Por: Notas – Periodismo Popular. 27/01/2018
“Nosotras paramos, nos paramos”, comienza el manifiesto escrito por centenares de mujeres, colectivas, y organizaciones de todo tipo de Argentina y el continente. Siguiendo las huellas de la jornada de lucha internacional del año pasado, se proponen relanzar la convocatoria para el próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
“Desde las raíces profundas de nuestros territorios hasta los edificios de las corporaciones, vamos a quebrar las estructuras que nos atan”, afirman en el escrito, “mujeres, lesbianas, travestis y trans estamos organizadas en un deseo común y ya no hay vuelta atrás”.
La convocatoria, con eje en denunciar no sólo la violencia contra las mujeres, sino y sobre todo la situación económica desigual y cómo afectan los planes de ajuste en clave de género, afirma que a “la feminización de la pobreza” el movimiento contrapone una “feminización de las resistencias”.
“Si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras”, es otra vez el lema de la huelga que se extiende por todo el mundo pero que es traccionada, principalmente, desde América Latina y el Caribe donde el grito de Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos “resuena como una estampida en todos los rincones del territorio”, plantean. “Uno signado por ser la región más desigual del mundo, donde el 10% de la población es dueño del 71% de la riqueza”.
“Nos paramos desde Alaska a la Patagonia”, agregan. Para “repudiar todas las formas de violencias machistas y por nuestro derecho a vivir libres de esas violencias”, contra los femicidios, “por las que están desaparecidas”, por el acceso a la justicia, por educación sexual integral, por las muertas y las presas por aborto.
Entre una larga lista de reivindicaciones que conforman el planteo integral de la nueva oleada feminista que saldrá a las calles nuevamente el próximo 8 de marzo, también se mencionan las presas políticas, la participación paritaria en el sistema político, profesional y sindical, y las desigualdades económicas.
Sobre este punto, afirman: “Paramos porque una de cada tres mujeres en la región no logra generar ingresos propios. El promedio de horas semanales dedicadas al trabajo no remunerado, obtenidas entre diez países de la región, es de 13,72 horas en hombres y de 39,13 horas en mujeres. En la Argentina las mujeres hacemos tres veces más trabajos domésticos y de cuidados no remunerados que los varones”. “Nos paramos para visibilizar esta doble jornada laboral que afecta más todavía a las mujeres más pobres. Paramos porque las travestis y trans no consiguen trabajos formales”, agregan.
Además, cuestionan la Reforma Previsional argentina, la Laboral brasileña, y todas las políticas contra los derechos laborales que tienen especial impacto en las mujeres ya que son las que tienen los trabajos más precarizados. “Paramos porque somos el plato de una fiesta a la que no estamos invitadas y en la que sirven nuestros salarios, nuestros derechos laborales y previsionales”.
“Paramos para recuperar nuestra memoria escrita en nuestras identidades, en nuestras existencias, con las formas de las luchas y los dolores que nos precedieron. Nuestras memorias íntimas y colectivas, nuestras lenguas y nuestras formas de estar juntas, para conquistar futuros de libertad”, aseguran después. Y concluyen: “Nos paramos porque podemos y sabemos cómo hacerlo, paramos por nuestras vidas. ¡Todas libres, todas juntas!”.
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Fotografía: Notas – Periodismo Popular