Por: Claudio Alberto Escobedo Hernández. Coahuila. 13/06/2018
Las cartas ya están echadas, el próximo domingo 1° de julio se confirmará lo que ya todos sabemos, el triunfo en las urnas de Andrés Manuel López Obrador. La victoria será avasallante e inobjetable, ante el inmenso poder que tiene la insurgencia popular, nada pueden hacer sus adversarios: Anaya, Meade y el grupo selecto de empresarios aglutinados en el Consejo Mexicano de Negocios.
La gran esperanza de cambio que representa López Obrador, ha provocado la irrupción de miles y millones de ciudadanos que sin duda alguna llevarán al tabasqueño directo al triunfo. El inmenso desfile de campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa, ancianos, profesionistas, pequeños y medianos empresarios en los mítines y concentraciones del candidato de las izquierdas es interminable, es cuestión de días para que el triunfo se convierta en una realidad, nada ni nadie puede ya cambiar este desenlace electoral.
La aceptación y gran popularidad de AMLO a lo largo y ancho del país es IMPARABLE, los más de 30 millones de votos que muy seguramente obtendrá es una cifra impresionante que le asegura una enorme legitimidad nunca antes vista en el país, López Obrador será el presidente de la república con el mayor respaldo ciudadano en toda la historia del México independiente.
La pregunta incesante que sus adversarios se hacen es cómo este hombre logró conectar de esta manera con el pueblo de México. La respuesta es simple, la gran esperanza que ha generado en los millones de ciudadanos es debido a que el PRI, el PAN y el resto de los partidos paleros y serviles demostraron en los hechos que son corruptos y que gobiernan solamente para unos cuantos, con sus políticas excluyentes y antipopulares han provocado que se desencadene una brutal y humillante desigualdad que duele a toda la sociedad mexicana.
Además esta misma clase política, ha soslayado vergonzosamente la insultante impunidad de la que ellos mismos gozan, por eso roban y desvían recursos públicos sin ningún recato, mientras más de 60 millones de mexicanos son excluidos de toda posibilidad de una vida mínimamente digna. Todo esto, además de la violencia, la inseguridad, la carestía y la falta de empleo acrecentó el descontento popular, de modo tal que esa gran muchedumbre ven en López Obrador la posibilidad real de transformación del rancio presente que tenemos como nación.
Los adversarios de AMLO no entienden que la gente se harta, ellos no entienden que el pueblo se cansa, ellos ignoran que la sociedad está hasta la madre de los mismos de siempre, el pueblo está hasta la coronilla de políticos sin escrúpulos que solamente piensan en ellos y sus familias, ellos olvidan que nuestros hijos, que nuestros padres, que nuestros abuelos también cuentan y también tienen derecho a tener una vida mejor.
Por eso no debe extrañarnos en lo absoluto el enorme desprecio que sienten millones de mexicanos hacia la clase política que representan el PRIAN, un rechazo que se traduce en el apoyo categórico del pueblo de México a la opción de López Obrador, un hombre que además ha demostrado ante todo, una trayectoria de integridad escrupulosamente limpia que nadie puede cuestionar.
La insurgencia del pueblo mexicano que llevará al poder a López Obrador no nace de la nada, es producto de un saqueo escandaloso de parte de los gobernantes, esta insurrección es una respuesta radical a décadas de olvido y exclusión que los gobiernos del PRI y PAN le han recetado a sus gobernados. Es una insurgencia que grita ya basta. Un basta tan fuerte porque nace de la ira de todo un pueblo que ha sido humillado, segregado y lastimado por un gobierno irracional e indiferente a la necesidades de su gente, es un grito popular que ya nadie podrá silenciar.
No olvidemos de que vivimos en un México lleno de injusticia, un México secuestrado por un régimen corrupto que privilegia a unos cuántos, dejando en el olvido a las grandes mayorías, y son precisamente esas mayorías abandonadas las que conforman esta insurgencia popular, la cual en esta ocasión le otorgará el poder a López Obrador, de eso ya no existe ni la menor duda. AMLO Presidente.