa que arreglamos, otra cosa tiene que esperar. Quisiéramos resolver todos los problemas al mismo tiempo, pero sabemos que eso no es realista. Podemos darle computadoras a todos los niños, ya lo hicimos, pero las escuelas seguían en malas condiciones. Podemos remodelar dos escuelas por día, pero faltarán otras escuelas aún, miles.
Podemos construir el mejor hospital de Centroamérica que queremos, ese es nuestro sueño que sea el Hospital Rosales, pero faltarán otros hospitales. El gobierno puede hacer feliz a cualquiera, pero no puede hacer feliz a todos al mismo tiempo. Es difícil, algunos dirán imposible. Sin embargo, vamos a intentarlo. Porque es de cobardes no intentarlo. Si escogimos estas luchas es porque creemos en un El Salvador mejor. Y este no se forja diciendo no. Seguimos avanzando a pesar de los obstáculos, la crítica y la oposición interna y externa. Porque esas críticas y ataques, incluso personales y a mi familia, palidecen ante la satisfacción de saber que cambiamos la vida de millones de personas.
Hoy estamos viviendo una transformación profunda, pero también enfrentamos un momento delicado. Hay quienes son incapaces de aceptar el cambio e intentan manipular y cambiar la realidad. La oposición ha convertido la manipulación en su principal estrategia y el periodismo es una de sus principales armas. Digo entre comillas, porque el periodismo es falso, obviamente. Que tenía reglas éticas, un método. Yo creía en eso. Yo creía que el periodista buscaba la objetividad. Por más difícil que fuera buscarla, buscaba la objetividad. Con el tiempo entendí que en la mayoría de casos eso realmente no existe. Lo que hay son agendas. Y periodistas que responden a ellas, algunos con más descaro que otros. No hay método periodístico que valga cuando la orden es atacar. Y nunca es una decisión del periodista, claro, es una decisión del dueño del medio. Aunque sea mentira, aunque no tengan pruebas, lo van a decir, todo es para vender una narrativa. Vayan a ver las cuentas de los grandes periódicos de Estados Unidos y del mundo y verán que ha activado cientos de notas de El Salvador para atacarnos. Todos juntos, como dije al inicio, al unísono en una sola voz, medio grandes con alcances que nosotros no podemos ni imaginarnos. Y no son de un solo dueño. Muchos de ellos son supuesta competencia, incluso.
Pero es demasiado obvio que son coordinados. Por supuesto, ellos no nos combaten a nosotros porque nos consideran un enemigo importante. Nosotros somos un pequeño país pobre. No tenemos una gran potencial económico ni militar. ¿Por qué nos atacan tanto entonces? No le tienen miedo a un país como El Salvador. Le tienen miedo al efecto dominó que cada vez más países del mundo decidan salirse de su control, de sus planes. Los periodistas solo son una de las herramientas que ellos tienen, no es la única. Pero su trabajo es hacer ver a los buenos como los malos y a los malos como los buenos. Eso es lo que venden, eso es su negocio. Y está bien, es su trabajo, para eso les pagan, está bien. Lo que está mal es que nosotros creamos que es para beneficio del pueblo.
El pueblo tiene que tener algo claro, todos tenemos una agenda. Yo tengo una agenda. Ellos tienen una agenda. Los políticos tienen una agenda. Las ONGs tienen una agenda. Todos tienen. Tenemos una agenda. La diferencia entre ellos y nosotros es que nosotros no ocultamos la nuestra. Aquí estoy enfrente de ustedes como político. Y lo hago como presidente de la República exponiendo a nuestra gente. Y la gente tiene el derecho a votar esa agenda. Si la quiere o si no la quiere.
Y hace poco tuvimos elecciones y ganamos con el resultado más alto de todas las democracias del mundo. Sin embargo, muchos de ellos sí esconden su agenda. De hecho dicen que son independientes, aunque diga Open Society abajo.
Se esconden detrás de supuestas causas, tratando de proyectar y rentabilizar las necesidades del pueblo. Y reciben millones cada año para vender miseria y propagar violencia. Así como algunas ONGs se venden como defensoras de derechos humanos y en realidad se dedican al activismo político y lo hemos visto recientemente.
