Por: Joel Aleman. 25/03/2021
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Antecedentes
Según la declaración de los Derechos Humanos en el decreto 26 “La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental”. Sin embargo, la deserción escolar, puede nombrase el abandono a un derecho, que provoca que tanto niños como jóvenes no tengan oportunidades amplias para seguir con sus estudios. En el sistema público la falta de voluntad gubernamental para que tanto niños como jóvenes tengan una educación digna, gratuita, ha desencadenado el alto índice de deserción escolar tomando en cuenta los datos desde el 2018 donde; la matricula fue de 2.0 millones de niños y jóvenes, de los cuales 800 desertaron, según datos del Observatorio UPNF.
En el año 2019 la educación pública aún presentaba dificultades, muchos de los estudiantes abandonaban sus aulas de clases, debido al alto índice de inseguridad, siendo Honduras uno de los países más peligroso del mundo, así mismo la falta de recursos familiares (en Honduras 7 de cada 10 familias se encuentran en la línea de la pobreza, según datos del FOSDEH) y no pueden cubrir todas sus necesidades, que muchas veces obligan a familias enteras a migrar, tanto que las caravanas migratorias cada día eran mayores, de igual forma la falta de estos recursos conlleva al trabajo infantil.
La crisis se agudizo en el año 2020, aproximadamente un 40% de los niños y jóvenes abandonaron su año escolar, esto debido a la pandemia Covid19. Las familias hondureñas sufrieron un duro impacto económico. La falta de esfuerzos por parte de los entes gubernamentales obligó a que tanto niños como jóvenes desertaran en sus estudios, ya que no tomaron en cuentan las vulnerabilidades presentadas en muchas familias; pocos ingresos, desempleo por la pandemia, que llevó a la poca conectividad y ausencia a las clases por parte del alumno.
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Fotografía: Expansión