Por: Kasper Kapron OFM. 26/06/2022
John Tolkien, en su libro “El Señor de los Anillos”, describió la lucha final entre el bien y el mal, donde las fuerzas de los humanos y la naturaleza, elfos y magos buenos se unen para defender el bien y la belleza. En el lado opuesto hay un mundo de maldad, fealdad y violencia representado por innumerables orcos.
Tolkien así escribe el mundo de los orcos: “impulsados a la batalla solo por el miedo, sus gobernantes los trataban como ‘carne de cañón’… Como criaturas criadas por el odio, probaban el odio por todo y por todos: especialmente por los elfos y por los pueblos libres. Las peleas, que por lo general terminaban en sangre, estaban a la orden del día entre ellos. Eran cobardes por naturaleza, forzados a la batalla y disciplinados solo por el terror. Tanto la naturaleza como los edificios y los monumentos de las tierras que conquistaron fueron víctimas de sus tendencias destructivas. Disfrutaban especialmente torturando a los prisioneros de guerra, lo que ellos llamaban ‘juego’. Eran buenos fabricando armas, especialmente hachas, espadas, sables e instrumentos de tortura”.
Phillip Karber (un ex marine de los Estados Unidos) fue uno de los instructores de la OTAN que entrenó a los soldados ucranianos (incluido el heroico batallón Azov) después del comienzo de la guerra de Donbas en 2014. Él mismo participó en las batallas y fue herido varias veces.
En una entrevista, recién publicada, describió la situación de la primera fase de la guerra en Ucrania. Entre varios episodios, contó como las tropas rusas rodearon un escuadrón de soldados ucranianos. En vista de la inminente derrota, los ucranianos acordaron retirarse de la ciudad y los rusos se comprometieron a asegurar su retirada segura. Durante la retirada, una lluvia de bombas cayó sobre el ejército ucraniano y destruyó toda la columna del ejército en retirada. Después de que cesaron los bombardeos, los soldados rusos acabaron con los heridos. Dejaron vivos algunos ucranianos: los castraron y los liberaron.
A Phillip Karber, a este hombre habituado con la guerra, cuando se le preguntó sobre el valor de las unidades rusas, respondió brevemente: “son malos, muy malos”. Habló de los soldados de Ramzan Kadyrov que publicaron un film donde se puede ver cómo ellos extrajeron un corazón del pecho de un soldado ucraniano y luego fingieron de jugar al fútbol con el corazón. Cerca, otros soldados rusos tranquilamente estaban comiendo.
Fotografía: republica
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KASPER KAPRON OFM
Facultad de Teología Universidad Católica Boliviana