Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. Insurgencia Magisterial. 19 de junio de 2018
Aprovechando el debate que se suscitó en este portal entre dos amigos que yo respeto, admiro y aprecio mucho, Oswaldo Antonio González y Luis Bello Estrada, el cual se deriva de una nota de Luis en donde hizo una crítica puntual acerca de la mal llamada reforma educativa a la cual equipara con la palabra mito.
Por otra parte, como varias de las personas que me conocen de hace algún tiempo, saben que desde el 12 de mayo de 2012 me alejé del periodismo político financiero que a lo largo de 6 años y medio (a partir del 8 de diciembre de 2005); las razones fueron hechas públicas en su momento.
Posteriormente, con el “gusanito” del periodismo un buen día cambié de giro para escribir en el terreno del periodismo cultural, aunque en paralelo, en esta “nueva etapa” he tenido la oportunidad de expresar en varias ocasiones mis puntos de vista dentro del terreno periodístico que antaño ejercí.
Así que ese mismo “gusanito” me ha hecho tomar la decisión de escribir acerca de un tema que tiene mucho que ver con los procesos electorales, no solo en nuestro país sino también en muchos países del mundo y en torno al cual se han creado una serie de mitos cuyo objetivo (al menos en nuestro país) es desalentar su ejercicio.
Me refiero a la opción del voto que desde hace algún tiempo ha sido vilipendiado por gente de prácticamente todas las “ideologías políticas” que existen en nuestro país y pongo el término entrecomillado, porque la realidad de las cosas es que hoy en día lo que menos existe en cualquiera de los partidos políticos en nuestro país es ideología. Esa opción de voto es aquella que desde hace varias elecciones una buena parte de los mexicanos hemos utilizado al momento de sufragar como una forma de protesta ante un sistema político que por sus resultados definitivamente no le ha dado a nuestro país lo que en ese sentido se requiere, me refiero a la opción de votar nulo.
Para comenzar este ensayo, quiero entonces desmitificar el mito de que el voto nulo le sirve de apoyo al partido que ha sido hegemónico una buena parte de nuestra historia. El mito lo pueden ver en algunos videos como por ejemplo uno en que en un cartón de huevos, tratan de explicar o más bien de convencer a la gente de que vote por cierto partido que se identifica con el color de la mayoría de los mexicanos. Hay otro de un supuesto intelectual que como dije anteriormente, denosta el ejercicio de este tipo de voto.
Lo cierto es que ninguna de las expresiones mencionadas, aporta alguna prueba basada en un estudio estadístico y serio que demuestre lo que ellos aseveran.
Así que déjeme comentarle el estudio realizado hace poco más de 3 años por José Merino y por Eduardo Fierro (fue publicado el 12 de junio de 2015) y que se titula “El Voto Nulo No Beneficia al PRI) http://data4.mx/projects/el-voto-nulo-no-beneficia-al-pri/
Lo primero y muy significativo que dicen los autores del estudio en comento, es que no se trata de un llamado al anulismo sino más bien dejar en claro que el voto nulo beneficia al PRI y yo agregaría que no beneficia a ningún partido político.
En cuanto al llamado al anulismo, tampoco lo estoy haciendo yo, simple y sencillamente, estoy exponiendo mis argumentos para refrendar la forma en que YO he votado en los últimos 18 años.
El citado estudio de Merino-Fierro comienza señalando cómo ha ido creciendo el voto nulo en el periodo comprendido entre 2003 y 2009. Aunque una de mis deducciones personales es que esta forma de votar ya existía previamente y no es hasta estos años posteriores a la desilusión del foxismo, cuando se comienza a hacer muy visible.
Tan ha sido visible que no debemos olvidar que en unas elecciones intermedias en el periodo presidencial de Felipe Calderón, él tuvo que salir a dar explicaciones acerca del proceso electoral, dada la relevancia que en ese momento el voto nulo aparejó. La importancia del voto nulo hizo que nuestros ilustres defensores de la ciudadanía que cobran como diputados federales, en contubernio con las demás autoridades o gobernantes involucrados, modificaran la ley electoral de tal suerte que el conteo del voto nulo ya no se considerara como era en la ley anterior.
