Por José Eduardo Celis Ochoa Cordero. Insurgencia Magisterial. 19 de abril de 2021
Al fin llegó el día esperado -con un considerable retraso-, el día en que los adultos mayores de Xalapa, Ver. comenzamos a recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid 19 como parte del programa de vacunaciones que en ese sentido el gobierno de México ha emprendido con un sinnúmero de tropiezos desde hace un par de meses.
Del pasado sábado 13 de marzo de este aciago 2021 para acá, son muchas las cosas que han sucedido, no necesariamente halagüeñas, sino -yo pienso- todo lo contrario.
Para comenzar me gustaría compartirte este vínculo el cual te permite ver -al día en que lo revises- cuál es el avance en cualquier país para lograr al menos un 70 % de inmunidad “de rebaño” con lo cual de alguna manera estaremos en condiciones de regresar a lo que algunos han llamado como “la nueva normalidad”, aunque algunos otros han cuestionado si la anterior normalidad en realidad era “normal”, es importante mencionar que tú puedes modificar el porcentaje del rebaño con lo cual estarás en posibilidad de manejar cifras: https://timetoherd.com/?fbclid=IwAR1oCLPIezcy7AV4alYQ8UvMB84MDkY0dirAQ2b0Z_XbWI3N1_ZgCjQRRZQ
Otra cosa muy interesante de este sitio es que te maneja información en la que te quedan claros conceptos como los siguientes:
Inmunidad de la manada (o de rebaño): la protección de una población contra la propagación de una enfermedad infecciosa causada por un porcentaje suficiente de la población que tiene inmunidad a esa enfermedad.
Umbral de inmunidad del rebaño: el porcentaje de una población determinada que debe tener inmunidad a una enfermedad infecciosa antes de que se alcance la inmunidad de rebaño para esa población.
Umbral de inmunidad de rebaño para Covid-19: los expertos en enfermedades infecciosas estiman que la inmunidad a Covid-19 en el 70-85% de una población sería suficiente para alcanzar la inmunidad de rebaño.
Porcentaje de la población que recibe la vacuna diariamente: promedio de dosis administradas diariamente como porcentaje de la población = (promedio móvil de 7 días de las dosis diarias administradas / población) * 100
Porcentaje de población vacunada: porcentaje de vacunación = (Total de dosis de vacuna administradas * 0,5) / Población
Días para la inmunidad del rebaño: Días = [(Población * 0,7) – (Dosis de vacunas administradas * 0,5)] / (Promedio de dosis de vacunas diarias administradas * 0,5)
Parten de los siguientes supuestos:
Inmunidad de la manada para Covid-19: suponemos que es posible que una población alcance un estado de inmunidad de rebaño para Covid-19 mediante las vacunaciones.
Umbral de inmunidad de rebaño para Covid-19: asumimos que la inmunidad por vacunación en un 70% de la población es el mínimo posible para alcanzar la inmunidad de rebaño. Proporcionamos la posibilidad de cambiar este umbral hasta el 95% para tener en cuenta las variaciones en los valores R de las variantes de Covid-19 y las distintas estimaciones de los expertos en enfermedades infecciosas.
Dosis de la vacuna: asumimos que cada vacuna es de dos dosis.
Cifras de dosis de vacunación publicadas por país: asumimos que cada dosis de vacuna administrada equivale a una persona inmune. A continuación, tenemos en cuenta el hecho de que cada persona requiere dos dosis de la vacuna para la inmunidad multiplicando el total de dosis administradas hasta la fecha por 0,5.
Inmunidad a la infección por Covid-19: no incluimos los casos confirmados de Covid-19 en nuestra proyección del tiempo de inmunidad de grupo. Aunque los nuevos estudios (a partir de enero de 2020) sugieren que la infección por COVID-19 produce inmunidad, los datos de la vacuna no indican si la persona vacunada estaba previamente infectada. Además, los científicos recomiendan la vacunación incluso para aquellas personas a las que se les ha confirmado la infección por COVID-19 en el pasado. Por estas razones, hemos decidido centrarnos en el tiempo que tarda una población en alcanzar la inmunidad de grupo mediante la vacunación.
Al día en que estoy escribiendo esta parte de la columna (18 de abril de 2021 -un día antes de la fecha de la aplicación de la segunda dosis aquí en Xalapa) el panorama para que nuestro país alcance la inmunidad de rebaño es el siguiente: se necesitarán 411 días o sea un año un mes y 16 días para lograrlo, pero obviamente conforme pasen los días y si es posible que se incremente sustancialmente el número de dosis aplicadas, ese tiempo -esperemos- disminuirá.
