Por: Tlachinollan. 04/02/2025
“Se le pide a la comunidad de Richmond y alrededores que se queden en casa”, posteó este sábado en sus redes sociales el líder migrante indígena Beato Ortiz. El viernes 24 de enero tuvo conocimiento de que varias patrullas seguían a algunas personas, de inmediato alertó a sus paisanos para que permanecieran en sus casas. Por la noche, Beato aclaró lo siguiente “son policías, no son ICE (Migra)”. Para hacer frente a la desinformación que prolifera entre la población migrante envió un mensaje en vivo por Facebook, para explicar en lengua tu’un savi cómo protegerse de las redadas. En Nueva York, Saúl Rivera, otro líder indígena na savi, grabó un video con apoyo del consulado, para dar algunas recomendaciones de cómo defenderse ante los agentes de migración. De esa forma la población migrante de la Montaña se está organizando para evadir la migra.
Un día antes de la toma de posesión de Donald Trump, la situación era muy tensa entre los compañeros, sobre todo, por la desinformación que imperaba y que no correspondía con lo que realmente estaba pasando en Nueva York y Virginia. Los rumores corrieron como pólvora, de que había detenciones y deportaciones, sin embargo, nadie tenía datos precisos. Este ambiente de zozobra provocó que los paisanos no salieran porque temían lo peor. En estos días la situación se ha ido normalizando, porque ya hay más gente en las calles, aunque solo caminan para ir a sus trabajos.
La gente está asustada, cualquier movimiento de la policía de inmediato lo relaciona con las redadas. Hace unos días la policía realizó operativos en el Metro de Nueva York, debido a la violencia que ha suscitado, en automático la población migrante difunde en las redes que ya iniciaron los operativos en el Metro, y la verdad, no es cierto. La realidad es que la gente está en su casa y hasta el momento no ha sido molestada en sus departamentos o centros de trabajo. Por eso vemos necesario parar esta desinformación. Lo que hemos hecho en las redes es pedirles que no se dejen llevar por rumores, pero sí que tomen medidas de cuidado. En segundo término, si hay órdenes de cateo, que primero lo corroboren, que verifiquen los datos de las personas y el domicilio. Si no traen nada oficial, lo que procede es cerrar sus puertas.
Es lo mínimo que estamos haciendo, sin embargo, hay quienes dicen que no hay que usar las redes porque puede ser contraproducente. Porque hay personas que no nos apoyan y nos atacan. Como que se genera más polémica y descalificaciones. Se está creando un ambiente adverso que abona al miedo, a la parálisis, hace que la gente no se sienta segura, que interiorice la idea de que no tenemos derechos. Los discursos de Trump alientan el racismo, el desprecio, el maltrato, la animadversión contra nosotros. Nos catalogan como criminales, como los causantes de todos los daños que hay en la sociedad. Nos culpan de todos los problemas que hay en la sociedad, cuando en realidad es el sistema económico que empobrece a las mayorías y que nos esclaviza, el causante de todos los males que padecemos.
Como migrantes realizamos trabajos mal pagados, que muchos estadunidenses no quieren hacer. Nosotros llenamos esos vacíos en los empleos, que son pesados y mal pagados, al final de cuentas tenemos necesidad de trabajar y lo hacemos bien, porque estamos acostumbrados a realizar trabajos rudos.
Otro factor que profundiza este ambiente hostil, lo provocan los mimos migrantes que ya son residentes y que ya se sienten estadunidenses. Ellos no están de acuerdo con el trato que reciben los nuevos migrantes. Consideran que al nuevo migrante se le está dando más privilegios, se les trata como si fueran ciudadanos estadunidenses. Se preguntan cómo es posible que en lugares como Nueva York se destinen albergues y buenos hoteles para que puedan hospedarse, sin que tengan que sufrir ni luchar para ser atendidos.
La gente ve que eso está mal porque hace que el nuevo migrante no luche por sus derechos, sino más bien, que se sienta una persona privilegiada. Los migrantes que ya tienen su residencia apoyan la política anti migrante de Trump. Ellos dicen: nosotros empezamos de cero, aquí nadie nos dio nada. Llegamos con muchas dificultades y todo el tiempo nos maltrataron, nos discriminaron. A algunos nos sacaron, pero peleamos, resistimos y por eso estamos acá. Nos hemos ganado este lugar, sin embargo, los nuevos migrantes no saben que la migración es parte de una lucha larga. Quieren que el gobierno les dé buen trato y que les expida documentos para que no los deporten. Por eso muchos quieren cruzar la frontera.
