Por: Jessica Dos Santos, Ricardo Vaz. INVESTIG’ACTION. 07/08/2020
La guerra contra Venezuela
Un país “normal”, en condiciones “normales”, podría importar alimentos, medicinas, combustibles y todo lo que hiciera falta, bajo un sistema hegemónico donde se exaltan las virtudes del “libre mercado”.
De igual modo, un país normal en condiciones normales no tendría problemas en exportar petróleo o cualquier otra materia prima demandada en el mercado global.
Así mismo, un país normal en condiciones normales debería poder realizar elecciones según las normas y fechas exigidas por su condición.
Ahora, en condiciones de pandemia, un país normal no sólo debería poder importar (o exportar) lo que hiciera falta, sino que tendría acceso a créditos de organismos multilaterales de forma a aguantar el impacto económico de una crisis como esta.
Sólo que Venezuela no es un país “normal”.
Desde que llegó Hugo Chávez al poder y llevó el país en un rumbo independiente, anti-imperialista, y hacia el socialismo, el hegemón del norte no ha descansado en su afán de eliminar un adversario insolente en su patio trasero.
Y es así que, en medio de una pandemia global, Washington no sólo no ha aliviado sino que ha recrudecido su agresión contra la nación caribeña.
Después de un embargo petrolero, un bloqueo total, sanciones secundarias contra otras empresas que compraban petróleo venezolano, prohibición de exportación de diluyentes para Venezuela, el Departamento del Tesoro empezó a perseguir también las navieras que transportan crudo venezolano.
Luego de años bloqueando cada vez más el acceso venezolano a los mercados financieros, EEUU y sus aliados pasaron a secuestrar los activos del Estado en el extranjero, siempre con la ayuda de sus títeres locales como Guaidó.
Tras todos estos pasos llegamos al escenario tan absurdo como escandaloso que tuvo lugar en un tribunal de Londres los primeros días de junio. Haciendo algo que nunca le tocaría a un país “normal”, Venezuela firmó un acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para poder tener acceso a sus reservas de oro depositadas en el Banco de Inglaterra, y a través de la agencia de la ONU comprar alimentos y medicinas tan necesarias en este contexto. Pero, la justicia inglesa decidió que tenía que seguir la línea del gobierno británico, nada más nada menos que reconocer como líder a un diputado que un día se autoproclamó “presidente interino” en una plaza.
El objetivo es sencillo, asfixiar a todos los venezolanos hasta producir el anhelado cambio de régimen que devuelva las élites subservientes al poder. ¿Qué es una pandemia sino una oportunidad para seguir intentando tumbar gobiernos incómodos?
Por fín, el tema electoral. La constitución venezolana impone que se realicen elecciones legislativas en el año 2020, para elegir la Asamblea Nacional para el período 2021-2025.
Sin embargo, Washington y sus aliados ya anunciaron que no van a reconocer las elecciones, sancionando las (nuevas) autoridades electorales y hasta elementos opositores dispuestos a participar en el juego democrático.
Por su parte, Guaidó y la ala opositora más cercana al Departamento de Estado también se negará a disputar las elecciones, defendiendo que sólo puede haber elecciones una vez que Maduro abandone la presidencia. De este modo, se preparan, con ayuda de los patrocinantes en Washington, para seguir con Guaidó en la “presidencia interina” indefinidamente.
Precedentes no faltan. Y no hay que ir tan lejos a la absurda autoproclamación de Guaidó. En enero de 2020, cuando tocaba renovar la presidencia de la Asamblea Nacional, una facción opositora retiró el apoyo a Guaidó, que terminó perdiendo el cargo.
En respuesta, el líder opositor se reunió con sus seguidores en la sede de un medio anti-chavista y proclamó un parlamento paralelo (dónde seguía como presidente). Acto seguido, EEUU y los aliados habituales declararon que este era el parlamento que reconocían. Como si no hubiera ocurrido nada.
Ésta es la realidad de un país “excepcional” en varios sentidos. Por haber cometido el crimen de negarse a someterse a los designios del norte, el imperio estadounidense hará todo lo que puede no sólo para castigar a Venezuela, sino para que sirva de ejemplo a todos que consideren defender su dignidad. Y para los medios, eso es perfectamente “normal”.
República Dominicana / Cambios políticos

Las elecciones generales en República Dominicana generaron cambios políticos drásticos en el país Caribeño.
En unas elecciones con alta abstención, resultó electo presidente el empresario Luis Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), una escisión del histórico del histórico Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
El gran derrotado fue el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que además de perder la presidencia, actualmente ocupada por Danilo Medina, perdió también la mayoría en el congreso dominicano.
