Por: Red de mujeres sindicalistas. 04/05/2025
- Entre las reflexiones también se revisó que la violencia vicaria, como forma de control y poder, encuentra sus raíces en un sistema patriarcal que asigna a los hombres el rol de “proveedores” y les impone la idea de que su valor y autoridad dependen de su capacidad para dominar.
Como parte de la Campaña “Trabajo Digno, derecho de las mujeres” el pasado 23 de abril, se llevó a cabo otra sesión del ciclo de Cine debate “La violencia vicaria en el cine”, con el objetivo de analizar esta forma de violencia que viven las mujeres ante la crisis de pareja o en un proceso de divorcio y su impacto en la vida personal y laboral, junto con el papel que las y los hijos juegan en estos procesos jurídicos.
La película para cerrar este espacio de reflexión fue “Custodia Compartida” (Jusqu’á la garde, Xavier Legrand, Francia, 2017). Este filme se centra en el proceso de divorcio de Miriam y Antoine, el cual implica una guarda y custodia compartida con la que ella no está de acuerdo, puesto que hay señales de violencia hacia su hijo de 11 años, Julien, por parte de su padre. Conforme avanza la cinta, notamos que no solo Julien experimenta esta violencia, sino Josephine y Miriam también son víctimas de agresiones y ataques por parte de Antoine.
Se trata de un retrato crudo, pero real, del daño que las instituciones de justicia hacen a las víctimas de este tipo de violencia, cuando no escuchan a las personas en verdad afectadas, y benefician a los agresores que se muestran como “buenos padres”.

Al finalizar la proyección, la especialista y abogada, Karen Kleyff Berdowsky, señaló que es muy importante la denuncia por parte de quienes son víctimas de estos actos, para que no lleguen a las consecuencias más altas, como el feminicidio o el homicidio de infancias o adolescentes, sin embargo, reconoció que las autoridades muchas veces minimizan o no toman en cuenta denuncias de este tipo.
La participación de las personas asistentes se enfocó en tratar de explicar el porqué del comportamiento del agresor que se vio en el filme, también en buscar la respuesta de porqué muchas mujeres soportan situaciones con violencia vicaria, hasta que esta desencadena situaciones extremas, cuando la realidad es que no se puede revictimizar a las mujeres que se enfrentan a estas situaciones.
Entre las reflexiones también se revisó que la violencia vicaria, como forma de control y poder, encuentra sus raíces en un sistema patriarcal que asigna a los hombres el rol de “proveedores” y les impone la idea de que su valor y autoridad dependen de su capacidad para dominar. Esta construcción social no solo refuerza la dependencia económica y emocional de las mujeres hacia los hombres, sino que también perpetúa una dinámica en la que los hombres, al sentirse amenazados por la pérdida de ese control —ya sea en el ámbito familiar o en una crisis de pareja— recurren a la violencia como un medio para reafirmar su poder. La posesión, las amenazas y el sometimiento se convierten en herramientas de quienes no ven otra manera de sostener su identidad más que a través de la imposición y el daño hacia quienes consideran “propiedades”, incluso extendiendo esta violencia hacia las infancias.

Es crucial reconocer que estas dinámicas no solo afectan a las mujeres y sus hijas e hijos, sino que también reproducen un modelo de masculinidad tóxica que perjudica a los propios hombres al limitar su desarrollo emocional y relacional. El enfoque de género nos permite analizar cómo las estructuras sociales y culturales asignan roles que perpetúan estas desigualdades, y cómo la violencia se convierte en la salida más común para aquellos que no han sido educados en la gestión emocional o en relaciones igualitarias.
La abogada también brindó consejos legales para poder detener esta violencia tanto hacia las mujeres, como a sus hijas o hijos, como apelaciones o amparos que protejan a las infancias y donde se demuestre que, aunque la convivencia de niñas y niños con su padre y madre son necesarias, en casos así, deben detenerse por seguridad.
Reflexionan sindicalistas sobre violencia vicaria en 2ª sesión de cine debate
- Entre las reflexiones también se revisó que la violencia vicaria, como forma de control y poder, encuentra sus raíces en un sistema patriarcal que asigna a los hombres el rol de “proveedores” y les impone la idea de que su valor y autoridad dependen de su capacidad para dominar.
