Por: Norberto Soto Sánchez. Psicólogo y Maestro en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Sinaloa. Actualmente es doctorante en la UPN Ajusco. Interesado en temas de violencia política en educación superior.
Este texto abordará una situación de tensión política que se ha configurado desde hace varios años en la Universidad Autónoma de Sinaloa, pero que ha tenido su clímax en los últimos meses. Este escenario se ha caracterizado por la efervescencia política y la polarización entre, por un lado, trabajadores que exigen justicia laboral, así como estudiantes y profesores que impulsan un movimiento democratizador en la UAS y, por otro, las autoridades universitarias de dicha institución educativa.
No es para menos. Además de la precarización y abusos que han sido denunciados por trabajadores de la UAS (https://shorturl.at/fqJOX), han sido ventiladas diversas operaciones financieras multimillonarias sin licitar (las cuales serán desglosadas y citadas posteriormente) que supuestamente fueron llevadas a cabo por distintos funcionarios universitarios de primer nivel. Se trata de compras a sobreprecios que presuntamente han beneficiado a militantes del Partido Sinaloense (PAS) que a su vez son directivos de la UAS y, sobre todo, a un personaje: Héctor Melesio Cuén Díaz (https://shorturl.at/iGKL2).
Para efectos de dar claridad expositiva a este texto, se presentarán en un primer momento algunos datos que muestran las dimensiones económicas de las operaciones financieras aludidas, así como el papel que en ellas han jugado el PAS y funcionarios universitarios; ulteriormente se abordará la cuestión de las denuncias de represión llevadas a cabo por trabajadores universitarios que se manifestaron durante el segundo informe de labores del rector de la UAS, Jesús Madueña, así como otra referente a agresiones en contra de un periodista que cubrió el evento en comento y el atentado contra la vida de un estudiante que participa en el movimiento por la democratización de la universidad.
El PAS, la familia Cuén Díaz y el desfalco a la UAS
Hablar del Partido Sinaloense (PAS) y de la familia Cuén Díaz es hablar de un cacicazgo universitario que controla a la UAS desde el año 2005 (https://shorturl.at/qyCEP) a través de dinámicas y mecanismos clientelares, además de corrupción y violencia que es ejercida en contra de sus opositores políticos, principalmente integrantes de la comunidad universitaria que han impulsado iniciativas para democratizar a la Máxima Casa de Estudios de Sinaloa.
Podríamos decir que un cacicazgo universitario es una forma de gobernanza que gira en torno a un personaje político central; en este caso, dicho personaje es Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la UAS (2005-2009), fundador y líder moral del PAS y padre de Héctor Melesio Cuén Díaz, joven empresario quien hasta finales de mayo de este año era titular de la Dirección de Bienes e Inventarios de la UAS ─y, como se mencionó arriba, uno de los principales beneficiarios de las compras multimillonarias sin licitación que la UAS ha llevado a cabo-, puesto que desde mayo de 2020 ocupó gracias a la designación que le fue otorgada por el actual rector Jesús Madueña quien ha sido señalado de ser un rector títere impuesto por Melesio Cuén Ojeda (https://shorturl.at/delHZ), al igual que los otros dos ex rectores que le anteceden: Juan Eulogio Guerra Liera y Víctor Antonio Corrales Burgueño, este último dos veces diputado local por el PAS y actual presidente de dicho partido ─la información respecto a este dato es ambigua: la página oficial del PAS refiere que aún es presidente, sin embargo columnas de opinión del diario El Noroeste (https://shorturl.at/qGMY5) señalan que el actual presidente es Héctor Melesio Cuén Ojeda, posición que, en realidad, nunca ha dejado de ocupar de facto-.
Antes de su último puesto, Melesio Cuén Jr. fue director de la Torre Académica de la Unidad Regional Centro de la UAS. No ha sido el único integrante de la familia Cuén Díaz que ha ocupado puestos directivos en la universidad. Sus hermanas, Angélica María Cuén Díaz y Mónica María Cuén Díaz, tuvieron plazas como director B en la mencionada torre académica y como director C en la dirección de actividades artísticas, respectivamente, con jugosísimos sueldos.
Los tres flamantes juniors fueron destituidos ─formalmente renunciaron de sus puestos en mayo (https://shorturl.at/uzIPV), en un evidente intento por calmar las aguas-, frente a la presión política y mediática desatada luego de que se comenzaran a publicar notas por el supuesto enriquecimiento inexplicable de la familia. Los Cuén Díaz la veían venir: días después la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica interpuso una denuncia en la Fiscalía General del Estado de Sinaloa en contra de integrantes del Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Obra Pública, entre los que destacan Melesio Cuén Jr., el rector de la UAS, Jesús Madueña y Robespierre Lizárraga Otero ─director de asuntos jurídicos de la UAS, militante del PAS y exdiputado local por dicho partido-.
