Por: Alejandra Cortina. 26/03/2021
La pandemia por COVID-19, el distanciamiento social y el cierre de escuelas como medida de prevención y mitigación del contagio, ha generado un fuerte impacto en el corto plazo en el acceso a la educación desde el nivel básico hasta la educación superior.
Al respecto, el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020, la cual ha tenido como objetivo “conocer el impacto de la cancelación provisional de clases presenciales en las instituciones educativas del país para evitar los contagios por la pandemia de la COVID-19 en la experiencia educativa de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de 3 a 29 años, tanto en el pasado ciclo escolar 2019- 2020, como en el actual ciclo 2020-2021”.
Las principales cifras reportadas por la ECOVID-ED a nivel nacional, apuntan que de las 33.6 millones de personas entre los 3 y 29 años que estuvieron inscritas en el ciclo escolar 2019-2020 al menos “740 mil (2.2%) no concluyeron el ciclo escolar: 58.9% por alguna razón asociada a la COVID-19 y 8.9% por falta de dinero o recursos”. Cabe señalar que el porcentaje fue ligeramente más alto para los hombres (2.4%) que para las mujeres (2.0%). Además, el nivel educativo que obtuvo mayor porcentaje de no conclusión fue el medio superior con 3.6%, seguido de la secundaria con un 3.2 por ciento.
Respecto del ciclo escolar 2020-2021, 5.2 millones de personas de 3 a 29 años no están inscritos por la COVID-19, por falta de dinero o recursos, de los cuales 3 millones corresponden al nivel de educación básica. Al respecto, 2.3 millones de personas no están inscritas por motivos asociados directamente a la pandemia por la COVID-19 y 2.9 millones, por falta de dinero o recursos.
Como se puede advertir, la interrupción de la enseñanza convencional puso de manifiesto la desigualdad de recursos tecnológicos y económicos que las personas tienen a su disposición para dar continuidad a sus estudios en la modalidad a distancia. Entre los motivos para no inscribirse al ciclo escolar vigente señalados por los encuestados destacan: la percepción de que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje (26.6%); alguno de los padres o tutores se quedó sin trabajo (25.3%); o bien, se carece de computadora, otros dispositivo o conexión de internet (21.9%).
Además, los dispositivos electrónicos constituyen una herramienta fundamental y los resultados apuntan que el 70% del alumnado de los niveles primaria y secundaria utilizó en alta proporción el celular inteligente, sin embargo, en la educación superior este dispositivo fue utilizado solamente por el 33.4%, pues una mayor proporción recurrió al uso de la computadora portátil y la computadora de escritorio. Por otro lado, se identificó que “para 74.6% de la población de primaria el aparato o dispositivo para las clases, si bien era propiedad de la vivienda, se tuvo que compartir con alguien más y solo para 21% de ellos fue de uso exclusivo”.
Hasta aquí se han descrito los efectos en el acceso a la educación en el corto plazo, sin embargo, la necesidad de destinar los recursos primordialmente a los sistemas de salud y el bienestar social para hacer frente a la situación de contingencia, generará efectos en el ámbito educativo el mediano y largo plazo, representando un riesgo para el acceso, permanencia y egreso de los sectores históricamente desfavorecidos.