El estudio continúa mostrando gráficas y estadísticas y también explica la metodología realizada para efectuarlo.
La conclusión te la voy a poner textual, para que no haya alguna interpretación diferente a lo que señala Merino-Fierro: “…Vaya usted a votar como lo considere y por las razones que crea, pero si decide no anular (respetabilísimo), por favor no lo haga porque “beneficia al PRI”. Eso, simple y llanamente, no es cierto…”
Aclarado lo anterior con lo cual –desde mi punto de vista- se desmitifica al mito- me gustaría ver el comportamiento del voto nulo en el terreno internacional.
Para ello tomaré de referencia a 3 países, 2 europeos y uno latinoamericano. Lo que tienen en común estos tres países es que recientemente se han visto involucrados en procesos electorales que supuestamente han representado un cambio o un giro en su política, me refiero a España, Francia y Cuba. ¡Sí, leíste bien, Cuba!
En España hay un reconocimiento al este tipo de voto y se divide en tres opciones: voto en blanco, voto nulo y abstención.
El voto blanco se presenta cuando los españoles depositan un sobre (emitido por el colegio electoral) sin la papeleta de voto, la ley respectiva lo considera como voto válido y entra en un proceso de repartición de escaños de acuerdo a la ley d’Hont (es medio complicado entenderla).
El voto nulo se presenta cuando, en el sobre se pone la papeleta pero a esta se le pone una leyenda, o se tachan todas las opciones y se le considera como un voto gamberro (alguien que comete actos de grosería o incivilidad, según la RAE) y NO tiene efectos sobre el conteo.
La abstención, es igual que en México y tampoco tiene efectos en el conteo del voto.
Vayamos a Francia, país que en las elecciones presidenciales en donde Emmanuel Macron, resultó ganador, la prensa nos hizo creer que se trataba de un elección en la que un carismático personaje había ganado la elección de una manera contundente.
Lo cierto es que en dicha elección el voto nulo o la “balota blanca” tuvo los mayores índices en la historia de sus elecciones, llegando a ocupar un 9% del total de los votos emitidos, desde que la Quinta República Francesa fue creada en el año de 1958. Es más, este tipo de voto existe desde la Revolución Francesa.
En Francia ya hay un movimiento en curso para que las papeletas en blanco cuenten como parte del voto general de la elección. En las redes sociales como tuiter se crearon las etiquetas: #SansMoiLe7Mai (sin mí el 7 de mayo), #NiPatrieNiPatron (ni país ni jefe) y #NiMarineNiMacron (ni Marine ni Macron).
Me llamó mucho la atención este comentario emitido por un integrante del grupo Boycott 2017: “…”En algún momento, tenemos que reformar nuestro proceso electoral y tener en cuenta las abstenciones y los votos en blanco. Elegimos un presidente, pero ¿cuál es su legitimidad al final si tanta gente no va a votar?…”
Terminemos en Cuba, un país que desde la revolución cubana de Fidel Castro ha sido sojuzgado por un régimen represor.
Aquí tomaremos como referencia el resultado de las elecciones intermedias de noviembre del año pasado en donde sucedió lo siguiente: “…Se ha señalado que los índices de abstencionismo, votos anulados y votos en blanco, que suman 19.17 % (1 562 731 de electores) rompen explícitamente con la tesis del “apoyo unánime”…”, es decir, una buena parte de la población cubana recurrió a este tipo de votación como un voto de protesta.
Tenemos ya entonces elementos para primero desmitificar el hecho de que el voto nulo en México sea favorable para un partido político en particular y por otra parte para establecer la premisa de que este tipo de voto es un voto de protesta al que se está recurriendo en varias partes del mundo, es más en Francia existe ya como tal desde 1958.
En cuanto a mi postura personal, muchos amigos me han preguntado ¿qué ganas con votar nulo?
La respuesta se las doy en estos 4 posteos que estoy poniendo tanto en FB como en TW.
MI voto NO los legitimará, YO #votonulo
Cuando uno emite un sufragio, automáticamente está legitimando al partido o al candidato por el que vota.
