Por Güris J. Fry. ECO’s Rock. 2 de septiembre de 2023
Nabarvené Ptáče
The Painted Bird (Václav Marhoul, 2019)
Pasmosamente cruel, la adaptación del realizador checo a la novela del autor polaco Jerry Kosinki resulta ser un directo y crudo viaje a los niveles más bajos del humanismo y la humanidad. Una exposición brutal de nuestra propia naturaleza; de nuestro accionar ante radicales escenarios como el que se nos presenta: La Segunda Guerra Mundial. Es así, pues, que siguiendo el trazo de un infante perdido en este horizonte tan expuesto ya dentro de la pantalla de Cine, nos encontramos con límites que pocas veces se deciden emprender, con los que nos son fáciles de comprometerse tanto para el autor como para la audiencia. Una involuntaria reverberación de nuestro accionar ante la apremiante creencia religiosa, la incomprensión del cariño, la intolerante presión militar, la intensa conveniencia por las nociones más básica de supervivencia. Todo ello, claro, encauzado a un sólo paradigma: la violencia. La total violencia que forma parte por completo orgánica de nuestro sistema.
Sobre un tratamiento episódico, el encadenado que nos detalla Marhoul se desarrolla en un criterio ambivalente: por un lado tenemos una parsimoniosa pero encarnizada calma que, por otro lado, ha de romperse por los actos más barbáricos que ejercen todos aquellos que han de formar parte del andar de nuestro protagonista. Una radiografía andante de la aberración, la insania, la enajenación y el desvarío que la belicosidad trae consigo bajo su brazo y yugo. Cinta que resulta por una parte del público en controversial y polémica; ante la dinámica de la capacidad -o incapacidad de asombro- los sucesos que se manifiestan cuasi sin filtro alguno terminan por repeler a varios de los espectadores ante el cruento tratamiento de los mismos. No estamos ante una película que busque el asombro a costa de una narrativa con variaciones en sus marcados apartados; no nos iremos deteniendo a momentos de reflexión humanista sino todo lo contrario, es la exudación de la sinrazón en un mundo donde la lógica se desangra a beneficio de quien ostenta el errático poder del momento, o bien de quien no quiere tener que enfrentarlo. Quien busque un escaparate de aliento y convicción, un viaje que termine en una óptima certeza seguramente saldrá desencantado. The Painted Bird no es una trama para un disfrute pleno, es un desgarre audiovisual que nos expele todo lo ruin y desalmado de nuestro devenir como constitución social, política, demográfica, racial y un largo etcétera. Hay que tomar en cuenta ello para acercarse a esta obra.
Fotografiada en un apabullante blanco y negro y bajo un imponente sentido de la composición, las viñetas que nos regala esta película terminan por ser una antípoda de lo que acontece en su contenido. Cada uno de los momentos, de los planos, de los movimientos trazados y sus hechos son de una belleza total. Una apuesta igual de discordante para algunos, sí, pero que a bien siempre se ha tomado con severa consciencia el cine de Europa del Este: ¿puede la atrocidad y la vehemencia ser hermosa? La respuesta no sólo la hayamos aquí sino en otras películas como “Trudno Byt Bogom” (German, 2013) y algunas de las que también come en gran parte The Painted Bird. Las referencias directas son inclusive obvias: “Idi I Smotri” (Klimov, 1985) y “Ivanovo Detstvo (Tarkovsky, 1962) aunque también, en sus líneas podemos encontrar la imputación religiosa de Bergman (Nattvardsgästerna, 1963) y el dolor de Rossellini (Germania Anno Zero, 1948). El subtexto del filme es un diálogo, pues, entre bastidores de estos y más autores.
Discutida al final, la obra de Marhoul no puede dejar a nadie indiferente. Es una prueba a los sentidos y las emociones, es una prueba de tolerancia, resistencia, quizá hasta ¿resignación? No cabe en duda que haya quienes detonen en hastió e inclusive humor. El ruedo andado nos explota en la cara y la incomodidad se llega a expresar para conocer nuestros temores a la comprensión de nuestra capacidad de dolo y ofensa. Está claro, The Painted Bird no es una película para todos pero a veces no queda más que enfrentarnos de tajo a esos demonios que hemos creado, alimentado y malamente evadido y negado. Demonios que están ahí, que siempre han estado; cerca muy cerca… a la orilla misma de nuestro porvenir.

The Painted Bird de Václav Marhoul
Calificación: 4 de 5 (Muy Buena)
Fuente:
Fotografía: filímaffinity