Todas son herramientas para las agendas y ni los periodistas ni las ONGs herramientas de agendas están prohibidas en nuestro país, son libres de publicar sus panfletos, son libres de decir sus mentiras. En otros países lo prohíben. Muchos países desarrollados prohíben lo que llaman desinformación. En Europa muchos países tienen prohibido en su ley la desinformación. Nosotros no, nosotros tal vez equivocadamente permitimos la desinformación. Ellos son libres de hacer y publicar, pero por lo menos que lo llamen por su nombre. Si deciden hacer activismo político y negocio que lo llamen así. Ellos no son periodistas, son activistas políticos que están haciendo negocio. Ellos no son ONGs, son activistas políticos que están haciendo negocio.
Dicen que que pactamos con pandillas. ¿Qué pacto es ese? ¿En serio van a pactar que atrapemos a los 70,000 pandilleros de este país? ¿Alguien puede creer que eso es real? ¿Alguien cree en eso? El mismo día que salió el reportaje les abrimos las puertas de las cárceles porque dijeron que los pandilleros los habíamos separado y que ya no estaban revueltos. Eso fue hace un par de años. Ellos mismos dijeron: “Si el régimen quiere demostrar que hemos mentido, que abran las cárceles”. Abrimos las cárceles a medios internacionales y todos pudieron constatar que los pandilleros estaban revueltos. Y no estaban separadas como habían dicho ellos. Estaban mezclados en ese tiempo con dos tiempos de comida nada más y sin ni siquiera luz del sol por una ventana. ¿Creen que les importó? No, siguieron mintiendo y repitiendo la misma mentira. Es más, aquí que sabe que son populares las medidas contra los pandilleros, venden la idea que tenemos un pacto y que le damos beneficios. Pero afuera, que saben que en las medidas duras no son populares porque es como, ah, qué duros son con la gente, dicen que los tratamos mal, que no lo deberíamos de tratar así, que no le damos suficiente proteína. Las dos cosas no pueden ser reales.
Dicen que cancelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores al régimen. Yo me pongo a pensar, ¿cómo podemos combatir la corrupción si toda la oposición tiene impunidad garantizada? No se pueden tocar. Cualquier opositor corrupto que se lleva a la cárcel es un perseguido político. Todos estuvieron 15, 20 años lucrándose del Estado, pero ahora se pusieron el carnet de perseguido político. Trabajar en una ONG ahora es sinónimo de impunidad. Ser periodista del club, porque hay periodistas que no los incluyen en el club. Tiene que ser de APES. Ser periodista del club les permite infringir la ley sin consecuencias.
O sea, una persona que asesina sangre fría a la otra, solo tiene que ir a pedir trabajo a alguna de estas ONG o medios del club y a la ley no los puede tocar, porque son defensores de derechos humanos, porque son disidencia, oposición al régimen.
Ellos creen no solo tener el monopolio de la verdad, sino que si le pasó algo a un periodista que no pertenece al club, a ese no lo van a defender. Al contrario, se van a burlar de él. “Jajaja, ¿vieron? A pesar de que hablaba bien del régimen lo procesaron”. Porque ellos no están ahí para defender causas, ni siquiera para defender gremios. Ellos están ahí para considerar conseguir impunidad de la corrupción y del crimen para sus miembros. Ellos quieren imponer su narrativa, lo cual hacen todos los partidos políticos del mundo. Y si no me creen, piensen cuándo fue la última vez que estos medios que supuestamente buscan la verdad hicieron una nota criticando a la oposición.
¿Será que la oposición nunca hace o ha hecho nada malo? No lo hacen, porque no está en su agenda. Todo lo que diga la oposición, incluso un criminal, sientan un criminal y lo que digan, ni siquiera es cuestionado. Cualquier cosa que un criminal, asesino en serie, diga, santa palabra. Y nadie lo cuestiona, nadie. Ahora si lo que dice es verdad o mentira, mientras se apegue a la agenda, mientras se apegue a la narrativa, mientras digan lo que ellos quieren que digan.
Ganan premios incluso supuestamente prestigiosos a costa del dolor de la gente. Pero si su negocio es la muerte, al menos digan la verdad, digan la verdad del dolor de las mayorías. Si solo se aprovechan del dolor de la gente, eso se llama ser carroñero. Y tienen todo el derecho a ser carroñeros, pero al menos digan lo que son, carroñeros, sin hipocresías.
