Por: Roberto González Villarreal, Lucía Rivera Ferreiro, Marcelino Guerra Mendoza. 13/02/2018
Nadie puede llamarse a engaño. La apuesta está hecha. La estrategia es clara. Los elbistas van por el sindicato. Y más que eso: van por la restauración del régimen corporativo en el Sistema Educativo Nacional (SEN).
¿Hipótesis temeraria? No lo creemos. Todas las señales están ahí. No lo han ocultado. Al contrario. Han operado como siempre: tomando posiciones, adelantando resultados, estableciendo acuerdos, definiendo rutas, garantizando apoyos y creando oportunidades.
Desmontemos poco a poco esta estrategia. Repetimos: es una jugada, en un momento oportuno, durante las precampañas electorales; no quiere decir que esté garantizada, ni que por el solo hecho de hacerse ya triunfó. Es sólo eso: una jugada, una apuesta estratégica. Nada más, pero nada menos. Sería absurdo desconocerla. Sería ilógico considerarla como un mero acto de campaña, una adhesión o un acercamiento al líder de las encuestas. Nosotros creemos que es mucho mas que eso; pero mucho menos que algo terminado. Recordemos: si bien es cierto que estamos en una contienda político-electoral, también que en esta ocasión no se trata tan solo de cambiar un presidente; para el caso educativo se trata de la reforma de la reforma educativa, de la reconfiguración de las fuerzas que se mueven en el territorio educativo tras años de lucha contra la reforma.
Procederemos por etapas, para ver como se ensamblan, poco a poco, las diversas acciones de su estrategia.
- LAS POSICIONES. Desde la campaña electoral en el Estado de México, diversos integrantes del círculo cercano de Elba Esther Gordillo, los anteriores institucionales del SNTE, caídos en desgracia tras la encarcelación de la maestra y la imposición de Díaz de la Torre, llamémosles los charros del antiguo régimen, se acercaron a la campaña de MORENA (Piden a Maestros… ; Elba Esther pide…). El 13 de mayo de 2017, en Tlalnepantla, el yerno de la maestra, Fernando González y el exlíder magisterial Rafael Ochoa, se reunieron con la candidata a gobernadora, Delfina Gómez, para expresarle su apoyo (La venganza de Elba…). En octubre, MORENA-Querétaro alertó a militantes y simpatizantes sobre las Redes Sociales Progresistas, “una acción ciudadana para resolver los problemas de fondo a partir de las redes entre la sociedad….que apoyará la construcción de un proyecto alternativo de nación…de la mano de Andrés Manuel López Obrador” (Se deslinda Morena…). En diciembre, Fernando González apareció simbólicamente en un evento de AMLO en Tezontepec de Aldama, Hidalgo, con un contingente uniformado de las Redes Sociales Progresistas (Yerno de Elba…). En enero, el nieto de Elba Esther anunció su simpatía por el proyecto de AMLO (René…). El 10 de febrero, AMLO firma en Zacatecas un Acuerdo Nacional con el Magisterio, con Rafael Ochoa Galván, representante de las Redes Sociales Progresistas (AMLO recibe apoyo…).
- LA FUERZA POLÍTICA. Los charros del antiguo régimen lo saben muy bien: la política es una relación de fuerzas en la que el número, la organización, la dispersión, la densidad, la articulación, el proyecto y los apoyos definen su incidencia, eficacia y permanencia. Saben también que la dirigencia es un cascarón vacío, que no tiene sustento sin los cuerpos, las vidas y las relaciones de los dirigidos. Lo han sabido siempre. Saben también que la reforma educativa se impuso porque Elba Esther tensó tanto la sujeción del magisterio a las políticas neoliberales de los últimos sexenios, que se quedó sola. Del mismo modo, saben que la CNTE, los MMB y demás sindicatos fueron la vanguardia de una movilización que no pudo acabar con la reforma, aunque haya ralentizado sus programas y desnudado algunos de sus efectos –a pesar de sus falencias intelectivas-. Los charros del antiguo régimen existen, aunque sea como contingente desechado en el SNTE actual, la reforma educativa les quita el andamiaje institucional y organizacional de su poder político, económico y educativo; son una fuerza en resistencia, minoritaria, pero fuerza a fin de cuentas. Saben que sólo regresarán al SNTE y al SEN si enarbolan las demandas del magisterio dolido. Las Redes Sociales Progresistas (RSP) del magisterio son la fuerza que se activa en las campañas electorales para luchar contra la reforma y regresar al poder sindical.
