Por: Carlos Manuel Juárez. 29/12/2023
La temporada de ambición política desmedida y el derribo de los castillos de pureza comenzó. El registro de las personas aspirantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al Congreso de la Unión abrió los frentes en el partido gobernante en Tamaulipas.
Decenas de mujeres y hombres se apuntaron para las ocho curules en la Cámara de Diputados y los tan preciados dos escaños en el Senado. Por ahora, la pugna se centra en la definición de quien ocupará el espacio que ganó la legisladora Guadalupe Covarrubias Cervantes; tal parece que a una de las pocas fundadoras tamaulipecas del partido se le negará la oportunidad de reelegirse.
En una revisión de publicaciones en medios estatales digitales y tradicionales se dirige un mensaje que apunta a polarizar la competencia entre las mujeres que aspiran al Senado. Pasado junio cada vez se hizo más claro que la competencia para este lugar se daría entre la exalcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz Domínguez; y la secretaria del Trabajo estatal, Olga Sosa Ruiz. La primera tejió alianzas a nivel federal que hoy la visibilizan como operadora a favor de Claudia Sheinbaum; la segunda mostró capacidad como diputada, y disciplina a pesar de haber sido colocada en un espacio discreto en el gabinete, lugar que no la limitó para ahora ser considerada una posible senadora.
Los números de la elección al Senado en 2018 son relevantes para analizar cómo fue el pasado. Reynosa aportó 147 mil 183 votos para la fórmula de Américo Villarreal Anaya y Guadalupe Covarrubias. La cantidad de apoyo se dio en el sur de Tamaulipas 157 mil 399 papeletas para la dupla morenista. El distrito que inclinó la balanza fue Matamoros con 74 mil 646 sufragios; en términos generales así se configuró la derrota de la familia Cabeza de Vaca, de la que nunca se pudo levantar el exgobernador Francisco García.
Un elemento imposible de dejar pasar en el panorama morenista es que el nombre de Andrés Manuel López Obrador no estará en la boleta en 2024; los aciertos, errores y decepciones de la Cuarta Transformación federal, estatal y municipal se pasearán por los pensamientos de las personas electoras. Y es aquí donde -en lo personal- brotan cuestionamientos para la clase guinda tamaulipeca que quiere diputaciones, senadurías o alcaldías.
¿Quién de los y las interesadas cuentan con un equipaje ideológico de izquierda -Astillero dixit- o siquiera un pensamiento obradorista?
¿Va pesar la capacidad intelectual y los resultados al momento de las tomas de decisión de las cuartetas finales?
¿Las acusaciones y rencillas producto de las campañas internas pasadas ya se dirimieron?
¿Alguien querrá venganza a costa de poner en riesgo la orden de concretar la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión para 2024?
Y tal vez la más importante:
¿Qué inocente cree que hay un solo grupo político en Morena que controle el movimiento territorial estatal y, por ende, garantice el voto a favor de la virtual candidata Claudia Sheinbaum y las personas que la acompañen?
Este proceso tenso incluye también la competencia entre los hombres. El senador José Ramón Gómez Leal quiere reelegirse, pero el exalcalde Carlos Canturosas Villarreal también aspira con volver al aparato gubernamental.
Los tiempos que corren dejan muchas preguntas sin responder y las personas líderes de las facciones morenistas son responsables de que la sangre no llegue al río. De no hacerlo se abrirán nuevos frentes y posibles alianzas, actitudes nada desconocidas en el mundo político estatal, donde el equipaje ideológico y las capacidades intelectuales están al mejor postor.
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Fotografía: Elefante blanco