Las nuevas generaciones de migrantes que viven en Nueva York están dispuestas a enfrentar este gran desafío. Consideran que hay un gran retroceso en la protección de los derechos del migrante y el respeto a los derechos humanos en general. Lamentan que estén quedando de lado las grandes conquistas que como sociedad alcanzaron desde Martin Luther King. La lucha que emprendió contra la esclavitud y el racismo de la población negra de Estados Unidos fue un movimiento que marcó una nueva etapa. Con Trump afloró la xenofobia y el racismo que persiste en amplios sectores de la población estadunidense, que sienten que su destino es mandar e imponer sus leyes para salvar al mundo.
La batalla es ardua y los migrantes la tienen que dar dentro de esta sociedad que los desprecia y los encadena como esclavos para deportarlos a sus países. Saben que su repliegue es por su sobrevivencia. Darán un paso atrás no para claudicar sino para posicionarse mejor dentro de un país que sabe que los necesita. Que son también parte de este devenir histórico de la sociedad estadunidense, de una sociedad diversa, multicultural, que tiene un gran aporte económico y una contribución en la lucha por la democracia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos.
Como migrantes lo único que hacemos es esperar. Tratamos de vivir con normalidad, salimos a trabajar y evitamos salir a la calle, para no ponernos en riesgo. Es un tiempo para resistir, para pasar inadvertido y soportar las campañas que impulsa el mismo Trump. Han elaborado un perfil racial para emprender una ofensiva contra la gente que es de piel morena, de baja estatura, que no habla inglés y que vive en barrios pobres. Con este perfilamiento se nos trata como delincuentes, legalizan la persecución y justifican nuestra deportación.
La verdad todo esto se salió de control. Yo he hablado con mucha gente que votó en favor de Donald Trump y me comentan que le dieron el voto de confianza, porque creyeron que sólo iba a detener a quienes tienen antecedentes penales y que andan en negocios ilícitos. Fue falso todo lo que dijo porque agarró parejo y nos colocó contra el paredón. El malestar que hay en varios ciudadanos americanos, es que le quiera quitar la ciudadanía a sus hijos, como si no fueran también ciudadanos estadunidenses como dice la Constitución. Por el hecho de tener otros rasgos físicos senos quiere arrancar derechos que son inherentes a nuestra dignidad como personas. Por ser morenos se nos cataloga como ilegales y delincuentes, como seres indignos que no merecemos ser tratados con dignidad y en las mismas condiciones de igualdad.
La amenaza de Trump está latente. Advirtió que iba a quitar el presupuesto a los estados que apoyen a los migrantes. A pesar de estos amagos los centros de apoyo a la población migrante continúan mostrando su cercanía y su solidaridad. Las Iglesias se mantienen firmes en sus posturas, sobre todo por la valiente intervención que hizo la obispa Mariam Budde en la Catedral Nacional de Washington, después de la toma de posesión de Donald Trump. La obispa mostró su talante como defensora de la igualdad racial, la prevención de la violencia con armas de fuego, la reforma migratoria y la plena inclusión de las personas LGBTQ+. En su sermón pidió misericordia para estas comunidades y para la población migrante. Por su parte el presidente Trump comentó que su sermón no fue convincente ni inteligente y que tuvo un tono desagradable. La obispa respondió con firmeza que no sentía necesidad de pedir disculpas por una solicitud de misericordia. “No le odio rezo por él”.
La población migrante también ha corroborado que en algunos estados hay autoridades que los valoran y respetan. En Virginia, el jefe de la policía de Richmond les ha manifestado que no va a cooperar con migración. Esta alianza es muy importante porque saben que los policías de esa capital no participarán en las detenciones. Es un gran alivio porque estarán más tranquilos en sus trabajos y en sus casas.
A pesar de estas alianzas la población migrante tiene claro que habrá mano dura con el presidente Trump. En algunos estados la animadversión contra los migrantes está impulsando reformas para dar recompensas a ciudadanos que denuncien a quienes contratan personas migrantes y que señalen donde viven y trabajan. La cacería contra los trabajadores migrantes busca saciar los instintos de grandeza de un presidente petulante, atolondrado por ser blanco y rico.
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Fotografía: Tlachinollan