Con esta información estamos en posibilidad de entender en su justa dimensión algunos datos que aunque surgieron en días en la prensa nacional e internacional, mismos que el gobierno de la mal llamada 4t se ha encargado de desconocer o en un momento determinado, se ha tenido obligado a reconocer, ya que sus “otros datos” fueron desmentidos:
1).- Al pasado 27 de marzo de este 2021, la cifra real de muertos superó los 321.000 decesos, lo cual rebasa prácticamente en un 60% la cifra oficial de 201.429, aquí sucede algo que es muy penoso así como indignante, vemos la indiferencia de un gobierno que no ha sido empático con el dolor y el sufrimiento de las familias que han sufrido los embates de esta enfermedad. En cuanto a la cifra de contagiados, también la cantidad es extremadamente alta, a esta fecha rebasa 2 203 644 compatriotas.
2).- Otro dato importante es el del número total de “exceso de muertes” -se determina comparando las muertes de un año determinado con las que se esperaría en otro año con base en los datos de años anteriores- en el caso de nuestro país esa cifra -insisto al 27 de marzo- fue de alrededor de 417.000 fallecimientos, incluso esta falta de previsión se ha visto reflejada en la escasez de certificados de defunción.
3).- Con las mismas reservas de la exactitud o inexactitud de los datos, cuando menos al 1 de abril de 2021 la cifra de casos contagiados era de 2 millones 432 mil 924 mexicanos. De los dos puntos anteriores es obvio que la cifra al día de hoy se ha incrementado.
4).- En mi opinión algunos de estos datos no son tan exactos como quisiéramos, lo cual en un momento determinado podemos considerar normal, dado que pueden ser determinados según una fuente de información, por ejemplo a esta fecha no sabemos con exactitud el número de muertos que hubo con motivo del sismo del 85. En cuanto al Covid19, yo me hice dos veces las pruebas en laboratorios privados ¿dónde está esa estadística?, es decir la estadística de organizaciones privadas. En Facebook, en tres ocasiones he sido contactado por la Universidad gringa de Maryland en una encuesta que da seguimiento a la pandemia, seguramente a nivel internacional, ¿los datos de los mexicanos que hemos participado en esa encuesta se encuentra en las cifras oficiales de nuestro país?, yo sinceramente lo dudo, es más ¿por qué el gobierno mexicano no se le ha ocurrido hacer un sondeo con esas características?, seguramente en tu mente está la respuesta.
Solo hemos visto casos aislados de investigación acerca de las cosecuencias del Covid19 en nuestras vidas, otro ejemplo es el de la encuesta denominada “Cambio de Hábitos durante el Confinamiento” que también fue compartida en Facebook por el Maestro José Luis Juvera Portilla.
Por otra parte, debemos considerar con gran tino, la información y lo que ha difundido por diversos medios una gran científica mexicana, que se ha atrevido a enfrentar con datos e información fehaciente al gobierno mexicano, me refiero a la doctora Laurie Ann Ximénez Fyvie, quien de manera valiente desde hace varios meses se ha enfrentado al gobierno mexicano, demostrando que este no ha implementado las políticas de salud públicas adecuadas para contener el Covid19 en nuestro país con lo cual hemos llegado a vergonzosos primeros lugares de mortalidad y de contagios así como a un penosísimo primer lugar en fallecimientos de personal médico, pero no solo Laurie Ann se ha enfrentado al gobierno sino también ha sufrido una serie de ataques en redes sociales los cuales denotan -lastimosamente- el alto grado de ignorancia y fanatismo de un importante sector de nuestra problación.
Entre algunas cosas importantes es digno de mencionar que ella ha aclarado que nuestro país no está esperando una tercera ola, más bien no ha salido de la primera.
Definitivamente sugiere el cierre de fronteras como una medida de contención y en ese sentido podemos cuestionar ¿por qué otros paises sí lo han hecho y México no?
Es necesario se apliquen pruebas a la mayoría de la población, así como se hagan los rastreos necesarios hasta para saber dónde anda la gente, sabemos que por ejemplo en China, mediante códigos QR, cualquier persona debe reportar por ejemplo que se está transportando en un medio colectivo como es el metro.
Otra cosa interesante es que reconoce que las consecuencias sufridas en la economía de todos están en su peor momento histórico, no solo hay un número importante de negocios quebrados, sino que en consecuencia mucha gente ha perdido sus empleos. Aquí debemos agregar que en lo que se llama fracaso escolar, muchísimos niños mexicanos han desertado de las aulas escolares, por consiguiente ella dice que los confinamientos deberían ser el último recurso si es que las cosas se controlaran bien.