A lo largo de los años (desde que cumplí 18 años de edad) he votado de diversas maneras, desde irme “con la cargada”, votar por hartazgo (elecciones de 1988), votar diferenciado (por ejemplo voté por Zedillo para presidente y por el PAN para diputados federales) en todos los casos siempre he tenido un dejo de arrepentimiento por los resultados que a lo largo de los años el gobierno mexicano le ha dado a nuestro país.
Que cada quien se haga responsable de SU voto, YO #votonulo
Tiene mucho que ver con el post anterior, al legitimar al partido o al candidato, de alguna manera adquieres una responsabilidad tan solo por el hecho de haberlo legitimado. Ahora bien, eso no elude nuestras responsabilidades que como ciudadanos debemos asumir cotidianamente.
SOY libre de decirle a cada uno de ellos lo que pienso sin distingo de siglas, por eso YO #votonulo
Al no haber legitimado y asumir mi responsabilidad ciudadana, me siento en condiciones de emitir juicios y críticas hacia cualquier funcionario o servidor, sin que me sienta comprometido con alguno de ellos por haber sufragado en su favor.
El sistema político mexicano apesta, YO #votonulo
Esa ha sido la leyenda que he estampado en la boleta electoral en diversas elecciones, con esa leyenda hago patente mi protesta a todo un sistema gubernamental que de ninguna manera ha logrado dar a los mexicanos lo que como seres humanos merecemos. Y por mexicanos me refiero a todos aquellos ciudadanos sin distingo de origen, sexo, religión (yo soy arreligioso), etnia, profesión, etc. no quiero ahondar en el reciente estudio que se llama “Dinero bajo la mesa” porque la verdad de las cosas termina uno muy enojado, te pongo la liga por si lo quieres consultar https://dinerobajolamesa.org/presentacion-dinerobajolamesa/
Mi conclusión acerca de este estudio y que refuerza mi postura, es que TODOS los partidos políticos y en general todo el sistema político mexicano son una porquería.
¿Qué gano con votar de esa manera? La verdad de las cosas es que gano mucha tranquilidad.
¿Hay una esperanza para que YO no vote nulo?
Por supuesto que la hay, se refiere a los candidatos que en verdad son independientes, es decir, aquellos candidatos que definitivamente no tienen ningún nexo con partido político alguno.
Así que para terminar te platico acerca de ellos.
El primero es Pedro Kumamoto, singular personaje a quien yo he apoyado cuando menos con alguna difusión y moralmente, puesto que él es una persona joven, con mucho talento que a lo largo de su corta carrera política ha aportado verdaderas propuestas que fortalecen y depuran nuestro sistema como es el caso del financiamiento a los partidos y lo del desafuero. Lamentablemente, ese movimiento apenas inicia y se centra en el estado de Jalisco, pero afortunadamente cada vez hay más chavos que piensan como él y están creando un movimiento, insisto, verdaderamente independiente.
El segundo caso es el de María de Jesús Patricio Martínez o Marichuy, la malograda aspirante a la verdadera candidatura independiente por la presidencia de nuestro país, de quien también pude efectuar una labor de difusión y de apoyo. Cuando estuvimos en el DF en la época de recolección de firmas para el reconocimiento de la candidatura, lo primero que hicimos mi esposa y yo cuando vimos el módulo de adhesión a ella, fue darle nuestro respaldo.
Lamentablemente la gente no entendió los alcances de la propuesta del Concejo Indígena de Gobierno (CIG) cuya óptica distinta a lo que debe ser el sistema gubernamental que México requiere, era una verdadera alternativa de cambio para nuestro país.
Marichuy fue la única aspirante que entregó cuentas claras y puntuales en el proceso de selección, esperemos que la experiencia adquirida, le permita al CIG establecer una estrategia que le rinda mejores frutos en el futuro.
Bien queridos amigos, les agradezco mucho el beneficio de su lectura y como dije inicialmente, no los trato de convencer de que voten de esta manera, simple y sencillamente que reflexionen, estudien a su país, vean los resultados obtenidos a lo largo de la historia y de manera razonada voten en las próximas elecciones.