- LA OPORTUNIDAD. Los charros del antiguo régimen han identificado una ventana de oportunidad: las elecciones federales de 2018. La prepararon, como se vio antes, con los movimientos tácticos de 2017, en el estado de México y sobre todo con las Redes Sociales Progresistas en todo el país; con cuadros reciclados de vieja tradición charra, como Enrique Ku en Campeche, o reciclados de otros partidos, como Arnulfo Moya, de Querétaro, pero sobre todo, bajo la coordinación de Rafael Ochoa Guzmán, elbista fiel hasta la ignominia. Hoy, ese espacio de oportunidad es compartido por una fuerza política desechada pero viva, por una movilización proteica que no pudo acabar con la reforma, por una fuerza electoral que lidera las encuestas y una repulsa popular muy marcada a los partidos del Pacto por México.
- EL EVENTO. Los antiguos institucionales del SNTE –otro de los nombres de los charros del viejo régimen– conocen también la importancia de los tiempos y los ritmos en política. Participantes de toda la vida en los rituales de la cargada, las fotos, los escenarios y los adelantos, convocaron al precandidato de la coalición “Juntos haremos historia”, AMLO, a firmar un Acuerdo para la Transformación de la Educación y la Defensa de los Derechos Plenos de los Maestros, el 10 de febrero, en Zacatecas. Un acuerdo que se realizó antes del Congreso Educativo Nacional convocado por AMLO para la campaña
- EL ACUERDO. No hay ningún misterio. Los objetivos son explícitos, se encuentran en el apartado de los Acuerdos. En otro artículo desmontaremos su significación en la reforma de la reforma educativa; por ahora nos interesa develar su relevancia estratégica para los charros del antiguo régimen. El primero es “dar marcha atrás a la Reforma educativa enviando al Congreso de la Unión, un nuevo proyecto de Ley De Servicio Profesional Docente”, que “garantice y respete los derechos laborales y gremiales, las plazas de base del magisterio, de certidumbre en el empleo y reconozca la carrera sindical como atributo de la gestión y desarrollo del sistema educativo” (las negritas son nuestras). El segundo, el reconocimiento desde la presidencia para trabajar con un “sindicato progresista y diverso, democrático y abierto…transversal, cuya autonomía y autorregulación sea totalmente respetada, con capacidad de propuesta y negociación en el ámbito laboral, educativo y profesional”. El cuarto es el “respeto irrestricto a una relación bilateral y paritaria en la negociación laboral y salarial”. (Acuerdo…).
- EL OBJETIVO. No hay que confundir la oportunidad, los instrumentos y los objetivos de una contienda. Los charros del antiguo régimen lo saben bien. Sobre todo después de que perdieron todo en la reforma educativa. Saben que la vigencia de su poder depende de la estabilidad en el empleo, de promesas, de prestaciones y salarios, de reconocimiento y movilidad social de las y los maestros. La reforma acabó con todo eso. Elba Esther lo vivió en la cárcel. Sus amigos en el olvido. No podía evitarlo, ella misma fue la creadora del charrismo neoliberal, esa suerte de corporativismo que fue generando las condiciones para su propia muerte. Basta recordar su apoyo al Acuerdo por la Calidad Educativa (ACE). Por eso, saben también que todo depende de la reforma de la reforma educativa, de que se modifiquen las condiciones de la “evaluación punitiva”, de que se devuelvan los beneficios de la plaza, del federalismo y la relación bilateral. Lo dicen con todas sus letras, como se puede leer en el documento firmado con AMLO. No es extraño, entonces, que el objetivo de política parece ser la reforma de la reforma, mientras que el objetivo estratégico sea la restauración del régimen corporativo sobre el magisterio, como lo expresan tan claramente los acuerdos 1 (reconozca la carrera sindical como atributo de la gestión y desarrollo del sistema educativo); y 2 (…un sindicato con capacidad de propuesta y negociación en el ámbito laboral, educativo y profesional), aunque se encuentra implícito en 4, 6 y todos los demás.