Las elecciones fueron dominadas por el coronavirus, y Abinader centró su campaña en una propuesta de “cambio”, teniendo como ejes el combate a la corrupción y el crecimiento económico.
Brasil / Postergadas elecciones municipales
El Congreso de Brasil decidió aplazar de octubre a noviembre las elecciones municipales debido a la pandemia del coronavirus.
La medida determina que las dos jornadas electorales, previstas inicialmente para el 4 y el 25 de octubre venidero, ahora se llevarán a cabo el 15 y el 29 de noviembre de este año.
Sin embargo, no habrá ninguna prórroga de los mandatos actuales, y la toma de posesión de los candidatos que resulten electos será el 1 de enero de 2021.
Los brasileños acudirán a las urnas para elegir alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 5.570 municipios del país sudamericano.
Colombia / Crisis en el ejército

Colombia se encuentra conmocionada tras develarse que una niña indígena embera chamí de 12 años fue secuestrada y violada por siete militares colombianos en un resguardo ubicado en Risaralda, en el centro-oeste del país.
No obstante, tras conocerse el hecho, el comandante del ejército, Eduardo Zapateiro, informó que se investigan otros 118 casos de presunto abuso sexual en los últimos cuatro años por parte de integrantes de las fuerzas armadas.
“De los 118 vinculados, 45 de ellos han sido retirados del ejército y 73 enfrentan procesos dentro de la institución militar”, enfatizó. Según el general, tanto la fiscalía como el ejército investigan los casos para determinar las acciones a las que haya lugar.
América Latina / OMS prevé más de 400.000 muertes
Latinoamérica y el Caribe registrarán un estimado de 438.000 muertes por Covid-19 hasta el 1 de octubre «si persisten las condiciones actuales», advirtió la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según el modelo del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington (IHME por sus siglas en inglés), el centro estadounidense que asesora a la OPS, en el total del continente americano, (incluyendo a EEUU) las muertes casi se triplicarán para el 1 de octubre, superando los 627.000 decesos.
De acuerdo con el estudio, Chile y Colombia alcanzarán su punto máximo en los próximos días, mientras en Argentina, Bolivia, Brasil y Perú el pico se producirá en agosto.
México / AMLO visita EEUU

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca. La discusión tocó las relaciones económicas entre ambos países, así como la cuestión de los migración centroamericana hacia Estados Unidos.
Aunque tanto Trump como AMLO construyeron sus campañas presidenciales en base a hostilidad hacia el vecino, la relación entre ambos líderes ha sido de cordialidad.
En declaraciones a la prensa, el mandatario mexicano resaltó la importancia del nuevo tratado de libre de comercio entre los dos países, antes de elogiar que Trump ha tratado a México como un país “digno y soberano.” Por su parte, el presidente estadounidense destacó la “confianza mutua” entre ambos y la colaboración mexicana en el tema migratorio.
Entrevista
Perú / Gustavo Espinoza: «La situación económica es peligrosa»
El Perú ha sido el segundo país más golpeado por el coronavirus en el continente latinoamericano. Para hablar de la situación en el país andino, entrevistamos Gustavo Espinoza Montesinos, profesor de lengua y literatura, periodista e histórico dirigente de diferentes organizaciones del Perú. Actualmente presidente de la Asociación Amigos de Mariátegui, Espinoza habló de la pandemia, la respuesta del gobierno, la situación económica del país y la crisis política peruana.
Perú superó las 10 mil muertes por coronavirus y entró en el ranking mundial de los países como mayor cantidad de contagios. ¿A qué podríamos atribuirle esto? ¿Cómo ha sido el manejo de la pandemia en el país?
Transcurridos más de cien días del inicio de la pandemia y el estado de cuarentena, podemos afirmar que la situación es bastante seria. A pesar de las medidas que se adoptaron, similares a las de otros países, no hemos tenido éxito en la lucha contra el coronavirus. Esto podemos atribuirlo a cuatro factores.
El primero, la situación económica del país, la cual es sumamente precaria y como consecuencia de un modelo neoliberal impuesto de manera desenfrenada desde hace más de 30 años. El 72% de la población económicamente activa trabaja en el sector informal. Esto ha generado muchos problemas, entre otros que este sector no tiene ahorros, si no trabaja no come. Por eso era muy difícil que pudiera aguantar una cuarentena larga.
El segundo es que los gobiernos se esforzaron en debilitar al máximo el sistema de salud público para en contrapartida privilegiar las clínicas privadas. En este contexto llegó la pandemia, con los hospitales estatales ya estaban prácticamente colapsados desde el inicio. Acá solo había 150 respiradores mecánicos cuando se requieren por lo menos 2000, había 200 camas cuando se necesitan 10 veces más. Es un sistema precario sin posibilidades de responder.