Como siempre he creído, hay conceptos que se explican mejor con ejemplos concretos. Así que les voy a contar un ejemplo que puedo contar ahora sin afectar nuestra estrategia, porque ya pasó algún tiempo. Cuando lanzamos el Plan Control Territorial en junio del 2019, dijimos que contemplaba una serie de fases, ¿se recuerdan? Y que las íbamos a ir revelando a medida que fuéramos activando cada una de esas fases.
¿Qué dijeron estos periodistas? No es transparente, tiene que revelar todas las fases del plan. ¿No les parece ilógico revelarle a los criminales todas las fases del plan contra el crimen? ¿Cómo vamos a hacer público un plan que combate las pandillas en ese tiempo? ¿Se acuerda cuando pedían todos los días que publicáramos el plan? No les hicimos caso y gracias a Dios no se filtró.
Porque si hubiese pasado, se imaginan la sangre que hubiera seguido corriendo, nunca hubiéramos resuelto nuestro problema. En aras de darle la información por la bendita transparencia, no se hubiera podido vencer a las pandillas, hubiéramos tenido que revelar todas las fases del plan y, por supuesto, entonces no hubiera funcionado.
No sé si recuerdan incluso cuando inició el régimen de excepción, otro ejemplo, y empezamos a anunciar operativos. Y a veces anunciamos los operativos después que habían sido realizados, como debe ser. Pero algunas veces anunciamos los operativos antes de que se realizaran. Y decían en las redes: “¿Por qué están avisando a los criminales?” A mí me picaban los dedos para contestarle por qué lo estábamos haciendo. Pero no se podía hacer en ese tiempo y le pido perdón al gabinete de seguridad, voy a contar una infidencia, pero bueno, ya no creo que sea tan útil.
En aquellos momentos, cuando entrábamos a una comunidad, y el pueblo salvadoreño no me dejará mentir porque ellos lo vivían, cuando iniciaba el régimen de excepción entrábamos a una comunidad y los pandilleros en la mayoría o en muchísimas comunidades en El Salvador al fondo hay una quebrada. Así es, muchos no me dejarán mentir. Al fondo hay una quebrada, son miles de comunidades así. Y cuando entraba la policía y el ejército, los pandilleros huían por la quebrada y se iban a los matorrales. La gente, nosotros hacíamos el operativo, revisábamos casa por casa, salíamos y la gente se quejaba de que cuando se iban las fuerzas de seguridad, los pandilleros regresaban a cobrar la extorsión. Entonces, la gente nos decía: “Quédense todo el tiempo”, pero por supuesto no nos podíamos quedar todo el tiempo en el 100 % de comunidades. Entonces, lo que hacíamos es que destacábamos después de los matorrales a un contingente del ejército, anunciábamos que íbamos a entrar a una comunidad, los pandilleros corrían a la quebrada y los agarrábamos en el matorral.
Hoy se los conté. Pero en ese tiempo no se podía porque hay cosas que se pueden decir en un momento y hay cosas que tienen que esperar. Gracias a Dios aguantamos los ataques, las críticas y todo para al final tener lo que tenemos ahora y lo vamos a seguir haciendo en los demás temas. Porque nosotros no hacemos lo que ellos quieren, sino lo que el pueblo desea.
Revelar el Plan Control Territorial antes de tiempo hubiera significado decenas de miles de muertos, hubiera sido sangre en sus manos. ¿Qué hubieran tenido a cambio? Primero hubieran filtrado, hubieran tenido visitas, likes, dinero, grants internacionales y luego hubieran recibido premios y hubieran publicado las claves de por qué falló el plan de El Salvador. Y hubieran recibido un premio. Miles de salvadoreños muertos a cambio de su premio. Ellos no pagan las consecuencias, las pagaba nuestro pueblo. La sangre de nuestro pueblo era su negocio. Se me eriza la piel de pensar que estuvimos a una filtración de un panfleto de Soros de volver a ser un estado fallido. Como muchos que lamentablemente existen en Latinoamérica el día de hoy.
ONGs, medios de comunicación por partidos de oposición junto al financiamiento constante de los agentes extranjeros hubieran dictado la muerte de decenas de miles de salvadoreños sin jamás haber sido elegidos por voto popular, sin que la gente sepa en muchos casos siquiera sus nombres, pero estuvimos cerca de una filtración de que esa fuera la realidad. Sé que a muchos les molesta lo que hacemos y más aún les molesta que funcione. Porque construir un nuevo país trae incomodidades. Es como cuando estamos reparando la casa, mientras los trabajos están no es tan cómodo, hay ruido, hay molestias, pero cuando todo termine habrá valido la pena.
