Por Güris J. Fry. ECO’s Rock. 17 de octubre de 2020
En Duva Satt På En Gren Och Funderade På Tillvaron
Una Paloma se posó en una Rama a Reflexionar sobre la Existencia (Roy Andersson, 2014)
La peculiar mano cinematográfica de Roy Andersson concluye su denominada Trilogía de la Vida (Sånger Från Andra Våningen, 2000 & Du Levande, 2007) con esta cinta que pone entredicho nuevamente el juicio y la deducción de nuestra naturaleza; nuestra vitalidad y nuestra disposición al dolo y la nostalgia, nuestro auto-encantamiento por el gozo a la duda y el agridulce placer por el infortunio y la tragedia ajena –histórica y personal. Bajo sus características condiciones estéticas y tras una codificación de comedia con elementos que van desde lo metafísico a lo irracional, el particular lienzo de este afamado realizador sueco logra el balance ideal entre los campos de lo surreal y lo absurdo sin dejar de lado un brusco enfrentamiento de poderes entre la búsqueda por repuestas y la concientización por preguntarnos todo aquello que no habremos de solucionar.
Con sus clásicas viñetas cuasi pictóricas: con una cámara completamente estática y un uso aletargado del tiempo, el siempre colorido y evocador mundo de Andersson se mueve alrededor de su lente para acuchillarnos con la sinrazón de una atmósfera atemporal e imprevista que sorprende a cada paso y en cuyo subtexto hay más que un simple manejo de arbitrariedad; existe pues en cada uno de los eslabones una intrincada y sugerente construcción narrativa que fulgura nuestra presencia con garbo y energía; que bien puede ser vista y/o ensombrecida desde la distancia, como la paloma del titulo, o bien desde perspectivas más ofuscas pero no por ello menos interesantes. Dos grises y cansinos vendedores de “alegría” caminan por una ciudad vendiendo partes de disfraces y bromas para el entretenimiento infantil pero, claro, han de toparse con la agigantada valla que es el mundo, territorio inhóspito que los mira con afrenta, que los describe cual si de una pintura arcaica se tratasen o bien una ventana –onírica y no– a un campo pretérito y solido que trae consigo magros recuerdos; recortes amalgamados que nos pegan de frente y detonan nuestra falta de evolución a distintos niveles. En todo caso, no es que no hayamos cambiado en pro de un futuro, sino que nos hemos olvidado simplemente de nuestros actos más precarios como humanos/animales.
Con una gama de colores que acompaña un método puntual de composición, todo ello apoyado por la fotografía de István Borbás y Gergely Pálos que enmarca de manera pulcra este fantasioso mundo que tan bien delinea Andersson, el montaje prácticamente invisible de Alexadra Strauss y la partitura tan rompiente pero tan servicial de Hani Jazzar y Gorm Sundberg hacen que este universo, que al parecer está tendido donde una delgada membrana de razón, todo tenga sentido, un sentido donde las brújulas del pensamiento quedan de lado y la belleza y fuerza de la incoherencia sea quien dictamine los destinos de cada uno de los pasos de quienes lo habitan.
Con la conclusión de esta trilogía sobre los devenires del ser humano Roy Andersson alza la mano con energía para demostrar que no solo las generaciones venideras tienen algo que decir sobre los tiempos futuros. Hay aquí, pues, un manejo sumamente preciso y formal de cavilación y reparo en los detalles cotidianos de la vida. Roy Andersson nos inquieta entonces con nuestros contrastes; nos delata y nos asombra dejando siempre una mueca de inicua sonrisa que se desdibuja en nuestro rostro. Nos pone de frente a la pausa de nuestros tiempos, a lo indeleble de nuestras necedades, a la tribulación de nuestras meditaciones y el siempre espanto final de no saber en dónde estamos parados realmente. ¿Acaso quizá porque nunca lo hemos sabido?

Una Paloma se posó en una Rama a Reflexionar sobre la Existencia de Roy Andersson
Calificación: 3 de 5 (Muy buena).
Fuente: https://www.facebook.com/1598949577050090/posts/2733354410276262/
Fotografía: ngbello.wordpress