El tercer gran problema es la corrupción generalizada. El fujimorismo y luego el gobierno del APRA, envilecieron la vida nacional en todos sus extremos, diseminaron la corrupción en todos los estamentos de la vida pública. Y eso se constata hoy día en todas las instancias, gobiernos locales, municipales, regionales, el congreso, el poder judicial, la fiscalía, etc., con mecanismos de corrupción que se expresan en coimas, mal uso de los bienes públicos, saqueo de la hacienda, y prácticas que reducen la capacidad estatal de actuar.
Y el cuarto factor es el hecho de que, como consecuencia de todo esto, la gente no cree, la gente duda, no toma en cuenta las disposiciones superiores. Se rebela, pero no en términos de “luchar contra”, sino de no cumplir, una suerte de resistencia pasiva, que llevó a la ruptura total de la cuarentena. Van casi cien mil personas detenidas en un mes, esto significa que ha habido una clara desobediencia civil ante las disposiciones, falta de criterio para acatar normas elementales que buscaban proteger a la gente frente a la pandemia.
El gobierno ha tenido varios intentos de reactivar sus actividades económicas, reducidas en más de 50% por el confinamiento general desde el 16 de marzo. ¿Por qué el énfasis? ¿Cuál es la situación actual de la economía?
La situación económica es peligrosa, casi de crisis. Se puede decir que las grandes empresas, que tienen el control de la economía del país, han sufrido pérdidas. Pero no son pérdidas extremas ni están al borde del colapso, están exagerando para generar operaciones de “salvataje” por parte del Estado. Efectivamente el gobierno ha creado una cantidad de programas destinados a reactivar la actividad productiva y esto significa dar dinero a las empresas, o créditos y programas de reactivación económica orientados a fortalecer a estas poderosas empresas, muchas de las cuales están involucradas en actos de corrupción.
La Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIED) lo que hizo fue arrancar al gobierno un dispositivo para suspender las relaciones de trabajo. La empresa puede recurrir a eso y despedir trabajadores, y algunas recibieron dinero del Estado pero igual botaron empleados. Se calcula que hay dos millones de personas despedidas de sus puestos de trabajo, que es muy significativo si consideramos que sólo hay 4 o 5 millones de puestos de trabajo formales. De tal manera que al final quien termina financiando la crisis es el Estado o todos los peruanos que sí pagamos impuestos. Hay un descontento generalizado por eso y se incrementan las críticas hacia el presidente Vizcarra porque se encuentra preso al modelo neoliberal y no quiere dar pasos para enfrentarlo. Al contrario, da grandes rescates para las empresas pero no entrega canastas de alimentos. Por ejemplo, en Lima, hay casi 7 millones que viven en miseria en los cerros y no han recibido ninguna ayuda.
Perú atraviesa una intensa crisis política desde mediados del 2017 ¿Cuál es el panorama actual? ¿Ha influido esto en el manejo de la crisis sanitaria?
Evidentemente hay una crisis política de varios años. Lo que nosotros llamamos la mafia, que es el grupo desplazado del poder después de la caída del fujimorismo, se recompuso y con apoyo del gran empresariado se convirtió en una alternativa política. Keiko Fujimori fue derrocada, pero a cambio de eso se instauró otro mal: Pedro Pablo Kuczynski, que era muy pro norteamericano, y ahora está Vizcarra que igual sirve a EEUU, y adopta medidas que son resistidas y criticadas por el movimiento popular y las fuerzas democráticas.
Pero lamentablemente hay mucha dispersión en la izquierda. En los últimos comicios fueron en 5 listas y por eso sólo una de ellas consiguió una mínima representación parlamentaria, lo mismo pasó en 2016. La izquierda ha perdido posibilidades de acción política, ya no tiene participación real. También está debilitada la confederación de trabajadores, el movimiento sindical, y las organizaciones culturales, por más que intenten expresarse. Tendría que surgir un proceso unitario para que haya posibilidades de avanzar.

Venas abiertas / Nacionalización del cobre chileno
Tras la victoria popular en 1970, una de las prioridades para el gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular fue la nacionalización del cobre chileno, principal recurso del país. La soberanía en este sector estratégico era un paso esencial en la “vía chilena al socialismo”.
El 11 de julio de 1971, el Congreso Nacional aprobó por votación unánime, la enmienda constitucional que hizo posible la nacionalización total del cobre, y días después se creó la Corporación Nacional del Cobre (CODELCO).
Sin embargo, la nacionalización del cobre generó poderosos enemigos en las transnacionales mineras norteamericanas. Su influencia en Washington fue decisiva para poner en marcha la agresión contra el gobierno de Allende que culminaría en el golpe militar de 11 de septiembre de 1973.
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Fotografía: INVESTIG’ACTION.