Como parte de la Campaña “Trabajo Digno, derecho de las mujeres” el pasado 23 de abril, se llevó a cabo otra sesión del ciclo de Cine debate “La violencia vicaria en el cine”, con el objetivo de analizar esta forma de violencia que viven las mujeres ante la crisis de pareja o en un proceso de divorcio y su impacto en la vida personal y laboral, junto con el papel que las y los hijos juegan en estos procesos jurídicos.
La película para cerrar este espacio de reflexión fue “Custodia Compartida” (Jusqu’á la garde, Xavier Legrand, Francia, 2017). Este filme se centra en el proceso de divorcio de Miriam y Antoine, el cual implica una guarda y custodia compartida con la que ella no está de acuerdo, puesto que hay señales de violencia hacia su hijo de 11 años, Julien, por parte de su padre. Conforme avanza la cinta, notamos que no solo Julien experimenta esta violencia, sino Josephine y Miriam también son víctimas de agresiones y ataques por parte de Antoine.
Se trata de un retrato crudo, pero real, del daño que las instituciones de justicia hacen a las víctimas de este tipo de violencia, cuando no escuchan a las personas en verdad afectadas, y benefician a los agresores que se muestran como “buenos padres”.
Al finalizar la proyección, la especialista y abogada, Karen Kleyff Berdowsky, señaló que es muy importante la denuncia por parte de quienes son víctimas de estos actos, para que no lleguen a las consecuencias más altas, como el feminicidio o el homicidio de infancias o adolescentes, sin embargo, reconoció que las autoridades muchas veces minimizan o no toman en cuenta denuncias de este tipo.
La participación de las personas asistentes se enfocó en tratar de explicar el porqué del comportamiento del agresor que se vio en el filme, también en buscar la respuesta de porqué muchas mujeres soportan situaciones con violencia vicaria, hasta que esta desencadena situaciones extremas, cuando la realidad es que no se puede revictimizar a las mujeres que se enfrentan a estas situaciones.
Entre las reflexiones también se revisó que la violencia vicaria, como forma de control y poder, encuentra sus raíces en un sistema patriarcal que asigna a los hombres el rol de “proveedores” y les impone la idea de que su valor y autoridad dependen de su capacidad para dominar. Esta construcción social no solo refuerza la dependencia económica y emocional de las mujeres hacia los hombres, sino que también perpetúa una dinámica en la que los hombres, al sentirse amenazados por la pérdida de ese control —ya sea en el ámbito familiar o en una crisis de pareja— recurren a la violencia como un medio para reafirmar su poder. La posesión, las amenazas y el sometimiento se convierten en herramientas de quienes no ven otra manera de sostener su identidad más que a través de la imposición y el daño hacia quienes consideran “propiedades”, incluso extendiendo esta violencia hacia las infancias.
Es crucial reconocer que estas dinámicas no solo afectan a las mujeres y sus hijas e hijos, sino que también reproducen un modelo de masculinidad tóxica que perjudica a los propios hombres al limitar su desarrollo emocional y relacional. El enfoque de género nos permite analizar cómo las estructuras sociales y culturales asignan roles que perpetúan estas desigualdades, y cómo la violencia se convierte en la salida más común para aquellos que no han sido educados en la gestión emocional o en relaciones igualitarias.
La abogada también brindó consejos legales para poder detener esta violencia tanto hacia las mujeres, como a sus hijas o hijos, como apelaciones o amparos que protejan a las infancias y donde se demuestre que, aunque la convivencia de niñas y niños con su padre y madre son necesarias, en casos así, deben detenerse por seguridad.
De igual forma, algunas y algunos de los asistentes compartieron historias de personas conocidas o donde ellas han sido víctimas de violencia vicaria.
A esta sesión de cine debate asistieron representantes e integrantes de Sinactraho (Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar), el Sindicato de telefonistas, el Sindicato Artes 22 Inbal, Sitiems, Red de mujeres de la educación y más.
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Fotografía: RMSindicalistas