Comentario aparte y que también debe ponerse en su justa dimensión, ya que desde mi muy particular punto de vista es una verdadera atrocidad cometida por el gobierno, es el asunto de las vacunas “fingidas”, son varios los casos que han sido difundidos a través de redes sociales, las autoridades respectivas solo reconocieron un “error” e impidieron a partir de ese supuesto error, que la gente filmara el momento de la aplicación de la vacuna, ¡afortunadamente ya fue erradicada la corrupción!
Finalmente como le he dicho en ocasiones anteriores, cada uno de nosotros debemos de asumir la responsabilidad que nos compete y que de alguna manera ha hecho que nos pegue o no de distintas formas esta pandemia: a) debemos tener hábitos de higiene y salud -física, alimentaria, sexual, financiera y la que se te ocurra- adecuados; b) deberemos continuar por tiempo indefinido utilizando cubrebocas, ventilar espacios, cuidar la calidad del aire y evitar aglomeraciones. Algo que no debimos dejar a un lado cuando pasó la epidemia de la influenza, fueron esas medidas de higiene que se implementaron durante una temporada.
Dice una gran parte de la literatura científica así como notas periodísticas confiables que en el caso de la vacuna Pfizer la segunda dosis se debe aplicar mínimo a los 21 días después de la aplicación de la primera, efectivamente el pasado 13 de marzo día en que me aplicaron la primera dosis, pregunté al personal médico que si ya se tenía lista la segunda dosis y que si esta se pondría a los 21 días después, la respuesta fue: “sí y la programación se hará por redes sociales”, ese lapso se cumplía entre el 3 y el 4 de abril del año en curso, pero por razones desconocidas no hubo ningún comunicado al respecto, únicamente el (des)gobernador de Veracruz dijo por medio de la prensa veracruzana que se estaba preparando la campaña para dicha aplicación ¿no se supone que ya desde la primera dosis se debiera tener ya todo listo para la segunda? Hay quienes dicen que como se atravesó la mal llamada semana santa ese lapso se modificaba, sobre todo considerando que los 21 días no es un plazo mortal que impida reforzar la aplicación de la primera dosis, así que le dí -no sé si indebidamente- el beneficio de la duda a este malogrado gobierno de la 4t.
Bien finalmente, se nos informó que el 19 de abril -prácticamente 16 días después del día 21- se nos aplicaba la segunda dosis. Lo vivido precisamente en este 19 de abril fue sustancialmente mejor que la ocasión anterior. También hay que reconocer que en esta ocasión hubo una mejor organización y también es digno de encomio la amabilidad de todo el personal que interviene en este proceso, incluso vimos el momento en que bajo la pertinaz llovizna, una agente de tránsito se quitó su chaleco para cubrir la cabeza de una ancianita que llevaban en silla de ruedas.
¿Se pudieron evitar muchas muertes? La respuesta es sí y lamentablemente, una vez más el extranjero -en este caso la prensa- es quien pone las cosas en su justa dimensión, según una nota del periodico español “El País” del pasado 13 de abril, tan solo en el pasado año 2020, México pudo haber evitado al menos 190 000 muertes, basado en un estudio que al respecto la OMS llevó a cabo, en una de sus partes medulares la nota dice lo siguiente: “Las pérdidas que señala el informe no son solo provocadas por la pandemia, sino también por otras enfermedades a las que no se pudo dar atención adecuada durante la emergencia por la saturación del Sistema sanitario, volcado en atender a los pacientes con coronavirus. México ha sido golpeado por una sola ola que ha fluctuado entre niveles muy altos y extremos de covid-19 sin corregir la política para controlar la transmisión, indican de manera contundente los especialistas en el informe”. Como vemos dicha nota en realidad también le está dando la razón a la Dra. Ximénez Fyvie en este caso, en el sentido de que México no ha ni siquiera salido de la primera ola.
Finalmente y ya para cerrar esta acotación, nos vemos obligados a hacer la siguiente reflexión, ¿será necesaria una tercera dosis? Y por una tercera dosis no necesariamente me estoy refiriendo a la aplicación de la vacuna, sino más bien a todas las acciones que en muchos sentidos todos tendremos que realizar para de alguna manera paliar los estragos que esta pandemia ha causado y que como mencioné líneas arriba nos permitan volver a la normalidad lo más normal que sea posible. Aunque una nota emitida en diversos medios el pasado 15 de abril en la cual un ejecutivo de Pfizer menciona que es probable no solo la necesidad de una tercera dosis, sino también una dosis anual.
En fin, el tiempo lo dirá.