Por ejemplo, sería más fácil dejar la carretera Los Chorros así como estaba. Funcionaba de vez en cuando se desmoronaba, pero ahí estaba. No, decidimos en lugar de gastar decenas de millones de dólares y no hacer nada o ponerle parches, decidimos hacer el proyecto vial más grande de Centroamérica. Que son tres etapas, una de ellas no es como dice la oposición ahora que le hemos quitado, es un viaducto de 1 km de largo que será el puente más grande en la historia de nuestro país. Actualmente el puente más largo que tenemos es el de Camino Sur City, que tiene 300 m. El próximo puente más largo será el puente de la Chacra, que lo estamos construyendo, que tiene 400 m. Pero el próximo puente más largo será el de Los Chorros que tendrá 1 km.
Vamos a ampliar ese viaducto a ocho carriles, el viaducto Francisco Morazán, que será el puente más largo del país y lo conectaremos con tres etapas que harán el proyecto vial más grande en la historia de El Salvador, de 400 millones de dólares para solucionar una arteria que ha sido un problema, para los que conocen la historia de ese camino, de hace 500 años. Literalmente cortando una montaña que es 25 veces más grande que el tamaño del monumento Salvador del Mundo. Más alto. Es una obra que ningún otro gobierno se atreve a ejecutar. Y pronto lo vamos a terminar, tardará un par de años, pero es pronto si lo vemos en toda la historia de nuestro país. Son algunos meses de molestias, pero luego van a ser décadas de beneficios para los que transitan a diario por ahí y el desarrollo de nuestro país.
En fin, lo que tenemos ahora no es perfecto, claro que no. Nunca lo va a ser, somos seres humanos, pero es mil veces mejor a lo que siempre tuvimos. Si no dejamos que los mismos de siempre nos dividan, si no caemos en la trampa de los que solo se quejan, vamos a lograr mucho más.
Todo empieza por valorar lo que ya logramos y por soñar en lo que podemos lograr. Porque un pueblo que no valora lo que tiene está un paso de perderlo. Pero claro, cuando uno se acostumbra a algo bueno, uno quiere algo mejor. Y está bien, está bien exigir. Lo que no está bien es que ahora los que nunca hicieron nada sean los que más se quejan. Incluso ahora con las cosas que sí están funcionando, algunas personas piensan que los cambios que hemos logrado y seguimos haciendo son fáciles o que cualquiera los pudo haber hecho.
Bueno, los expertos en pandilla dijeron que las pandillas eran un mal necesario, imposible de quitar, que requeriría varias generaciones de salvadoreños poderlo quitar. Como siempre digo, gracias a Dios, no les hicimos caso. Porque ellos no intentan ayudar, intentan desordenar lo que estamos poniendo en su lugar. Se resisten a ver nuestra casa en pie. Nosotros no debemos permitir que la desinformación ni las narrativas impuestas desde afuera nos hagan retroceder. En El Salvador no competimos por la aprobación de quienes desean vernos fracasar.
Lideramos con el ejemplo para los que quieran buscar inspiración, pero ante todo estamos construyendo nuestro propio futuro en nuestro propio país para nuestra propia gente con nuestros propios métodos. No imponemos nuestro camino a ningún otro país del mundo, pero tampoco vamos a permitir que nadie nos arrebate la paz que tanto nos ha costado. Hemos logrado lo que nadie creía posible y apenas estamos comenzando.
El camino por delante no será fácil, enfrentamos grandes desafíos. Reformar nuestro sistema educativo, modernizar nuestra salud pública, impulsar nuestra economía, pero al parecer también enfrentamos fuerzas externas que temen el poder de la independencia de una pequeña nación. Nuestro futuro puede ser hermoso, pero construirlo no será rápido ni sencillo y requerirá confianza, paciencia y sacrificio.
Juntos podemos lograrlo. Ya lo hicimos una vez. Lo haremos primero Dios de nuevo y el mundo será testigo. Que Dios bendiga El Salvador y que Dios los bendiga a cada uno de ustedes. Muchas gracias.
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Fotografía: Gato encerrado