Durante los últimos 13 años la familia Cuén Díaz ha amasado un patrimonio calculado en 123 millones de pesos (https://shorturl.at/lmtXZ). Después de que Melesio Cuén padre fue rector de la UAS (2009) y hasta el 2022 su familia se ha hecho de nada más y nada menos que 70 propiedades (https://shorturl.at/hmCJ6). En términos generales, el desfalco a la UAS, hasta donde se sabe, se desglosa de la siguiente manera: 3.5 mil millones de pesos que la universidad no ha pagado al SAT (https://shorturl.at/dDFH2); 18 millones de pesos en la compra de tortillas durante la pandemia (https://shorturl.at/hrxG1); 30 millones de pesos en la compra de carne y pollo (https://shorturl.at/wEFO4); 56.8 millones de pesos en la compra de pantalones Levis y lonas, adquiridos a sobreprecio (https://shorturl.at/mNRZ8); 526 millones de pesos en diversas compras irregulares que la UAS ha hecho a proveedores vinculados a la familia Cuén Díaz y funcionarios universitarios (https://shorturl.at/fySX8); y 540 mil pesos invertidos en bots para desatar una guerra sucia contra adversarios políticos y periodistas que han evidenciado lo que sucede en la UAS (https://shorturl.at/ADGM5).
Todo este derroche de recursos contrasta con los llamados que el rector hace cada fin de año (https://shorturl.at/qxNU5) para que la comunidad universitaria salga a las calles a exigir recursos para el rescate financiero de la UAS. A estos llamados se suman los que recientemente ha realizado el rector Jesús Madueña pero para que los universitarios salgan a las calles a protestar en caso de que se giren órdenes de aprehensión contra cualquiera de los integrantes del Comité de Adquisiciones, Arrendamientos, Servicios y Obra Pública de la UAS (https://shorturl.at/enEU3); en otras palabras, para que la comunidad UAS salga a defender a los acusados del desfalco multimillonario de la universidad.
El informe del rector Jesús Madueña: entre violencia porril y demandas por corrupción.
¿Por qué hacemos referencia de manera insistente a la violencia que el cacicazgo cuenista ejerce contra integrantes de la comunidad universitaria opositores a su proyecto político?
El 8 de junio el rector de la UAS, Jesús Madueña, rindió su segundo informe de labores en el contexto de múltiples demandas en contra de él y funcionarios universitarios ─entre las que destaca la interpuesta por el probable delito de Desempeño Irregular de la Función Pública- así como de protestas que trabajadores universitarios han estado impulsando durante los últimos meses, y encuestas sobre la necesidad de una nueva Ley Orgánica que estudiantes han efectuado entre la comunidad universitaria.
El día del informe el rector omitió hablar de las compras sin licitar. Mientras el evento transcurría, la presencia de trabajadores no se hizo esperar; ejerciendo su derecho a la manifestación en la vía pública se posicionaron en la calle que da entrada a la torre de rectoría y comenzaron a lanzar consignas como “fuera el PAS de la UAS” y a exigir mejores condiciones laborales, así como un alto total a las agresiones institucionales y físicas que funcionarios universitarios y porros cuenistas ejercen contra ellos.
La respuesta de rectoría tampoco demoró: un grupo de porros, acompañados de personal de seguridad universitaria, salió de rectoría y propinó una verdadera golpiza a los trabajadores, a quienes superaban en número. La cosa no paró ahí: los porros, en su euforia represiva, hicieron extensas sus agresiones en contra de un periodista del semanario RíoDoce que cubría el evento y que se encontraba grabando lo que sucedía en la calle. Estas agresiones no han sido las únicas: a inicios de mayo un estudiante de la UAS que a su vez es integrante del movimiento por la democratización de dicha universidad, denunció en redes sociales un atentado contra su vida que llevaron a cabo autoridades universitarias cuenistas (https://shorturl.at/vBMS4).
Queda claro que para los dirigentes del cacicazgo que controla a la UAS la libertad de expresión y la libre manifestación no son derechos y que están dispuestos a todo con tal de callar cualquier voz que haga evidente lo que está pasando en la universidad.
No obstante, hay que decirlo claro: la comunidad universitaria UAS sí debe salir a las calles, pero a exigir castigo a la familia Cuén Díaz, así como a los dirigentes del PAS que sostienen el cacicazgo de Cuén en la UAS; a exigir que se solucione la situación financiera de la universidad, en parte, mediante la expropiación de las propiedades que Cuén, los funcionarios universitarios y los dirigentes del PAS han amasado a través de la precarización de trabajadores universitarios, así como de la corrupción y la violencia brutal que ejercen contra la comunidad universitaria democrática; a exigir mayor financiamiento para la UAS, pero en beneficio real de sus trabajadores académicos y administrativos y de su comunidad estudiantil; y a exigir una verdadera democratización de la Máxima Casa de Estudios de Sinaloa.
Esto último solo se podría lograr mediante un movimiento universitario independiente de todos los partidos políticos del régimen electoral mexicano, incluido el Morena, el cual ha demostrado que, si sus intereses en el marco de la coyuntura política así lo requieren, estarán dispuestos a llevar a cabo pactos de impunidad con el cacicazgo cuenista: la redituable alianza que el PAS logró con el Morena para la elección a la gubernatura 2021 (que rescató al PAS de una inminente muerte política) lo demuestra, así como el hecho de que Adán Augusto López, Secretario de Gobierno federal y aspirante a candidato presidencial por el Morena, apoya abiertamente a Héctor Melesio Cuén Ojeda; para muestra un botón; solo hay que revisar la página oficial de Facebook del cacique: https://www.facebook.com/hectormelesiocuen.
Fotografía: https://www.facebook.com/photo/?fbid=800427244769781&set=pb.100044075394345.-2207520000.