- LA APUESTA. En esto consiste, a final de cuentas, la jugada estratégica de los charros del antiguo régimen en la firma del Acuerdo con AMLO el 10 de febrero en Zacatecas: constituir una fuerza político-electoral –las Redes Sociales Progresistas del magisterio-; para apoyar la candidatura de AMLO en las elecciones presidenciales de 2018; echar abajo la reforma educativa; proponer una nueva Ley del Servicio Profesional Docente; reconocer la carrera sindical como atributo de gestión en el sistema educativo nacional; un sindicato con capacidad de propuesta y negociación en el ámbito laboral, educativo y profesional; eliminar la evaluación punitiva; recontratar maestros despedidos durante la lucha contra la reforma; garantizar la relación bilateral; participar en la transformación del sistema educativo; recuperar programas pedagógicos; impulsar el presupuesto y sanear el ISSSTE. Muchos firmarían los acuerdos por si solos; nosotros advertimos la diferencia entre los objetivos políticos y los estratégicos. Están unidos, pero no son lo mismo. Los charros del antiguo régimen apuestan a un candidato que devuelva las condiciones laborales y sindicales de la restauración corporativa; para eso requieren la reforma de la reforma educativa y el fin de la evaluación . No engañan a nadie: saben que todo depende de eso. Su regreso, su legitimidad y la restauración de su poder. Por eso plantean objetivos que pueden empatar muy bien tanto con sus adherentes, con los maestros de otras corrientes sindicales o sin corriente sindical alguna, pero que han visto lastimada su vida, sus ingresos y su dignidad con la reforma de EPN. Esa es la fuerza de su apuesta. No hay que olvidarlo.
- EL COMPROMISO. Por convicción, interés y estrategia electoral, AMLO y la Coalición “Juntos haremos historia” saben que una de las fortalezas de su campaña es la crítica de la reforma educativa. Cada vez insisten más sobre el tema y aclaran sus propuestas. En otros textos seremos más explícitos sobre esto; por ahora trataremos de rescatar las posibilidades y dificultades del Acuerdo de Zacatecas. Desde luego, lo más evidente es la apertura de la campaña a cualquiera que así lo determine, así ha sido desde la misma composición de la Coalición hasta la incorporación de futbolistas, actores, locutoras y políticos de todos los partidos políticos, incluyendo personas con trayectoria deplorable; pero más aún, porque los charros del antiguo régimen proporcionan redes, número, cobertura geográfica y sobre todo experiencia electoral. Después de todo, muchos de ellos participaron activamente en el triunfo “haiga sido como haiga sido” de Felipe Calderón (FECAL) en el 2006. Las dificultades, sin embargo, ya se observan desde la misma fecha y convocatoria a los Acuerdos. Se adelantaron al Congreso convocado por AMLO; se adelantaron a otros contingentes magisteriales en lucha contra la reforma, en lucha contra los charros del antiguo régimen y en lucha contra los charros de la reforma educativa, los fieles al dirigente actual, el impuesto Juan Díaz de la Torre, ejemplo extremo del líder sin nada que ofrecer a sus dirigidos, mas que la represión y las dádivas a los cercanos. Pero también se adelantaron a los autodenominados democráticos, los de la CNTE, los del Movimiento Magisterial de Bases y muchas corrientes y sindicatos independientes.
AMLO pudo firmar esos acuerdos porque se encuentran en el horizonte político-sindical del magisterio, de todas las corrientes posibles; porque tras los acuerdos vendrán los programas, las iniciativas, los proyectos, los decretos y demás, que pueden recuperar la fórmula retórica que ahí aparece y darle otros contenidos. Pero el golpe ya fue dado, un golpe mediático y político: fueron las Redes Sociales Progresistas las que firmaron los Acuerdos, las que hablaron por todos los maestros, las que prometieron apoyo, relaciones y experiencias; las que encuentran en Esteban Moctezuma a un viejo aliado, las que saben cómo hacerlo, porque ya lo hicieron, porque quieren volver y porque aprovechan la furia contra la reforma educativa como oportunidad para recuperar el poder que la misma reforma les quitó.
Esa es la apuesta. Está clara. Falta ver cómo se desenvuelven las otras fuerzas que luchan contra la reforma educativa. Su silencio es elocuente. Pero puede transformarse en una táctica. ¿Será? El problema es que su habilidad política nunca ha radicado en el pensamiento estratégico, sino en el desenvolvimiento coyuntural. Así fue en las movilizaciones contra la reforma, así ha sido durante muchos años. ¿Se repetirá ahora, cuando tienen a sus competidores en su misma arena, de un lado que muchos en sus bases consideran suyo? Ese es uno de sus desafíos. Otro el de las propuestas. Otro el de los riesgos. Otro el de su carácter: ¿eternas malogradas, listas a refugiarse en sus localidades, en sus espacios ganados, en su zona de confort; o dispuestas a recomponerse, a ganar, a dejar de parecerse al triunfador y repetir esa insufrible arrogancia de los perdedores?
Contacto: [email protected]
Fotografía: zacatecasonline